La famosa película 'Garganta profunda' cumple 50 años
26 Noviembre 2022

La famosa película 'Garganta profunda' cumple 50 años

Crédito: Foto ilustración de Yamith Mariño

La más emblemática cinta de “cine para adultos” ha sido quizá la más taquillera de su género. Costó 47.000 dólares y recaudó cerca de 50 millones de dólares, mil veces el dinero invertido.

Por: Gustavo Valencia

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Sigue existiendo un cierto tabú, una cierta resistencia al estudio y análisis de la industria más rentable del llamado séptimo arte: el cine pornográfico, más conocido como porno, pues existe un abierto conflicto, casi que oposición con lo que social y culturalmente se denomina moral y religión. Casi que se puede hablar de “inmoral” o de “indecencia” el abordaje de esta temática por parte de quienes realizan reflexiones y análisis sobre el cine y la sociedad en que se expresa.

"Escenas directas y explícitas de relaciones sexuales que constituyen el núcleo mismo de la narración, donde el argumento es casi inexistente como innecesario".

Este obstáculo ideológico, no menor como en principio podría parecer, es en buena parte el que ha impedido que se desarrollen estudios al respecto, no simples acercamientos “púdicamente convencionales”, en que solo se reseña su existencia, su auge en cifras de espectadores e ingresos y se enuncian algunos títulos. Circunstancia que podría encontrar un atenuante en el hecho de que la llamada censura respecto del comercio sobre sexo, desde antes de finalizar el siglo pasado es una “especie en vía de extinción” en una buena parte del mundo.

Además, en las últimas décadas se vienen presentando profundos cambios socioculturales sobre sexualidad, para mayor provecho de esta industria del cine porno y, en general, de la fuerte expansión de este negocio en todas sus variantes, agregando la revolución tecnológica de las comunicaciones, en donde se destaca el predominio de internet. La conjunción de estos dos factores, amén de otros más, genera nuevos derroteros individualistas que conllevan necesariamente a determinadas prácticas sociales, hasta hace algunas décadas desconocidas y que hoy son simple consumo cotidiano y masivo.

Tan pronto apareció el registro cinematográfico a finales del siglo XIX, todavía lejos de ser el cine que conocemos, aquellas toscas imágenes que recreaban la ficción del movimiento fueron más que suficiente para que el nuevo invento encontrara sitio de privilegio en cuanto burdel existiera en toda Europa. Algo que suelen, piadosamente, pasar por alto los historiadores del cine, y aún más el hecho de que el cine encontró un punto de apoyo y desarrollo inusitado a través de la prostitución, pues todos querían ver esas proyecciones con escenas de sexo directas y muy explícitas.

"Impulsado por todos los cambios que comienzan a sucederse en las rígidas estructuras patriarcales con el movimiento feminista y la llamada liberación sexual, el mercado del sexo se revitaliza y crece exponencialmente".

Lo que menos quieren aceptar y analizar a fondo estos ilustres y mojigatos historiadores es el hecho de que el cine porno fue la base económica del cine como tal; lo fue en los diversos países que pronto crecieron en materia de realización de películas. Así, para el caso, cuando en Alemania la famosa Ufa ya estaba consolidada, años antes el cine porno había asegurado condiciones financieras para el florecimiento del posterior y talentoso cine mudo alemán (inmensa producción falsamente encasillada con el término de “cine expresionista”). Una de estas empresas de aquel cine porno tenía el sugestivo nombre de Venus Film.

En España, por aquellos inicios del cine y también del siglo XX, su joven rey, Alfonso XIII, muy conocido por su vida licenciosa y cansado de importar el cine porno francés de la época, decidió hacerlo él mismo. Se convirtió en productor y hasta se encargaba personalmente de escoger las “actrices” para sus producciones. Se han perdido la casi totalidad de sus cintas, excepto tres que, paradójicamente, se encontraron en un convento valenciano. Estas, tanto las del rey como todas las demás, dentro del esquema básico del cine porno y que se mantiene hasta el presente: escenas directas y explícitas de relaciones sexuales que constituyen el núcleo mismo de la narración, donde el argumento es casi inexistente como innecesario.

Con la implantación del tristemente célebre Código Hays, la estricta censura no permitió que este cine continuara y habría que esperar hasta los años cincuenta y sesenta, cuando, impulsado por todos los cambios que comienzan a sucederse en las rígidas estructuras patriarcales con el movimiento feminista y la llamada liberación sexual, el mercado del sexo se revitaliza y crece exponencialmente, una mina de oro que va a encontrar en el cine una de sus mejores vetas.

Por tanto, para finales de los años sesenta e inicios de los setenta las condiciones están servidas para que, de nuevo, precisamente, en Alemania, con la extensa y exitosa saga de El reporte de las colegialas, que se calcula la vieron en el mundo más de 120 millones (otra vez, base financiera para que pueda surgir el llamado nuevo cine alemán), aparezca una nueva y productiva etapa a nivel mundial del cine porno, encabezada por la inmensa producción en la zona de San Fernando Valley, más conocida como “Porn Valley”, en las afueras de Los Ángeles.

Por cifras de producción, ingresos y rentabilidad, es durante estos años que abarca hasta los ochenta, uno de sus mejores períodos; incluso, algunos hablan de ser su época de oro, algo no muy exacto, pues de hecho con los cambios tecnológicos como la aparición del video y luego de la televisión por cable, cada vez se fortalece más esta industria hasta llegar a la aparición de internet, donde las variantes que permite este descubrimiento también le han significado inmensas fuentes de ingresos al denominado cine para adultos.

"En la primera década del actual siglo, los ingresos del cine para adultos llegaron a los 13.000 millones de dólares, lo que le permite, entre otras, tener su propia gala de premiación anual desde 1984".

Su inicial consolidación a principios de los setenta encuentra en Garganta profunda uno de sus mayores éxitos, no solo en taquilla, sino porque se convirtió en una película muy popular, que era polemizada o promocionada en los grandes medios de comunicación: por el escándalo del juicio que se le siguió al actor principal y condena a cinco años de cárcel; por rechazo, por aceptación o por lo que fuere, pero estaba en la discusión del diario vivir y por mucho tiempo fue la sensación y centro de debate, que la industria del cine porno supo aprovechar, antes que nada para acabar con el delgado velo que aún quedaba de cierto pudor y algo de hipocresía con el que se miraba al cine porno, pero al que se asistía masivamente y llenaba las salas de cine permanentemente.

La película, como ya se describió anteriormente, está dentro de los requisitos básicos del género, es decir, escenas de relaciones sexuales, primeros planos de genitales y sexo oral. La variante que le otorgó tanta singularidad es que se le incorporó, en tono de comedieta, algo de argumento que, entre parodia y chiste, le imprimió cierta especificidad, al narrar que la protagonista no conoce el orgasmo, hasta que un médico le dice que el problema es que su clítoris no está en su vagina sino en su garganta.

El burlesco, por tanto, da para todo tipo de situaciones cómicas, más o menos desarrolladas y, claro está, su éxito y popularidad alcanzaron cotas inimaginables, incluso dando origen al término “porno chic”, con lo que se inauguraba una nueva actitud cultural ante el cine pornográfico y su difusión masiva. La película, que este año cumple cinco décadas de existencia, se considera una de las más rentables en toda la historia del cine. Costó 47.000 dólares y recaudó cerca de 50 millones de dólares, es decir, mil veces el dinero invertido, un buen ejemplo de lo rentable de esta industria y de su gran poder económico, su desarrollo e influencia en los medios.

En la primera década del actual siglo, los ingresos del cine para adultos llegaron a los 13.000 millones de dólares, lo que le permite, entre otras, tener su propia gala de premiación anual desde 1984, con galardones muy codiciados por estos intérpretes y demás participantes en su producción, muy similar a quien obtiene un Oscar y el consiguiente beneficio que significa en su carrera profesional.

"Los cambios culturales en cuanto a la liberación femenina y nueva actitud ante la sexualidad, influyeron y le sirvieron en dicho momento a las grandes productoras de este nuevo tipo de cine".

Los AVN Awards (Adult Video News) se entregan en Las Vegas en el primer trimestre de cada año y se dividen en cerca de cien categorías. Además de las conocidas mejor película, mejor dirección, mejor actuación, etc., existen otras categorías que son muy esperadas, en especial las de escenas de sexo, como son: mejor escena de sexo lésbico, de sexo oral, de sexo anal, de sexo en trío, de sexo en grupo, etcétera.

Garganta profunda pertenece al momento en que la industria del porno comienza a consolidarse, de tal forma que la publicidad extra que recibió no solamente redundó en mayor promoción y taquilla de la película, sino en lograr una disposición y preparación de un mayor público para consumir este tipo de cine hasta el momento vetado y casi que prohibido, cambiando las actitudes y los prejuicios existentes. Los cambios culturales en cuanto a la liberación femenina y nueva actitud ante la sexualidad, influyeron y le sirvieron en dicho momento a las grandes productoras de este nuevo tipo de cine.

Quizás la película sea hoy apenas una anécdota en el océano de producción pornográfica que ha desatado internet, pero no hay duda de que marcó un hito en el género, a tal punto que es la única cinta para adultos cuyo título le dio la vuelta al mundo incluso dentro del campo del periodismo, donde la frase quedó registrada como pseudónimo para nombrar a las fuentes que no quieren revelar su nombre.

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