Así ha crecido el conflicto desde la firma del Acuerdo de Paz

Así ha crecido el conflicto desde la firma del Acuerdo de Paz

Crédito: Colprensa

Lejos de lograr una paz estable y duradera, el acuerdo con las Farc le dio paso a una ola de violencia que ahora el gobierno de Gustavo Petro busca atajar con el proyecto de paz total. Este es el mapa de los principales grupos ilegales que se disputan el territorio.

Por: Javier Patiño C.

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La firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los integrantes de las Farc, el 24 de noviembre de 2016, abrió la esperanza de que el país lograra una paz estable y duradera.

Pero la ilusión tuvo su primer traspiés cuando integrantes del frente primero de las Farc, comandados por alias Iván Mordisco, no aceptaron las negociaciones y se apartaron de las decisiones del secretariado, argumentando que sus comandantes se estaban entregando al gobierno y que su lucha armada debía continuar.

El sueño de paz continuó diluyéndose con el regreso a las armas de alias Iván Márquez, alias Jesús Santrich, alias el Paisa y alias Romaña, quienes hicieron parte de los cuatro años de negociación, pero decidieron dar un paso al costado por presuntos incumplimientos por parte del Gobierno nacional en la implementación del acuerdo. Así, conformaron la llamada Segunda Marquetalia, que desde entonces ha buscado hacerle contrapeso a la otra línea disidente, la de Iván Mordisco, exponiendo argumentos políticos para legitimarse como las verdaderas Farc.

El gobierno del presidente Santos también había avanzado de forma paralela en una agenda con los integrantes del ELN, con la esperanza de lograr un acuerdo como el alcanzado con las Farc, un proceso que en forma lenta fue tomando forma en la mesa de negociaciones en Ecuador y Cuba, pero que fue detenido de forma abrupta tras el atentado el 17 de enero de 2019 a la Escuela de Cadetes General Santander de la Policía, que causó la muerte a 22 estudiantes.

El país creía que las cosas iban a ser diferentes, pero el conflicto, lejos de concluir, se exacerbó. Desde la firma del acuerdo, las organizaciones ilegales no han perdido el tiempo para copar las zonas de las extintas Farc con el objetivo de ejercer el control territorial y el manejo de los negocios ilícitos.

La anhelada paz se nubló muy pronto, y una nueva arremetida de hombres armados en todo el territorio nacional ha devuelto al país a la zona oscura de los enfrentamientos, los ataques a la población civil, la  extorsión y el reclutamiento de menores, que volvió a tocar las puertas de las familias y hundió en la zozobra a decenas de pueblos de la Colombia olvidada.

Las cifras de asesinatos y masacres, que durante los cuatro años de negociación con las Farc se redujeron a su mínima expresión, se recrudecieron no solo contra exintegrantes de las Farc, sino contra líderes sociales, defensores de derechos humanos y las personas que se oponían al ingreso de los grupos ilegales a su territorio.

Según cifras de Naciones Unidas, en solo dos años –2018 a 2020– la tasa de homicidios en los municipios de menos de 100.000 habitantes pasó de 27 por ciento a 39.8 por ciento, mientras que a nivel nacional, es decir, contando las ciudades de más de 100.000 habitantes, se presentó un aumento del 1,5 por ciento. La diferencia entre ambas cifras se explica por el estallido de las disputas que se iniciaron luego del acuerdo de paz con las Farc.

La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) registró, entre 2016 y 2022 un total de 191 masacres en el país. Solo entre 2019 y 2020, durante los primeros dos años del gobierno de Iván Duque, el número de masacres aumentó 300 por ciento, según la oficina de derechos humanos de la ONU. En 2018, se contaron 29 masacres, mientras que en 2019 hubo 36 y en 2020 un total de 66. En 2021 hubo 78 y en 2022 se contabilizaron 72.

Durante el confinamiento derivado de la pandemia de covid, las diferentes organizaciones ilegales aprovecharon la restricción en la movilidad de las autoridades para tomar el control de las zonas estratégicas. Estas avanzadas, además de provocar el desplazamiento de la población, generaron incluso conflictos entre las propias organizaciones delincuenciales, enfrentamientos que aún continúan. 

Este es el panorama de las fuerzas criminales en Colombia desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016.

militares

Grupos disidentes de las Farc

En su último informe, la Defensoría del Pueblo asegura que en 29 departamentos del país hay evidencias de presencia de integrantes de las disidencias de las Farc y de la Segunda Marquetalia. Su injerencia es muy marcada en Antioquia, Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá y Valle del Cauca, donde desarrollan procesos de expansión, consolidación y disputa con otros en otras de consolidación y disputa con otros grupos armados.

“Las 136 alertas tempranas que ha emitido la entidad desde al año 2017 hasta diciembre de 2022 han identificado que la mayoría de las amenazas son contra personas defensoras de derechos humanos, líderes y lideresas sociales, seguidas  del desplazamiento forzado y el reclutamiento de menores”, afirma el documento.

