22 Julio 2022 06:07 pm

¡Elvis está vivo!

La película ‘Elvis’, del director australiano Baz Luhrmann, recrea de manera magistral la vida de Elvis Presley y examina su tóxica relación con el coronel Parker, su mánager, interpretado por Tom Hanks.

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Elvis

Por Manolo Bellon
Sí, es cierto. Elvis Presley, el mítico rey del rock and roll, está vivo. Bueno, no estoy hablando de alguna de esas teorías conspirativas que afirman que no falleció ese 16 de agosto de 1977 sino que fingió su muerte para escapar de lo que él mismo llamó la cárcel de la fama y que vive –tendría hoy 87 años- administrando una bomba de gasolina en el medio oeste americano. No, hablo de la estupenda película titulada simplemente Elvis, del director australiano Baz Luhrmann y protagonizada por Austin Butler como el rey y Tom Hanks en el papel narrativo de su mánager, el hombre que se hizo llamar coronel Tom Parker.
La producción cinematográfica es una realización de casi 2 horas 40 minutos que se pasan volando. Cuenta la historia de Elvis Presley, desde que es un niño hasta su muerte, pero relatada por el hilo conductor de ese misterioso y nefasto personaje que fue su mánager y socio durante toda su vida artística.
El coronel Tom Parker no fue militar y ese no era su nombre. Ni siquiera era estadounidense. Años después se supo que fue un inmigrante ilegal que nunca obtuvo documentos de ciudadanía, lo que explica por qué Presley nunca salió de Estados Unidos a hacer conciertos. Elvis solo lo hizo cuando estuvo un año y medio prestando servicio militar en Alemania, donde conoció a su esposa Priscilla, interpretada por Olivia DeJonge. Parker, holandés de nacimiento, emigró a Estados Unidos en 1929 a los 20 años. Trabajó en circos y a finales de los años 30 empezó a representar artistas, entre ellos el popular cantante de música country Hank Snow y a Eddie Arnold. Luego fue asesor de un candidato a la gobernación de Louisiana que, cuando resultó elegido, le otorgó el grado, totalmente honorario, de coronel.

La película cuenta la historia de Elvis Presley, desde que es un niño hasta su muerte, pero relatada por el hilo conductor de ese misterioso y nefasto personaje que fue su mánager y socio durante toda su vida artística.


Parker conoció a Elvis en 1955 y en 1956 se convirtió en su representante. Es ahí donde comienza la relación que cuenta la película. Parker va relatando cómo manipula y se aprovecha de este muchacho de origen campesino, cómo lo explota al conformar una empresa con Elvis donde ambos son socios por partes iguales, un hecho absolutamente inusual en el negocio del entretenimiento. Justifica una tras otra las decisiones equivocadas y las acertadas que tomó en torno a la carrera del cantante mientras muestra cómo la gran leyenda musical se sobrepone a cada una de ellas y finalmente sale triunfante aunque como bien se sabe, eso le pasó cuenta de cobro y murió en agosto de 1977 a los 42 años de edad. Basta recordar cómo, en el momento en que el establecimiento conservador de Estados Unidos quiere acabar con esa locamente exitosa carrera, Parker lo hace ingresar al ejército para bajar la efervescencia y mostrarlo como un joven típicamente americano que está dispuesto a cortarse en cabello y ponerse el uniforme y servir al Tío Sam. Luego quiso llevarlo a Hollywood a protagonizar 30 películas, en su mayoría de pobre calidad y taquillas cada vez más pequeñas, y banda sonoras que cada vez vendían menos. El argumento del perezoso hombre de negocios, adicto a los casinos, es que a través del cine podía llegarle a millones de personas sin los problemas y dificultades de realizar giras.
Elvis deja en claro que fueron su empuje y sus sueños los que llevaron a su resurrección a finales de los años 60. Claro, ese encierro de meses en su mansión Graceland en Memphis, Tennessee, sin hacer nada productivo -salvo las películas- tuvo su efecto, como su aumento de peso y el consumo de medicamentos que lo llevaron a la muerte.
Austin Butler, el talentoso actor que encarna el papel de Elvis, salió de esa escuela infantil de actores y cantante que son el Disney Channel y Nickelodeon. No solo lo interpreta de manera maravillosa sino que canta la mayoría de las canciones, especialmente aquellas de la primera etapa de su vida, fruto de una intensa preparación con profesores de canto. También muestra su habilidad para tocar la guitarra, que junto con el piano aprendió a interpretar desde niño, como el rey, de manera empírica. El acento sureño de Elvis y su extraordinaria forma de representarlo en el escenario muestran el resultado de cientos de horas de ver y estudiar sus películas y los conciertos para dar en el punto exacto.
Punto aparte merece Tom Hanks en su papel del coronel. Transita esa delgada línea entre la extrema soberbia, la manipulación y sus vulnerabilidades de manera creíble, narrando y justificando cada decisión que iba tomando, hasta el punto en que su actuación opaca a la del protagonista.

