El fin de las Fuerzas de Tarea Conjuntas en zonas estratégicas en el país

Crédito: Ejército Nacional

25 Septiembre 2024 10:09 am

El fin de las Fuerzas de Tarea Conjuntas en zonas estratégicas en el país

Con el nuevo redireccionamiento de las Fuerzas Militares, desaparecerán tres unidades especiales que realizaron importantes operaciones en contra de las organizaciones ilegales.

Por: Javier Patiño C.

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Durante más de un mes de seguimientos por parte de integrantes del Ejército, Fuerza Aérea y Amada lograron ubicar los movimientos de alias Soldado, uno de los hombres de confianza de alias Gonzalito, segundo al mando del Clan del Golfo.

Para las autoridades era un objetivo de alto valor al estar involucrado en acciones terroristas contra la población civil y militar en los últimos 15 años, pasando de ser de la red de apoyo a ser cabecilla de la organización ilegal.

Además de la captura, se incautaron varias armas, equipos de comunicación, prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares y un estatuto ideológico del Clan del Golfo.

Para el analista Néstor Ospina, este caso es una muestra del éxito y los grandes resultados que ha tenido el trabajo en equipo de las Fuerzas Militares.

“Las operaciones conjuntas han sido tradicionales en todas las Fuerzas Militares del mundo, que han llevado a lograr operativos exitosos, que si fuera independientes dificultarían las decisiones y no se lograrían los objetivos”, afirmó Ospina. 

Pero esta realidad podría cambiar en las próximas semanas.  

CAMBIO conoció que en el nuevo plan de guerra Ayacucho Plus, tres de estas Fuerzas de Tarea Conjunta se eliminarán a partir de noviembre. Es decir, se vuelve al trabajo independiente de cada una de las fuerzas.

Como lo había afirmado en su momento el comandante general de las Fuerzas Militares, el almirante Francisco Cubides: “El comandante del Ejército Nacional será responsable del dominio terrestre, el comandante de la Armada Nacional del dominio marítimo y el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana del dominio aéreo y espacial”.

Para el almirante, este cambio permitirá optimizar las capacidades operacionales del Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana. De esta forma, se busca “contribuir a contrarrestar de manera más efectiva las amenazas que afectan el bienestar y el desarrollo de todos los ciudadanos”.

En opinión de un alto oficial que pidió reserva de su nombre, esta decisión es de doble vía. Primero, permite una mayor libertad operacional de cada una de las fuerzas, dándole mayor relevancia al Ejército, pero, por otra parte, es un retroceso al volver a la tramitología para obtener el apoyo de las otras fuerzas.

Un cuestionamiento que para el comandante general no genera dudas entre los uniformados: “Aunque la responsabilidad operacional se asigna a los comandantes de cada fuerza, según sus respectivos dominios, se continuarán realizando operaciones conjuntas, integrando las fortalezas y capacidades distintivas de cada una”.

La historia de las Fuerzas de Tareas Conjuntas

En la década de los noventa, Colombia fue testigo de la expansión de frentes de las Farc y del ELN que hicieron presencia en la mayoría de los departamentos. En muchos casos asumieron el papel de Estado.

“La situación que vivió el país fue evidente en Bogotá, en cuyos alrededores estaban 14 frentes de las Farc, que en una ocasión realizaron una toma guerrillera al municipio de La Calera, ya en la entrada a Bogotá”, dijo el analista Andrés Saldarriaga.

En su opinión, la principal dificultad que tuvieron por varias décadas las autoridades para detener la expansión de los grupos ilegales, en especial de las Farc, fue trabajar juntas coordinadamente, debido a los engorrosos trámites entre los mismos mandos.

“Las operaciones estaban detenidas hasta no tener las firmas de la Fuerza Aérea, la Armada y el Ejército, al no contar con los apoyos necesarios, las autoridades llegaban era para recoger a los heridos, muertos y saber cuántos uniformados habían sido secuestrados”, expresó Saldarriaga.

