‘Tras la derrota en la guerra con Prusia en Francia se generó la búsqueda de una voz nacional’: Philipp Blom, historiador
25 Marzo 2023

‘Tras la derrota en la guerra con Prusia en Francia se generó la búsqueda de una voz nacional’: Philipp Blom, historiador

Exposición Universal de París de 1900

Crédito: Wikipedia Commons

La Belle Époque, demarcada por la guerra francoprusiana de 1870 y 1871 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial es el tema del sexto Festival Internacional de Música Clásica que se llevará a cabo en Bogotá entre el 5 y el 8 de abril. El historiador alemán Philipp Blom es uno de los invitados al evento y habló con CAMBIO.

Por: Eduardo Arias

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Uno de los componentes del Festival Internacional de Música Clásica que se llevará a cabo en diversos escenarios de Bogotá entre el 5 y el 8 de abril son las conversaciones entre expertos en la música francesa de la llamada Belle Époque, que es el tema de esta sexta edición. Uno de los invitados a dos de estos encuentros es Philipp Blom, historiador, novelista y traductor alemán que nació en Hamburgo en 1970.
Es doctor en Historia Moderna de la Universidad de Oxford. Trabajó en Oxford, Londres y París y ahora vive en Viena. Sus obras históricas, ensayos y novelas han sido traducidas a 16 idiomas y han recibido numerosos premios. Entre ellas se destacan El coleccionista apasionado, Encyclopédie, una historia de la Encyclopaedia de Diderot y D’Alembert que hizo posible la Ilustración francesa; Años de vértigo, donde sostiene que la ruptura con el pasado que a menudo se asocia con el trauma de la Primera Guerra Mundial en realidad tuvo sus raíces en los años previos, y Fractura, una historia cultural de los años de entreguerras.
En una conversación con CAMBIO, Bloom presentó el contexto histórico, político, social y cultural en que se desarrolló la rica y muy variada música francesa de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Philipp Blom. Foto: Wikipedia Commons.


CAMBIO: ¿Cómo se explica la diversidad musical que se vivió en Francia a finales del siglo XIX y comienzos del 20?
Philipp Blom: 
Es curioso pero tiene mucho que ver con la música alemana. La revolución romántica del siglo XIX fue básicamente un asunto alemán, y Bach, Beethoven y cada vez más Wagner fueron estrellas en el firmamento musical que brilló de manera particular en París, donde tras la traumática derrota de Francia en la guerra con Prusia en 1871 se generó una poderosa búsqueda de una voz nacional. Pero también había otra tendencia muy diferente. Un afán por modernizar, la expansión colonial, nuevas industrias, automóviles y cine, velocidad y consumo de masas. Ese mundo también pedía su propia voz, un lenguaje musical y cromático profundamente influenciado por Wagner, con ejemplos como Débussy y Ravel, o en los contrapuntos y las fantasías orientales de Saint Saëns. Esas obras por un lado están fascinadas por la tecnología y el ritmo de las máquinas, y por el otro lado son profundamente nostálgicas de un mundo que se desvanece y comparten con los pintores impresionistas un agudo interés en la percepción sensorial, el color y la textura.
 

CAMBIO: ¿Qué tan relacionados estaban estos movimientos musicales con otras expresiones como pintura, narrativa o poesía?
P. B.: 
Como ya señalé, había una fuerte relación. Muchos de los artistas y músicos se conocían, asistían a sus conciertos y exposiciones. Los grandes salones de pintura eran lugares muy importantes para ser visto o incluso provocar escándalos. Poetas como Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud fueron llevados a la música por compositores de vanguardia, pero yo quisiera argumentar que más que un gusto personal también había un hilo común con sus intereses estéticos y sus preferencias de estilo. El énfasis impresionista en percepciones directas y sensaciones que sólo revelan una forma a través de la percepción es muy similar a los intrincados juegos y texturas de la poesía de la música impresionista, escritores vanguardistas como Guillaume Apollinaire, e incluso las investigaciones más teóricas en filosofía (Bergson) y sociología (Duckheim). Tal vez la guerra de 1871 realmente destrozó la certidumbre que se había reflejado en cierto convencionalismo del arte francés en la primera mitad del siglo XIX. Ahora había llegado el momento para un nuevo lenguaje, nuevas perspectivas, nuevos puntos de partida en todas las áreas de la cultura.
 

CAMBIO: ¿Cómo hizo Francia, y en particular París, para recuperar su importancia tan rápidamente tras la derrota ante Prusia en 1871?
P. B.: 
Realmente Francia nunca perdió su importancia. Después de todo aún era una potencia industrial y colonial y todavía marcaba la pauta en áreas de la cultura como la literatura y la pintura. La pérdida de importancia fue más bien subjetiva. Alemania siempre había sido el principal rival de Alemania y la población en Alemania crecía de manera más rápida que en Francia, sus industrias y universidades estaban alcanzando y superando rápidamente a sus rivales internacionales y el nuevo Imperio Alemán (fundado en una simbólica humillación en la Sala de los espejos del palacio de Versalles) era abiertamente expansionista. Había una sensación de impotencia en Francia, una crisis de masculinidad que se reflejaba no sólo en la cultura popular sino también en el evento que desgarró a la sociedad francesa alrededor de 1900: el caso Dreyfus en el cual un oficial judío fue acusado de espionaje y condenado a cadena perpetua en una colonia penal en un juicio público. Francia era una nación fracturada, pero la bancarrota moral de la generación anterior también creó una generación más joven de artistas rebeldes que buscaron inspiración en otra parte y que contrarrestaron una cultura oficial cada vez más ansiosa, con un lenguaje musical que se negó a participar de este juego y se fue mucho más allá para explorar las sensaciones y los lenguajes musicales del pasado.

CAMBIO: ¿Qué influencia o impacto tuvieron las exposiciones universales de 1998 y 1900 en el desarrollo de la música francesa de aquel entonces?
P. B.: 
Ambas fueron muy importantes para París. A la de 1900 asistieron 50 millones de personas. Esto muestra el tamaño de las movilizaciones en aquel entonces. Francia se proyectaba como una cultura muy fuerte y segura de sí misma, un imperio colonial (había una sección colonial en la que se exhibían seres humanos con sus trajes en jaulas de zoológico), un centro industrial. Las artes no eran tan importantes en estas exposiciones, pero estos eventos subrayaron el lustre internacional de la capital francesa, que también trajo como consecuencia influencias artísticas muy importantes, como la presencia en París del joven Igor Stravinski y Sergei Diaghilev con su famoso y vanguardista ballet ruso. Las exposiciones mostraron que Francia había dado un paso simbólico hacia el futuro y eso lo reflejaban las artes.

***
Conversatorio Fin de siècle – Años de vértigo.

Panelistas: Philipp Blom, Alemania. Yalilé Cardona Alonso, Colombia.

Escenario:(B) Teatro Estudio Julio Mario Santo Domingo
Dirección:Avenida Calle 170 Nº 67-51
Hora:10:00 A.M.
Entrada libre
 

Conversatorio El retrato de un tiempo con cara de llano. Panelistas: Philipp Blom, Alemania. Ramiro Osorio, Colombia. Yalilé Cardona Alonso, Colombia.
Escenario:(B) Teatro Estudio Julio Mario Santo Domingo
Dirección: Avenida Calle 170 Nº 67-51
Hora:10:00 a.m.
Entrada libre

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