Entrevista con el presidente de la Fundación Rockefeller: ¿cuáles son los planes para Colombia?

Rajiv Shah, presidente de la Fundación Rockefeller.

Crédito: Fundación Rockefeller

29 Agosto 2024 02:08 pm

Entrevista con el presidente de la Fundación Rockefeller: ¿cuáles son los planes para Colombia?

Luego de 20 años sin presencia física en América Latina, la organización decidió abrir una nueva sede en el país. Rajiv Shah, presidente de la Fundación, conversó con CAMBIO sobre los proyectos que están acompañando, las inversiones y su visión sobre la política del gobierno Petro.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Hace dos décadas la Fundación Rockefeller, fundada en 1913 por el magnate petrolero estadounidense John Rockefeller, dejó de tener presencia física en América Latina. Sin embargo, esta semana, durante un evento que se celebró en Bogotá sobre clima, naturaleza y la relación con las personas, se anunció la apertura de una nueva oficina para la región, que estará basada en la ciudad. 

Desde su creación, la fundación centró sus actividades en temas de salud, agricultura, educación y el desarrollo de comunidades, pero en los últimos años su propósito se ha enfocado en promover el bienestar de la gente y la preservación del medio ambiente. 

En el marco del evento, CAMBIO conversó con Rajiv Shah, presidente de la Fundación Rockefeller, quien habló sobre algunos proyectos que ya están apoyando en el país y su visión sobre la política ambiental del gobierno de Gustavo Petro. 

CAMBIO: ¿Qué motivó a la Fundación Rockefeller a abrir una nueva oficina en Colombia luego de dos décadas de no tener presencia física en la región? 

Rajiv Shah: Nuestra fundación tiene un compromiso estrecho con la lucha contra el cambio climático alrededor del mundo y en ese trabajo ponemos a las personas en el centro. Cuando pensamos en lo que se necesita para ser exitosos, vemos la necesidad de liderazgo político, nuevas ideas innovadoras, cambios en energía, salud, alimentación y procesos industriales. Muchas de las mejores soluciones, dinámicas y líderes están en América Latina. Por eso sentimos que debemos tener presencia en la región y decidimos que esa presencia esté en Bogotá

CAMBIO: La Fundación Rockefeller tiene un compromiso de invertir 1.000 millones de dólares a nivel global durante los próximos cinco años. ¿Qué porción está en América Latina y el Caribe y cuánto se destina a Colombia?  

R.S.: No puedo decir con exactitud cuánto está destinado a Colombia ni un número exacto de cuánto dinero se destina a América Latina porque no es una cifra determinada. Puede ser un porcentaje amplio, porque lo que hacemos con nuestros recursos es construir alianzas que integran otros fondos y así desplegamos una mayor cantidad de recursos. 

CAMBIO: ¿Cómo se distribuyen las inversiones entonces? 

R.S.: Como fundación hemos hecho una serie de compromisos para liderar la lucha contra el cambio climático de una manera que favorezca a la población en condición vulnerable. 

En primer lugar, hicimos un compromiso de 1.000 millones de dólares para nuestros programas de apoyo a aliados que desarrollan soluciones en ese sentido. Lo segundo es que prometimos operar nuestra propia fundación apuntando a ser carbono neutrales y estamos comprometidos a medir y reportar nuestro impacto. Lo tercero es que, como tenemos una dotación significativa de recursos financieros, apuntamos a un portafolio de cero emisiones. Es la primera vez que una gran fundación estadounidense hace estos compromisos.

CAMBIO: ¿En qué proyectos están trabajando en Colombia? 

R.S.: Nuestro programa más grande es la Alianza energética global por la gente y el planeta (Global Energy Alliance for People and Planet). Fuera de nuestro compromiso de 1.000 millones de dólares tenemos una promesa de inversión de 500 millones de dólares para crear una alianza energética, que a su vez ha atraído alrededor de 30.000 millones de dólares de otras fundaciones, organizaciones filantrópicas, bancos de desarrollo e inversionistas privados. Nuestra intención es apoyar a la región para alcanzar el acceso universal a energía.