“La gente tenía o conocía personas que habían sido citadas a la localidad del Sumapaz, de Bogotá, a donde tenían que asistir para coordinar el pago de extorsiones o la libertad de un ser querido”, indicó Salazar.

El trabajo conjunto

Ante la falta de coordinación entre los mismos integrantes de la fuerza pública se vio la necesidad durante el primer gobierno del presidente Álvaro Uribe de conformar la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, ubicada en la serranía de la Macarena, que permitió reunir en un solo jefe militar los recursos, equipos y hombres de las tres armas en el oriente del país.

"La idea con la creación de esta fuerza, era atacar a los frentes que estaban sitiando a Bogotá y cortar los enlaces que tenían estas estructuras con los bloques oriental y sur de las Farc”, expresó Saldarriaga.

La nueva estrategia tuvo sus primeros resultados en menos de un mes, al atacar los campamentos y lograr la captura de cabecillas de las Farc que tuvieron que salir del centro del país para replegarse hacía el oriente.

El éxito en las operaciones conjuntas llevó al entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, a crear siete nuevas fuerzas de tareas en zonas estratégicas para cerrarles el paso a los grupos ilegales.

En el Tolima fue creada la Fuerza de Tarea Zeus, la Apolo en el Valle del Cauca, Titn en Chocó, Quirón en Arauca, Nudo de Paramillo en el sur de Córdoba, Aquiles en el bajo Cauca antioqueño y Vulcano, con injerencia en la región del Catatumbo. 

“La conformación de estas unidades especiales fue la pieza fundamental para dar de baja a cabecillas como alias Jerónimo Galeano, Alfonso Cano y el Mono Jojoy, lo que llevó a debilitar las intenciones que tenían las Farc de llegar al poder por las armas”, dijo Salazar.

Esto obligó a las Farc a buscar un acuerdo con el gobierno del presidente Santos.

“El secretariado de las Farc se dio cuenta que el poder que tenían a la década de los noventa lo perdieron tras el éxito del trabajo conjunto de las Fuerzas Militares que las dejó muy golpeadas y sin posibilidad de ganar las confrontaciones en las regiones estratégicas a donde hacían presencia”, expresó Saldarriaga  

Al ver que la tarea se había cumplido tras la firma del Acuerdo de Paz, los mandos decidieron cambiar las tareas de las fuerzas de tarea en Tolima, Valle, Nudo del Paramillo y Aquiles volviéndolas comandos operativos del Ejército.

De acuerdo con el analista Ernesto Salazar, esta decisión se tomó por el desmantelamiento de los frentes que hacían presencia en estas zonas y reforzar las tareas en Chocó, Arauca y Catatumbo donde todavía había presencia del ELN, Clan del Golfo y los Pelusos  

La paz que se creía iba a reinar en estas zonas con el paso de los años fue un sueño que no se hizo realidad; aparecieron los grupos disidentes y se multiplicaron.

“Para buscar restablecer el orden público, se creó la Fuerza de Tarea Hércules en Tumaco, Nariño, Aries en Vichada y Marte en el bajo Cauca para apoyar las labores de los cuatro comandos conjuntos que estaban en el país”, afirmó Andrés Saldarriaga.

La idea, para Ernesto Salazar, tuvo algunos resultados positivos en Antioquia, Meta, Huila y Tolima, que tuvo un retroceso con la llegada del nuevo Gobierno que le dio prioridad más a otros temas y no a lo operacional.

De acuerdo con los analistas, este es uno de los motivos que llevó al comando general de las Fuerzas Militares a replantear su funcionalidad a las fuerzas de tarea Quirón, Titan, Marte y Hércules que tendrán tareas operacionales, pero no conjuntas.

Para el almirante Francisco Cubides, comandante general de las Fuerzas Militares, estas unidades tienen un papel fundamental en la estructura institucional y concentrarán sus esfuerzos en la planeación y evaluación del ambiente y contexto estratégico en cada una de sus áreas geográficas asignadas.

"Esta nueva decisión es que las operaciones se conduzcan manteniendo la autonomía y los roles específicos de cada fuerza, sin perder la sinergia que exige un entorno operacional dinámico", concluyó Cubides. 

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