La economía circular genera ganancias en cadenas de valor

La recuperacion de materiales de residuos sólidos y su incorporación en la cadena productiva no solo es uno de los ejes de la economía circular, concepto que surgió en el mundo en la década de los setenta del siglo pasado, sino también una actividad que genera movimiento en la productividad de Colombia. 

Según el DANE, en el 2020, el período más reciente de análisis sectorial, esta actividad produjo 2,1 billones de pesos y un valor agregado de 1,4 billones de pesos. Este último valor representó el 0,15 por ciento del valor agregado bruto del país. 

En esta dinámica, el aprovechamiento de este tipo de materiales por parte de las empresas y otros agentes económicos ha generado un mercado con una demanda que causa réditos para el aparato productivo del país. Según el organismo estadístico,en la industria el consumo intermedio movió 2,6 billones de pesos.  

Conscientes de la preponderancia de este proceso en la actividad productiva, muchas empresas empiezan a alinearse hacia la construcción de sinergias que les permita sacar mayor provecho en estos procesos que se traducen en beneficios para sus finanzas y en una oportunidad para fortalecer sus estrategias de sostenibilidad.

En 2019, la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) creó la Visión 30/30. Esta es una iniciativa colectiva, conformada por más de 340 empresas de 27 sectores productivos que ya adelantan acciones relacionadas con la gestión de residuos posconsumo de envases y empaques, por medio del reciclaje, reuso y reducción, con el fin de facilitar su transito hacia la economía circular, la prevencion de impactos al medioambiente, la consolidación de nuevos negocios y la inclusión de nuevos actores a la cadena de valor.

De acuerdo con Carlos Herrera, vicepresidente de Sostenibilidad de la ANDI, “se trata de la mayor y más representativa iniciativa de este tipo en América Latina. Nació como una gran apuesta para lograr el propósito de contribuir a las metas empresariales que, en muchos casos, van allá de la meta del programa, impulsar el crecimiento verde, la descarbonización y el cambio de hábitos de los ciudadanos”.

En cuatro años de vigencia, los resultados son evidentes. Según destaca, se ha gestionado el aprovechamiento de más de 103.000 toneladas de residuos de envases y empaques de papel, cartón, vidrio, metal y plástico que fueron retornados al ciclo productivo. El año pasado, la iniciativa articuló el trabajo de 94 gestores con los que lograron tener una cobertura de recolección de 242 municipios en 27 departamentos y 45 plantas de transformación de materiales reciclados. 

En la práctica, hay ejemplos que evidencian las bondades de este tipo de prácticas.

Enka de Colombia, con 55 años de existencia y considerada pionera nacional en la presentación de informes de responsabilidad social corporativa, es una compañía que adelanta acciones intensivas en la recuperación de materiales y su incorporación a las cadenas de valor. 

Según explica Álvaro Hincapié, presidente de la compañía, diariamente son transformados en productos de valor agregado cerca de 6 millones de envases posconsumo que son recolectados en todo el territorio nacional. 

“Actualmente somos lideres en el reciclaje de botellas de PET posconsumo en Colombia y Suramérica y contamos con una de las plantas de transformación más grandes del mundo, al tiempo que aportamos a la formalización del sector reciclador y movilizamos la economía circular en el país”, aseguró.

Consolidar este proyecto es un asunto que ha demandado inversiones, en las dos más recientes décadas, por 160 millones de dólares, con los que renovó su portafolio de productos especializados con mayor valor agregado para mercados más exigentes.

De otra parte, Postobón, compañía líder del sector de las bebidas, logró en el 2022 el aprovechamiento de 84.039 toneladas de materiales de envases y empaques que fueron reincorporados a su operación.

En este campo también desarrolló 35 proyectos e iniciativas, de manera directa o con el apoyo de aliados, en el campo de la economía circular en 17 departamentos.

“Creemos profundamente en la necesidad de hacer la transición de una economía lineal a una economía circular. Esto es usar los materiales de una manera inteligente y responsable para que presten valor por más tiempo, así reducimos al máximo el uso de materias primas y la generación de residuos”, destacó Martha Ruby Falla, directora de sostenibilidad de la compañía. 

Sobre el proceso de inmersión del empresariado colombiano en la economía circular, Lía Heenan, vocera de Crowe Colombia, filial de esta firma global de servicios profesionales experta en Consultoría, Finanzas Corporativas y otros campos, plantea avances y desafíos.

“El principal logro ha sido la concientización de los empresarios. Este tipo de cambios trascendentales en la visión empresarial requiere de un proceso muy profundo de “evangelización”, el impulso de los gobiernos a través de la política pública, la materialización de los beneficios y la medición de resultados”, aseguró.

De acuerdo con la experta, en el país se vienen elaborando mediciones, realizadas por el DANE, que muestran la evolución del tema y a partir de esto, observa que “si bien hay algunas empresas que están invirtiendo en este proceso de cambio, son pocas y en proyectos específicos. La mayoría de las empresas colombianas aún no han dado el primer paso”.

La economía circular gana espacio en el pensamiento de los empresarios colombianos, pero todavía hay camino por andar para lograr que estas prácticas hagan parte del quehacer de todo el sector productivo del país.