Estamos construyendo ya la infraestructura energética para atender a 18.000 comunidades energéticas que tiene como meta el gobierno en Colombia; estamos trabajando en la interconexión energética entre Colombia y Panamá, para permitir a Colombia tener acceso a mayor electrificación proveniente de energías renovables, y estamos expandiendo los esfuerzos para apoyar los sistemas de planeación energética y técnica que permitan que cosas como el almacenamiento de baterías y de energía crezcan y Colombia se beneficie de precios más bajos, electricidad más estable y se convierta en un modelo de cómo los países pueden alcanzar una transición hacia sistemas bajos en emisiones. 

Aunque técnicamente no cuenta en el compromiso de 1.000 millones de dólares, todo eso está sucediendo en este momento a través de la Alianza global de energía.  

CAMBIO: ¿Cuál es su visión sobre la política del gobierno de Gustavo Petro en temas como la transición energética o la transformación de la economía con foco en temas ambientales? 

R.S.: Nos reunimos con el presidente Petro esta semana para hablar sobre la transición energética y discutimos un par de temas claves. La visión de una transición hacia energías limpias debe servir también a las comunidades que están desatendidas, por eso el proyecto de comunidades energéticas es tan importante. También discutimos sobre la idea de almacenamiento de energía y baterías y sobre traer más tecnologías avanzadas para la transición energética.

Como parte de esa transición se necesita que trabajen juntos el sector público y el privado, el gobierno y las empresas, para lograr apoyo técnico, entre otras cosas. Las alianzas son fundamentales. 

CAMBIO: Otra propuesta que tiene el presidente Petro y que ha llevado a varios escenarios internacionales es intercambiar deuda por acción climática. ¿Lo ve viable? 

R.S.: Los niveles de deuda están ahogando a las economías emergentes y en desarrollo y limitan la capacidad de los gobiernos de invertir en la transición climática. Es algo que está pasando en todo el mundo, pero en regiones como América Latina o África este impacto es más fuerte. Si miramos el agregado de todas las economías emergentes y en desarrollo, el 41 por ciento del presupuesto se va al pago de deuda externa. La deuda de los países limita su capacidad de invertir en la transición climática.

En general, nuestra fundación apoya esfuerzos en torno a swaps (intercambios) de deuda por acción climática, esfuerzos para reducir la deuda o para articular acreedores, públicos y privados, para que impulsen iniciativas para reducir la deuda en los países. La necesidad de tomar acciones es urgente.

CAMBIO: ¿Cuál es la importancia del sector privado en la construcción de acciones para promover el desarrollo sostenible? 

R.S.: Nuestra fundación se fundó hace 110 años sobre la idea básica de que solucionar problemas complejos y globales requiere alianzas público-privadas y también con otros actores. Muchas de nuestras alianzas funcionan gracias al trabajo conjunto entre el sector privado, desarrolladores y emprendedores que están construyendo bienes y servicios junto a los gobiernos. 
En nuestra junta priorizamos las colaboraciones público-privadas porque muchas soluciones requieren de la tecnología y el capital privado. 

CAMBIO: Este año se celebrará la COP 16 en Colombia. ¿Cuáles deberían ser las prioridades en la agenda de los países que se reunirán en este espacio? 

R.S.: Hay tres grandes reuniones globales que se celebrarán en la región en el próximo año: la COP 16 de biodiversidad, la reunión del G 20 en Brasil y la COP 30, también en Brasil, y estos espacios son fundamentales. 

Esa pregunta se puede responder con una sola palabra: financiamiento. Hay una estimación de que el mundo necesita alrededor de 43 billones de dólares anuales en inversiones —que es menos del 4 por ciento de la economía mundial—, durante 20 años, para alcanzar una verdadera transición climática. Tal vez la mitad de eso se requiere para economías emergentes y no está sucediendo. 

Los países deben hacer más, los bancos de desarrollo y el Fondo Monetario Internacional deben hacer más, todos debemos hacer más. Nosotros proponemos una serie de soluciones financieras y se necesita construir puentes y creemos que pueden abordarse en la COP 16, el G20 y la COP 30. 

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