Resistir "hasta el final": la consigna de quienes protestan en Venezuela
30 Julio 2024 05:07 am

Resistir "hasta el final": la consigna de quienes protestan en Venezuela

En Venezuela se han multiplicado las manifestaciones en rechazo a la reelección de Nicolás Maduro, anunciada este 28 de julio y cuestionada por la comunidad internacional. Las protestas han sido duramente reprimidas por la fuerza pública y los colectivos de civiles armados y motorizados que respaldan al chavismo. Por el momento no hay un balance de muertos y heridos.

Por: Emiliano Pérez e Israel Ramírez

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Entre los jóvenes venezolanos que se han resistido a huir del país, a pesar de la grave crisis económica, se escucha un refrán que dice que esta elección es "la última oportunidad" de salir del chavismo que gobierna el país desde hace 25 años. Y que aplicarán la consigna repetida por la lideresa de oposición María Corina Machado de luchar "hasta el final".

Ni siquiera los llamados a la calma realizados por la propia Machado y por el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González, han sido suficientes para aplacar la ira de una parte de la población que considera que le robaron las elecciones en las que fue reelegido el 28 de julio el presidente Nicolás Maduro, durante unos comicios cuestionados por la comunidad internacional.

Luego de unas primeras horas del día transcurridas en calma, un sonoro cacerolazo rompió el silencio de Caracas y otras ciudades. Ese fue el banderazo inicial de unas protestas que se han multiplicado en todo el país, y que han sido reprimidas con violencia por las fuerzas policiales y los colectivos de civiles armados y motorizados que respaldan al gobierno.

La rebelión de Petare

En la capital, un nutrido grupo impulsado por mujeres se organizó en la barriada popular de Petare, la más grande de Venezuela, que fue alguna vez un bastión chavista, para marchar al ritmo de las sartenes, las cornetas y las cacerolas. Vestidas de blanco, algunas envueltas en la bandera de Venezuela y con pancartas que pedían "libertad", las manifestantes resolvieron marchar hacia el palacio presidencial de Miraflores para exigir un recuento de los votos, pese a la lluvia.

Al centenar de personas que partieron de Petare se fueron uniendo nuevos integrantes en el camino, que gritaban la consigna que se repite desde que la víspera el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciara el triunfo de Maduro con 51,20 por ciento de los votos contra 44,2 por ciento del opositor González: "¡y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!".

"Esta semana será decisiva para Venezuela, porque si no lo hacemos caer (a Maduro) no va a suceder nunca más", declaró uno de los manifestantes que quiso ser identificado solamente como Alex. Vecinos aplaudieron al contingente entrechocando sus enseres.

Pero el frenazo de la protesta fue brutal al llegar a la avenida Miranda, donde la esperaban decenas de elementos de la Guardia Nacional que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos de inmediato para dispersarla. Lejos de lograr su cometido, el gas pimienta enardeció a los manifestantes.

En la primera línea de la protesta se plantaron jóvenes encapuchados, entre los pocos que quedaron de las más de 7,7 millones de personas que huyeron del país, quienes comenzaron a defenderse a pedradas en una batalla campal instalada en pleno centro de la capital, en medio del humo que le daba a la escena un toque irreal y asfixiante.

"María Corina Machado y Edmundo no nos dejaron solos"

Mientras tanto, otras ciudades se fueron rebelando. Fue, por ejemplo, el caso de Maracay, en el estado de Aragua, otrora bastión chavista; de Delta Amacuro, Tucupita; Barquisimeto, Lara; o La Guaira, entre otros puntos calientes. En los que los ciudadanos decidieron salir a protestar para exigir un recuento de votos que, aseguran, daría un amplio triunfo a González.

Hasta el momento, los detalles de la votación no han sido revelados por el oficialista CNE, controlado por el gobierno, el cual denunció un intento de saboteo de la oposición al sistema informático. Por ello, la Fiscalía anunció una investigación contra María Corina Machado.

En Maracay (este), los descontentos se reunieron en el obelisco de la ciudad, en donde realizaron una marcha pacífica de unas tres horas hasta que llegó la Guardia Nacional a lanzar perdigones y bombas lacrimógenas, según el relato de Nina, quien asegura que la confrontación dejó "un muerto y varios heridos".

Aunque pensaba irse a vivir a Argentina en caso de que ganara Maduro, cambió de opinión al ver que "María Corina Machado y Edmundo no nos dejaron solos. Y hoy al ver tanta gente en la calle me di cuenta de que hay que seguir. Esta vez es distinto, ¡hay que quedarnos a luchar hasta el final!", dijo esta empleada del sector privado, al referirse a las manifestaciones que siguieron la elección de Maduro en 2013, en los que la oposición ya había denunciado fraude.

Los tenebrosos colectivos

En Caracas, la rebelión fue subiendo de tono a medida que iban desapareciendo niños y mujeres del escenario. Los jóvenes que se quedaron para confrontar a la Guardia Nacional en el barrio El Rosal destruyeron una moto a la que prendieron fuego, lo que desató una euforia generalizada.

La confrontación duró unas tres horas, en la que frente a los perdigones y los lacrimógenos, los encapuchados rompieron marquesinas para hacer barricadas que rápidamente demolió una tanqueta, obligándolos a replegarse a toda velocidad, en medio del estruendo de las detonaciones.

Empujados por la fuerza oficial, cundieron en pánico cuando se vieron cercados y, en medio de empujones que dejaron tirados a varios de ellos, corrieron hasta la plaza Francia del municipio de Chacao, bastión de la oposición en el que se encuentra el comando de campaña de Machado, hasta disolverse al caer la noche.

En otras partes de la ciudad, fueron colectivos de civiles armados, financiados por el chavismo, los que reprimieron violentamente a los manifestantes, a veces ante la pasividad de agentes de policía.

En videos que circulan en las redes sociales se pueden ver disparos efectuados a quemarropa por estos grupos paramilitares en el barrio de la Candelaria, en el corazón de Caracas, así como hombres ensangrentados cargados por compañeros o arrestados a la fuerza e incluso siendo golpeados con violencia. Hasta el momento el saldo de muertos y heridos en los enfrentamientos aún es desconocido.

Para muchos, estas manifestaciones recuerdan a las estudiantiles de 2017, también contra el gobierno de Maduro, que dejaron 163 muertos, casi 3.000 heridos y unos 1.351 heridos, según la ONG Foro Penal.

Cuando anochece

Al caer la noche, el ruido de las motos conducidas por bandas de colectivos y los disparos que resuenan en las calles atemorizan a los ciudadanos. Pero no han logrado callar el ruido de los cacerolazos, que persistieron todo el día. 

Proclamado en urgencia presidente para el periodo de 2025 a 2031 por el CNE, Maduro denunció que "se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado (...) fascista que yo llamo Guaidó 2.0", en referencia al dirigente opositor que se declaró presidente en 2019, luego de denunciar un fraude en la reelección de Maduro consumada un año antes. Guaidó nunca logró tomar el poder que conserva el chavismo con el respaldo de las Fuerzas Armadas, la Policía, los colectivos, y el aparato del Estado en general.

En una alocución tardía, Machado y González pidieron, por su parte, "calma y firmeza" a sus partidarios y aseguraron que disponen del 73,20 por ciento de las actas de escrutinio, que ratificarían una victoria de González por más de 6,2 millones de votos contra 2,7 millones para el sucesor de Hugo Chávez.

Mientras el continente se divide entre los países de derecha que solicitaron garantías electorales y un recuento de los votos, incluyendo a Estados Unidos, Ecuador, Perú, Argentina, entre otros, y los de izquierda autoritaria que felicitaron a Maduro, como Cuba y Nicaragua, los pesos pesados que son Colombia y Brasil en esta región se mostraron más precavidos, al pedir despejar cualquier duda sobre los comicios.

Para algunos, como María Alejandra, de los Teques, podría ser demasiado tarde. Aunque también ha salido a manifestar, ya resolvió emigrar a Estados Unidos, a pesar de que no conoce a nadie allá ni tiene claro el camino para lograr el largo trasegar emprendido por millones de sus compatriotas.

"Acá no hay empleo, la educación es una cagada. Mi madre es docente y no tiene un buen sueldo y no hay oportunidad para nada. En fin, todo mal. Aquí no hay futuro y por eso decidí emigrar para ofrecerle un buen futuro a mi hijo", declaró con tristeza.

Según una encuesta de Delphos, alrededor de 25 por ciento de la población de este país de unos 30 millones de habitantes podría emigrar luego de la victoria de Maduro. Con lo que Venezuela podría terminar siendo una nación de niños y ancianos, sin jóvenes, y prácticamente sin futuro, si no logra resistir "hasta el final".

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