¿Gordofobia médica? Qué tanto importa el peso en el diagnóstico médico
28 Julio 2024 03:07 am

¿Gordofobia médica? Qué tanto importa el peso en el diagnóstico médico

Crédito: Freepik

Hay una lista larga de casos de personas, sobre todo mujeres, que hablan de la “gordofobia” en la medicina. Expertos señalan que una mirada “pesocéntrica” de la salud puede generar graves consecuencias físicas y mentales.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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“Soy una persona gorda desde que nací”, dice María Libreros, una mujer que siempre se ha visto grande en el espejo. Toda su vida los médicos a los que ha ido le han dicho que todos sus problemas de salud están relacionados con su peso.

Desde muy joven ha sufrido de asma y, como es natural, sus papás la llevaron a distintos especialistas para buscar soluciones. Ella misma ha asistido a decenas de citas con especialistas, pero la respuesta siempre es la misma: su problema es la gordura. Los regaños de los doctores han venido acompañados de dietas desde que era casi una bebé. 

En sus años de adolescente le encontraron síndrome de ovario poliquístico, que resultó siendo la razón de su resistencia a la insulina, de que no le llegara la menstruación y de que tuviera otros problemas hormonales. El ginecólogo le dijo que iba a ser infértil de por vida si no adelgazaba y que tendría suerte si no la diagnosticaban con diabetes cuando cumpliera 20.

Después vinieron más restricciones, más odio, más rabia hacia su cuerpo, entonces pasó la anorexia, que “al ser gorda no era tan grave –para los demás– porque igual lo esperado era que no comiera”. Muchos médicos le dijeron que iba a morirse por gorda, más de una vez salió llorando de un consultorio, aunque comía pechuga y ensalada todos los días, caminaba, hacía ejercicio, no tomaba gaseosas ni probaba unas papas fritas. 

“Es muy desgastante ir a consulta, y cada vez que tengo problemas de salud, porque sufro mucho de alergias y problemas respiratorios, dudo mucho en ir porque me da pavor con quién me voy a encontrar y a qué violencia me voy a exponer”, confiesa María. 

Su historia se asemeja a la de Eliana Campos, una mujer de 45 años que en dos décadas no ha cambiado sus hábitos alimenticios. Sin embargo, comenzó a subir de peso de forma sostenida y, en busca de respuestas, visitó a un médico que la diagnosticó con obesidad con tan solo verla e intentó convencerla de entrar en un plan para bajar de peso. No escuchó sus razones ni por qué iba a consulta, pero sí lo anotó en su historia clínica.

Después de eso, una prepagada la rechazó. “Es como si tuvieras cáncer, te dicen que no, esta persona quedó marcada con esto y no la podemos cubrir”, señala Eliana. Hasta le negaron un trabajo para el cual tenía una oferta firmada, porque el médico que la examinó consideró que no tenía las capacidades físicas para cumplir con lo requerido para el cargo. Solo después de todo esto se enteró de que tenía resistencia a la insulina, gracias a un médico que sí la escuchó y revisó desde otra mirada.

Nataly Ortegón, quien habla en contra de la gordofobia y ha vivido la discriminación en carne propia, dice que su activismo es, simplemente, existir. Habla del tema a través de la fotografía, de series, cortometrajes, y siempre nota que a las personas les impacta, que no permita comentarios discriminatorios en su contra. "No se esperan que una persona gorda reclame el espacio que merece. Piensan que estoy mal, que romantizo la obesidad, y nada más alejado de eso, yo simplemente estoy existiendo", recalcó.

¿Qué dicen los expertos?

Las experiencias de Eliana y María son tan solo dos entre una lista larga de casos de personas, sobre todo mujeres, que hablan de la “gordofobia” en la medicina. Dice la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois que esta es una de las pocas formas de discriminación que todavía es aceptable socialmente.

La nutricionista y doctora en psicología Paola Sabogal es reconocida en redes sociales por hablar del asunto. Dice que la gordofobia proviene de una mirada “pesocéntrica” (centrada en el peso) de la medicina, que genera graves consecuencias físicas y mentales.

Explica que “no existe ninguna especialidad médica experta en la pérdida de peso, porque el consenso que hay es que no se puede lograr de manera sostenible en el tiempo”. Es decir, que menos del 5 por ciento de las personas logran bajar de peso de forma consistente y no volver a subir. El famoso efecto yoyo.

Su enfoque en la nutrición está basado en la literatura que ha estudiado a fondo, desde una perspectiva totalmente “antisistema” en la medicina. Y Sabogal no niega que el peso pueda ser parte importante de alguna condición médica, pero a simple vista, dice, es imposible saberlo. Siempre debe haber exámenes de por medio, es imposible determinar la causa para una dolencia o patología solo con ver a la persona afectada.

Como nutricionista, dice que el trabajo con sus pacientes se trata de la salud y el bienestar de ellos. “En ningún caso se debe enfocar en el peso. Podemos modificar cosas que pueden llevar a mejorar ciertos niveles de salud y que no necesariamente llevarán a la pérdida de peso –indica Sabogal, quien ha visto pacientes con conductas alimentarias de riesgo y trastornos alimenticios, provocados por aquel enfoque “gordofóbico” de algunos profesionales–. Eso es lo que las personas pueden controlar y que como profesionales podemos controlar”.

Óscar Rosero, miembro de la Asociación Colombiana de Endocrinología, tiene una perspectiva distinta, que muestra el debate abierto que hay entre profesionales de la salud.

“Una cosa es el ambiente social y público, en donde los actos discriminatorios deben ser rechazados a toda costa, y otro es el ámbito privado en la salud, en donde hay que diferenciar entre informar a un paciente sobre una condición médica de forma respetuosa o hacerlo de manera despectiva y discriminatoria”, explicó.

Asegura que los profesionales de la salud tienen el deber moral de decirles a los pacientes cuándo tienen sobrepeso, porque está en riesgo su vida, pero la clave está en la forma de comunicarlo, afirmó. Incluso, dice que un alto porcentaje de adultos tienen condiciones médicas asociadas a su alimentación. Aun así, Rosero explicó que el sobrepeso tiene que entenderse como una catástrofe que debería abordarse desde todos los ámbitos de la sociedad.

Juan Camilo Mesa, nutricionista y microbiólogo, deja claro que la gordofobia existe, pues los médicos aprenden desde la universidad que el peso es lo más importante. Hoy hay más entendimiento sobre cómo las personas pueden subir de peso. Las razones ni siquiera están bajo su control en muchas ocasiones. 

La gordofobia existe, creo, porque no entendemos que el exceso de peso no se reduce a una ecuación matemática donde las calorías que consumo menos las que gasto dan como resultado mi peso actual –sostuvo Mesa–. Hace tiempo sabemos que no funciona así. Y bueno, existe también porque muchos profesionales no se actualizan al respecto”.

A propósito, el nutricionista habla de distintos tipos de personas con sobrepeso: hay algunas que pesan más de lo que deberían, porque no hacen ejercicio, toman mucho alcohol y fuman, y no tienen una alimentación saludable. Pero hay otras que tienen estilos de vida saludables y, por razones de genética y hormonas, no pueden perder peso fácilmente.

Una discusión abierta

Los tres profesionales coinciden, además, en que la forma tradicional de medir el sobrepeso con base en el índice de masa corporal –diseñado para buscar al "humano perfecto" bajo unos parámetros de peso y altura– es cada vez menos usado y se están buscando formas alternativas. Según la Universidad de Chicago, este medidor no es realmente representativo de toda la población humana, porque se pensó con base en hombres blancos franceses y escoceses en la década de 1830.

Por ejemplo, muchos profesionales hoy utilizan el índice de grasa corporal, pues el índice de masa corporal no considera comportamientos de la salud –estrés, nutrición, actividad física– o la composición corporal. Una persona puede tener un peso alto, pero por cuenta de un alto porcentaje de masa muscular, o marcar un número bajo en la balanza, pero tener un nivel alto de grasa corporal.

El debate está abierto, pero la discusión cada vez más abierta sobre los sesgos en contra de las personas gordas es importante. La institución mencionada recalca que, en la medicina, los especialistas no deberían asumir que porque un paciente tiene sobrepeso necesariamente tiene malos hábitos. Más bien, el enfoque debería ser más amplio: mirar las causas de fondo y los determinantes sociales de la salud de los pacientes y entender que los cuerpos vienen de todos los tamaños.

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