Austin Butler interpreta de manera maravillosa a Presley y canta la mayoría de las canciones. También muestra su habilidad para tocar la guitarra.


Parker fue increíblemente hábil cuando asumió como representante exclusivo y armó la famosa Elvis Enterprises que molestó a sus padres, Vernon y Gladys. Los esposos Presley eran personas de origen campesino, sin mucha educación. Entonces cuando el coronel vio su reacción, nombra al padre del cantante, hombre de personalidad débil y sin experiencia, gerente de la empresa. Jugada maestra. El filme retrata a la mamá de Elvis como la profundamente cristiana mujer que creyó en el talento de su hijo, que fue su polo a tierra y que sufrió mucho con la manera en que el empresario alejaba a su hijo. Murió de hepatitis en 1958 mientras Elvis prestaba servicio militar en Alemania. Un momento dramático en la película.
Las canciones son a veces interpretadas con enorme fidelidad y respeto por las versiones originales. Pero cuando el ritmo de la película lo exige, hay arreglos que realzan los temas, incluso algunos interpretados por otros artistas. Enriquecen la discografía de Elvis, artista que como lo anotan los créditos finales, es el que más discos han vendido en la historia.
Hay momentos que se presentan con una impecable edición, como cuando muestran esas tempranas influencias de la música góspel afroamericana y los muy seculares sonidos del rhythm and blues. El pequeño Elvis arrastrado por las dos corrientes que en su vida adulto fusiona maravillosamente. O cuando el adolescente cantante blanco enfrenta la discriminación por su afición por la música negra.
Hay que exaltar cómo la película rinde tributo a las influencias de Elvis. Hay que hacer una mención especial a Willie Mae “Big Mama” Thornton, quien interpretó la versión original de Hound dog. La actriz que hizo el papel, la cantante de blues Shonka Dukureh, falleció en la noche del este 21 de julio en su residencia a los 44 años de edad por causas aún no determinadas.
También aparecen B.B. King, Hank Snow, Little Richard – enorme su presentación-, las cantantes góspel Mahalia Jackson, Sister Rosetta Tharpe, Jimmie Rodgers y un merecido reconocimiento a Arthur “Big Boy” Crudup, compositor e intérprete original de That’s all right mama, la primera gloriosa canción de r&b/rock and roll que lanzó Elvis. Hay una escena donde mezclan de manera magistral esa interpretación original de Crudup acompañado solo por su guitarra, con la versión de la grabación de Elvis y su magnífica presentación en un concierto. Un trabajo de edición formidable.

Afiche Elvis
La banda sonora no solo tiene esos temas de Elvis, interpretados por él mismo, o por Butler. También aparecen los raperos Eminem, Doja Cat, CeeLo Green, la cantante de música country Kacey Musgraves, el grupo italiano Maneskin, Steve Nicks, Chris Isaak y Jack White, entre otros. Son 36 temas que presentan un balance perfecto entre lo clásico y lo contemporáneo, todo centrado, desde luego, en la música de Presley. La banda sonora y la película cierran con esa dramática interpretación que hace el verdadero Elvis con evidente sobrepeso, apenas semanas antes de fallecer el 21 de junio de 1977, cuando en un concierto se sienta al piano y hace una impresionante versión de Unchained melody.
Hay que elogiar al director Baz Luhrmann, quien carga en su hoja de vida el gran musical Moulin Rouge (2001), William Shakespeare’s Romeo and Juliet (1996) y la adaptación de El gran Gatsby (2013). La experiencia y sensibilidad del director se muestran en el guion que escribió, su conocimiento en la conducción y la forma en que aplica su experiencia a la historia de rey del rock and roll, que va más allá de una simple biopic (película biográfica). Teje una narración que no es lineal, no es estrictamente ajustada la verdad, pero que con cambios de ritmo y manejo narrativo mantiene la atención del espectador.

La banda sonora recoge 36 temas que presentan un balance perfecto entre lo clásico y lo contemporáneo, todo centrado en la música de Presley.


La película se toma algunas “licencias artísticas” que llaman al presentar algunos hechos que no ocurrieron. Por ejemplo, Elvis no estuvo en Nueva Orleans compartiendo con algunas de esas leyendas musicales que muestran. Tampoco despidió al coronel Parker desde un escenario, aunque sí estuvo en sus planes pues entendía que su carrera tomaba rumbos que no deseaba. Todo terminó cuando el sagaz Parker le presentó una cuentica de cobro de gastos que había asumido desde el principio de la carrera y que si Elvis la pagaba, lo dejaba en la ruina. Conclusión, “sigamos juntos en esta tóxica relación porque nos necesitamos”.
En resumen, son dos horas y cuarenta minutos que se pasan rápido por la dinámica, los momentos de crecimiento a los clímax y luego el relajamiento de la historia, una excelente fotografía y, reitero, brillantes actuaciones que acercan al rey del rock and roll  a las nuevas generaciones, mientras que a nosotros nos reconforta saber que Elvis, en efecto, está más vivo que nunca.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí