70.000 modelos en Colombia le apuestan a la lotería de las ‘webcam’ y muy pocas ganan
6 Febrero 2022 06:02 am

70.000 modelos en Colombia le apuestan a la lotería de las ‘webcam’ y muy pocas ganan

Así es uno de los negocios que más creció durante la pandemia en el país.

Crédito: Foto de Alena Darmel en Pexels

Como en otras industrias, legales e ilegales, Colombia es el país que aporta la mayor cantidad de mano de obra, pero las grandes ganancias se quedan en el exterior.

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Por María Camila Díaz Esguerra

Pasó con Uber en el transporte, con Airbnb en el mercado de los arriendos, o con Rappi en el servicio de domicilios. Cada vez son más las industrias que, por cuenta de la tecnología, han visto en los últimos años un vuelco acelerado hacia un modelo de economía colaborativa. Atrás quedó la figura del empleador convencional que les marca a sus empleados el horario, les da órdenes y les gira un salario mensual. 

La industria del entretenimiento para adultos también ha tenido grandes transformaciones con la evolución digital de los últimos 25 años. Antes el mundo del porno se movía entre actrices, grandes productoras y cientos de miles de páginas por suscripción de consumo de ese tipo de contenidos. Sin embargo, las páginas de videos tipo pornhub (tube sites) saturaron el mercado de contenido 'gratuito', lo que hizo que muchos usuarios migraran para buscar una experiencia más auténtica con shows en vivo. Así fueron creciendo las plataformas webcam que ya existían desde principios de los 2000. En los últimos diez años, y más con la nueva normalidad, miles de mujeres se han dedicado a construir sus propias audiencias para imponerse en el escenario del modelaje webcam.

Marciana Punk, una modelo independiente, dice que “en la pandemia muchas plataformas se saturaron de modelos, entonces hay que estar buscando nuevas alternativas. Mucha gente que cayó en el desempleo ha migrado a las plataformas, prácticamente se ha triplicado el mercado durante los últimos años”. 

En principio la cosa podría sonar atractiva para los implicados. Las modelos, en teoría, perciben mejores ingresos bajo ese esquema y cuentan con más libertad. Los usuarios, por su parte, viven una experiencia interactiva y personalizada, que no tenían en el porno de antes, y por eso están dispuestos a pagar sumas importantes de dinero. Pero la cosa es más complicada de lo que parece.

En el fondo de esta nueva dinámica yace, como en muchas otras industrias, un escenario de precarización laboral preocupante. Lo cierto es que solo una pequeña parte de la plata que se mueve llega al bolsillo de las modelos. El resto se queda en una intrincada red de plataformas, intermediarios financieros y estudios que sostienen uno de los negocios más prósperos de la actualidad. Una industria que, como muchas otras, se aprovecha de la mano de obra barata que hay en algunos países y acumula ingentes cantidades de dinero en otros –por lo general los más desarrollados–. Es la llamada industria de las webcam.

Según fuentes de la industria, en Colombia hay cerca de 70.000 personas que trabajan directamente en el modelaje webcam –más que en cualquier otra nación en el mundo–, además de otras 50.000 personas vinculadas indirectamente en el sector. En total la industria mueve cerca de 100 millones de dólares cada mes en el país.

 

Ser modelo webcam no es ilegal en Colombia, ya que el trabajo sexual está protegido por el derecho al libre desarrollo de la personalidad y a escoger la profesión, siempre y cuando no involucre a menores de edad, explotación sexual o trata de personas, como establece la sentencia T629-2010. Sin embargo, como señala la modelo Marciana Punk, no existe ningún tipo de políticas ni de lineamientos en los organismos del Estado que regulen el trabajo sexual. 

Para el caso puntual de las webcam se incluyeron algunas normas en la reforma tributaria de 2019, que buscan captar parte de lo que genera el negocio. Hay una sentencia de la Corte Constitucional que abordó el tema de los derechos laborales de las modelos webcam en 2021, que recomienda al Estado legislar al respecto, pero aún no se han discutido proyectos de ley sobre la materia, y Marciana señala que los que se han presentado abordan los aspectos empresariales del sector pero no contemplan de manera integral los intereses de las modelos. Por tal razón, la industria opera en un limbo jurídico en sus aspectos laborales y económicos.

Su lugar en el mundo

Según un reporte de XBIZ (una de las principales fuentes de información de la industria adulta en el mundo), en 2016 los usuarios promedio de las plataformas webcam eran hombres estadounidenses o de países de habla inglesa, entre 25 y 34 años, aficionados a los videojuegos y acostumbrados a interactuar con otras personas en escenarios virtuales.

Las modelos, dice Angela Jones en su libro Camming (2020), se concentran en cinco países: Colombia, Rumania, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. En Colombia trabajan entre el 35 y el 40 por ciento, y en Europa del Este hay un porcentaje similar. En estas dos zonas se encuentra la gran mayoría de estas trabajadoras a nivel mundial.

En Colombia trabajan entre el 30 y el 40% de las webcams del mundo.
Colombia y Europa del Este concentran la mayoría de las modelos webcam a nivel mundial.

Las plataformas webcam que conectan a los usuarios y a las modelos, son páginas de propiedad de grandes conglomerados empresariales que, según sus páginas web, se dedican a soluciones informáticas como venta de plataformas que facilitan la interacción entre usuarios, soluciones de negocio para el livestreaming o desarrollo de aplicaciones, entre otros. Con oficinas en Estados Unidos, Canadá y Europa, operan sitios web con altos volúmenes de tráfico y mueven grandes flujos de dinero alrededor del mundo. Por ejemplo, en el ranking de Alexa de las 50 páginas más visitadas en el mundo, dos son del sector: Bongacams es la número 41 y Chaturbate la 47.

Por lo general, los usuarios compran paquetes de tokens, cuyo cambio promedio es de alrededor de 10 centavos de dólar cada uno y se pueden pagar utilizando criptomonedas, billeteras virtuales, operadores locales de pago, transferencias bancarias o tarjetas de crédito. En las páginas de shows públicos los usuarios gastan los tokens para dar propinas a las modelos. Algunas modelos fijan una lista de precios por distintas acciones o para los shows privados, pero no existe un mínimo o un máximo para gastar en cada sala. 

Por cada token gastado las modelos reciben alrededor de 5 centavos de dólar. Varias de las que trabajan de manera independiente y han logrado posicionamiento, se quedan con buena parte de ese dinero, sin embargo, como cuenta Marciana Punk, no es una opción para todas, pues deben reinvertir otra buena parte en sesiones de fotos, en la planeación y accesorios de los shows, en un buen equipo técnico, y en internet de alta velocidad (planes gamer por ejemplo), entre otros. “Los algoritmos tienen en cuenta la calidad de las transmisiones, por eso muchas modelos deben recurrir a estudios. Yo, por ejemplo, vivo en un barrio en Bogotá donde no han instalado la fibra óptica y tengo que pagar un plan empresarial o un plan gamer que cuesta casi 400.000 pesos; los equipos de calidad, como una torre gamer con tarjeta de video, no bajan de 3 o 4 millones de pesos; la cámara está alrededor de un millón de pesos, más trípodes, luces etc. Por eso muchas prefieren transmitir desde estudios”.

Quienes trabajan en los estudios pagan una comisión sobre sus ingresos por el uso del espacio, el equipo técnico, los servicios de traducción, la capacitación y la monetización de las ganancias. Tanto las modelos independientes como las de estudio deben pagar seguridad social, retención en la fuente y un impuesto de transmisión.

Aviso webcam
Uno de los tantos sitios de internet que ofrecen el servicio de las modelos webcam.

Además de esto, como explica Tips Accountants: una firma de contabilidad especializada en el mercado webcam, las modelos y los estudios deben recurrir a empresas monetizadoras que cobran una retención en la fuente y una comisión de alrededor del 4 por ciento para traer el dinero a Colombia. Al tratarse de una industria donde todas las ganancias vienen del exterior, es difícil la negociación con los bancos en Colombia debido a la falta de regulación de la industria webcam y a la regulación existente sobre lavados de activos y financiación del terrorismo. Marciana Punk, resalta que esto resulta todavía más difícil para las modelos independientes y los estudios pequeños que carecen de músculo financiero.

En Colombia existen tres grandes cadenas de estudios: Juan Bustos, AJ Estudios y Grupo Bedoya. Estas empresas no solo tienen sedes en varias ciudades del país como Medellín, Cali y Bogotá, sino que, además, franquician y prestan servicios de capacitación a estudios independientes. Por su peso en la industria, tienen relaciones comerciales con las plataformas webcam que trabajan con el mercado colombiano: Chaturbate, Stripchat, Streamate, Camsoda, MyFreeCams, Cams y Manyvids.

¿Dónde está el negocio?

Las ganancias en el mercado webcam tienen mucho que ver con las dinámicas de la economía digital. Al tratarse de trabajo mediado por una plataforma, el número de usuarios que buscan a las modelos en la página pasa por algoritmos que según foros de la industria premian o castigan distintos aspectos como la calidad de la transmisión, tiempo y recurrencia, estética del cuarto de la modelo y otros factores. Por esta razón, las modelos deben trabajar arduamente para ir construyendo una base de seguidores.

Los algoritmos crean jerarquías que garantizan la visibilidad o invisibilidad de las modelos e influyen directamente en el número de usuarios que llegan a su sala y en las ganancias que obtienen. Tanto los estudios como las modelos independientes señalan constantemente que se trata de un trabajo que requiere mucha disciplina y esfuerzo, pero ni los resultados ni las ganancias son inmediatos, y son muy pocos los que llegan a ganar las grandes sumas de dinero de las que se habla en algunos reportajes.

Para tener visibilidad en las páginas, las modelos, especialmente las nuevas, deben conectarse entre seis y ocho horas al día, cinco o seis días a la semana y aun así, puede que sus ganancias en los primeros días e incluso meses no sean significativas. Fuera de estos horarios, deben trabajar en diseñar shows variados para mantener la atención de su base de fans, crear contenido y administrar sus redes sociales entre otras, ya que, como menciona Marciana, estas les ayudan a generar tráfico a los shows y eventualmente a depender un poco menos de los tiempos de conexión.

“En páginas de transmisión como Chaturbate el algoritmo favorece a las modelos con más horas de transmisión. Si tú transmites seis u ocho horas diarias tienes más posibilidades de aparecer en primeras páginas y tener más usuarios. Al principio tienes que ser muy disciplinada. Luego, con el tiempo, la gente sabe quién es una y entra a buscarla, o puedes vender tus transmisiones como shows y ya puedes conectarte menos horas a la semana”, asegura Marciana. 

El mercado webcam tiene, además, una altísima rotación de modelos. Según las tres fuentes consultadas para este artículo, alrededor del 90 por ciento lo deja en los primeros tres meses y muchas no pasan el primer año. Esto se debe a que los negocios de las plataformas digitales en general tienen márgenes pequeños y requieren de altos volúmenes para que sean rentables.

La principal actividad de las plataformas es atraer un porcentaje importante de usuarios a fin de aumentar sus ganancias. Sumar y mantener público les significa altos costos de innovación para no perder relevancia en un mercado donde constantemente ingresan nuevos competidores. Muy pocas logran retener millones de usuarios. Los algoritmos están diseñados para mantener y atraer la atención de los visitantes y tienden a privilegiar aquellos contenidos que ya son populares.

Estas dinámicas generan distribuciones altamente desiguales en las que una pequeña minoría de los creadores de contenido concentran el 80 por ciento de los seguidores y de las ganancias. Una distribución así explica por qué los altos ingresos de algunas modelos son la excepción y no la regla y por qué es un mercado que requiere de recursos, mucho trabajo y distintas estrategias de contenido e incluso de pauta y suerte, para lograr un posicionamiento favorable en los algoritmos que se traduzca en mayores ganancias, y eventualmente en ganancias muy altas. Toda una lotería.

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