La Soundklórica, sonidos incluyentes que rompen brechas

Por Alexander Triana Yanquén
La música identifica culturas, une a las personas, es referente de sano entretenimiento y todo el mundo la disfruta. Al menos eso ocurre en el imaginario colectivo. Pero la realidad de muchos es otra. Los artistas poco piensan en las personas con alguna discapacidad, sus shows no están diseñados para aquellos que no pueden escuchar o ver su presentación en tarima.
En cambio, la Soundklórica es una propuesta incluyente que mezcla los sonidos ancestrales de Colombia y los lleva sobre el escenario, donde logran que cada poro de los cuerpos pueda percibirlos. Esta banda es una viva representación de un viaje extrasensorial que trasciende fronteras, que rompe brechas socioculturales que por generaciones ha estigmatizado a diversas poblaciones.
Carolina Valencia Rincón, voz líder, clarinetista, percusión, y Ricardo Ramírez Ocampo (con discapacidad visual, a quien lo acompaña sobre la tarima su perrita guía), voz líder, gaitero y saxofonista son los integrantes del grupo, que cuenta con el apoyo de otros músicos. Ambos son profesores y profesionales de la música en Pereira, donde comparten su conocimiento con personas con algún tipo de discapacidad. La Soundklórica surgió a partir de la investigación de Carolina y Ricardo, cuando recorrieron varios rincones ancestrales de Colombia. En 2017 decidieron ir a La Guajira, pasando por diferentes partes de la costa Caribe, donde charlaban con los viejos, las cantaoras y los músicos locales. De esa manera compartieron experiencias para darle forma a lo que denominaron “validación de conceptos”.
Su propuesta es única. En sus videos participa John Alexander Giraldo, intérprete de lengua de señas a quien puede verse gozando junto con las personas que tienen discapacidad auditiva. Ellos sienten el bajo y la batería que hacen vibrar la tierra bajo sus pies. Carlos Andrés Arboleda (batería eléctrica) se encarga de diversificar el lenguaje musical, ya que algunas bocinas que están en el suelo emiten frecuencias especiales que pueden percibir los sordos.

El grupo interpreta en tarima gaitas, tamboras, e instrumentos tradicionales. Es una experiencia extrasensorial vivir bullerengues, paseos, cumbias, con la voz de Carolina, que evoca lo que hacían las cantoras en frente a las fogatas durante las noches de luna llena y un firmamento estrellado en el Chocó. Una mezcla que se ha visto en otras propuestas inspiradoras y referentes como, por ejemplo, ChocQuibTown y Herencia de Timbiquí.
La Soundklórica ha participado en varios eventos, entre ellos el Festival Rock al Viento, en Apía (Risaralda), el Festival Mokawa en La Tebaida (Quindío), en el taller artístico La Cuadra, en Pereira y en La fête de la musique, evento organizado por la la Alianza Francesa, también en Pereira.

En 2019 RTVC puso su mirada sobre ellos y es así como surgió El viaje multisensorial, una propuesta audiovisual compuesta por un documental, una serie de ficción y un pódcast.
La pandemia cambió el mundo, hizo replantear todo y adaptar la realidad. Para La Soundklórica no fue la excepción y aunque cada uno de sus integrantes desempeña otros trabajos aparte de la música, para ellos fue un gran reto lograr que su propuesta siguiera siendo un llamado de atención sobre la discriminación y el cómo ellos aportan en una sociedad incluyente.
Durante la pandemia ganaron varias convocatorias que impulsaban a los artistas a explorar otras posibilidades de creación. En asocio con Señal Colombia, como parte del proyecto Con la lavadora al fondo (categoría Cantando en la Ducha) realizaron la canción Pa’lante, compuesta con elementos no convencionales. Con la Secretaría de Cultura de Pereira, en el marco del proyecto Cultura en Casa produjeron un corto documental, un recital pedagógico y un videoclip.

Son grandes los retos que piensan afrontar los integrantes de Soundklórica. Sus miembros están comprometidos con la causa, con romper tabúes y hacer de la música la mejor expresión de culturas e identidades. Y no es una causa fácil. Muy pocas personas piensan en lo excluyente que puede ser para un sordo o un ciego el ambiente de una discoteca o de un concierto, donde ellos no tienen cabida.
Es frustrante y es algo que debería cuestionar a la sociedad para promover espectáculos musicales incluyentes donde todos puedan tener en ellos una parte activa. Este tipo de propuestas musicales ponen un grano de esperanza. La Soundklórica le apuesta a a esa revolución de las cosas pequeñas que trascienden fronteras e imaginarios y rompen brechas y tabúes. Carolina y Ricardo afirman con gran humildad que su proyecto “es una experiencia que va más allá de los sentidos”.
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