Por su parte, el Instituto para el desarrollo y la Paz (Indepaz) afirma que entre 2017 y 2021 los grupos disidentes de las Farc han consolidado su actividad en 225 municipios: 60 en donde históricamente han hecho presencia, 36 en donde desarrollan procesos de expansión y 108 en donde presentan presencia ocasional. Entre estos últimos hay 21 donde antes de 2021 no se había registrado presencia de las disidencias. 

De acuerdo con las cifras que maneja el Ministerio de Defensa, en la actualidad las disidencias de las Farc, comandadas por alias Iván Mordisco, cuentan con 1.917 hombres en armas y 1.163 de redes de apoyo, para un total de 3.080 guerrilleros, lo que significa un crecimiento del 208 % en los últimos seis, años cuando solo contaba con cerca de 1.000 hombres.

La Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez, cuenta con 916 hombres en armas y 540 en sus redes de apoyo, para un total de 1.456 integrantes, a pesar de que la organización ha tenido fuertes golpes, como la muerte de cabecillas como alias Jesús Santrich, el paisa y Romaña en territorio venezolano.

Para las autoridades, la dinámica de ambas organizaciones ilegales durante los últimos seis meses se ha concentrado en incrementar el negocio del narcotráfico, en alianza con carteles internacionales, y el fortalecimiento de sus estructuras armadas.

mapa disidencias

ELN

A partir de la firma del Acuerdo de Paz, el ELN intentó expandir su dominio hacia los territorios que antes eran dominados por las antiguas Farc. De una injerencia en 159 municipio en el año 2017, pasó a incidir en 212 municipios en 2020, presencia que ha tenido un leve descenso en los últimos dos años, por confrontaciones con la fuerza pública y con otros organizaciones ilegales, en especial el Clan de Golfo y las disidencias de las Farc. Actualmente actúa sobre 162 municipios.

Según datos de Indepaz, los departamentos de Arauca, Boyacá, Casanare y Norte de Santander son sus zonas de mayor influencia; ha perdido control en Chocó y Valle del Cauca, por la disputa que tiene con el Clan del Golfo, y aumentado su presencia en los departamentos de Bolívar y el Cauca, como zonas de tránsito para la entrada de armas.

Aunque en la actualidad están en negociaciones con el gobierno del presidente Gustavo Petro, según cifras del Ministerio de Defensa, el ELN tiene 62 estructuras conformadas por 2.587 hombres en armas y 2.655 de las redes de apoyo, para un total de 5.242 integrantes. 

mapa eln

Clan del Golfo-Autodefensas Gaitanistas

Luego del acuerdo de paz, el Clan del Golfo es la organización ilegal que más se ha expandido en el país, pasando de interferir en 120 municipios en 2017 a interferir en 279 en 2022.

Durante los últimos seis años, el grupo ilegal no ha perdido su presencia en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Sucre, Antioquia y Meta; pero ha ampliado su injerencia en Chocó y Valle del Cauca.

Las autoridades creían que la captura de alias Otoniel y la muerte de importantes cabecillas como Marihuano y Matamba iban a disminuir su accionar criminal. Pero fue al contrario. Con la llegada de alias Chiquito Malo, Siopas y Gonzalito, han intensificado sus operaciones en territorios de presencia del ELN y las disidencias de las Farc.

Según cifras del Ministerio de Defensa, actualmente el Clan del Golfo tiene más 1.930 hombres en armas y 1.670 de sus redes de apoyo, para un total de 3.600 integrantes en 12 departamentos en el país.

mapa clan

A estos grupos principales habría que añadirles otra serie de bandas criminales con incidencia local, como las Autodefensas de la Sierra Nevada; los Shotas y los Espartanos, que se disputan amplias zonas de Buenaventura; la Oficina y la Terraza, que delinquen en Medellín; los Costeños y los Caparros, que actúan en La Guajira y Córdoba, respectivamente, y otros más que también han mostrado su interés en lograr acuerdos para cesar sus actividades criminales. 

Tal es la dimensión de la tarea que tiene el gobierno del presidente Gustavo Petro para llegar a su anhelada paz total. Por ahora hay un primer compromiso de diálogo entre los diferentes grupos al margen de la ley y el Gobierno nacional, aunque falta por definir con qué grupos habrá negociación política y con qué grupos se impondrá una política de sometimiento a la justicia para la desarticulación de las organizaciones criminales. Mientras tanto, la decisión de ordenar por decreto un cese al fuego bilateral ha suscitado entre los expertos en el tema de la paz una preocupación: que el cese al fuego, si no hay una verificación estricta, sea aprovechado por las diferentes organizaciones para aumentar la confrontación y copar aún más zonas del territorio nacional.

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