Violeta Arango y alias Antonio serán los gestores de paz del ELN. ¿Quiénes son?
Crédito: Ilustración: Yamith Mariño Díaz
Violeta fue acusada de activar la bomba del centro comercial Andino y dice que ingresó al ELN por protección. Antonio hace parte del ELN desde que era un niño y cumple una condena de 20 años por diversos delitos.
Jairo Arriguis Guenis, conocido como alias Antonio, y Violeta Arango, acusada de detonar la bomba en el centro comercial Andino, fueron aceptados por el Gobierno de Gustavo Petro para que sean intermediarios en las negociaciones de paz con el ELN.
Para profundizar
Arriguis fue reclutado por el ELN en el departamento de Arauca cuando apenas era un niño, y fue ascendiendo dentro de la organización hasta ser cabecilla de escuadra, cabecilla de comisión en el frente Domingo Laín Sáenz y jefe de finanzas del frente José David Suárez. En su contra tenía 73 órdenes de captura por homicidio en persona protegida, actos de terrorismo, rebelión, reclutamiento ilícito de menores, tentativa de homicidio, secuestro extorsivo y robo de hidrocarburos. Finalmente, fue detenido el 17 de febrero de 2017 por integrantes de la Quinta División del Ejército en el sector de Mina Pobre, municipio del Líbano, Tolima. En el momento de la captura, alias Antonio portaba documentos falsos y más de 9 millones de pesos. Las autoridades lo buscaban también por una circular roja de Interpol, por el delito de secuestro extorsivo y desvío de aeronave.
Durante su tiempo de reclusión en la cárcel, aceptó varios de los ataques a las autoridades y a la población civil para beneficiarse de una reducción de la condena, que quedó reducida a 20 años.
La segunda negociadora confirmada es Violeta Arango, quien fue acusada de detonar la bomba en el atentado contra el centro comercial Andino, en Bogotá, en 2017. La Fiscalía la acusó de ser responsable no solo de este atentado, que dejó a nueve personas heridas y tres muertas, sino de pertenecer primero al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) y, posteriormente, al ELN. También fue acusada de ser parte de al menos diez actos terroristas, dirigidos contra la Dian y distintas EPS.
A pesar de que tuvo hasta una circular azul de la Interpol en su contra, el tipo de notificación que se usa para buscar mayor información sobre una persona sospechosa, Violeta siempre ha sostenido que es inocente frente a las acusaciones y ha asegurado ser víctima de un falso positivo judicial.
Tanto Violeta como su familia sostienen que ella tuvo que huir de Bogotá y unirse al ELN para conseguir protección, por la persecución a la que se vio abocada por las acusaciones infundadas.
Violeta era la única sospechosa del atentado del centro comercial Andino que continuaba capturada. Los otros implicados salieron de la cárcel por vencimiento de términos.
