27 Agosto 2022 08:08 pm

‘Las bodas de Fígaro’, una ópera revolucionaria

El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y la Compañía Estable presentan esta semana tres funciones de ‘Las bodas de Fígaro’, con música de Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte. Esta es una de las obras cumbres del repertorio de la ópera universal.

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Fígaro
Una escena del montaje de 'Las bodas de Fígaro' que se representará en Bogotá.

Esta semana los bogotanos podrán apreciar en el Teatro Mayor Las bodas de Fígaro, ópera con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte, que se basa en la comedia homónima del escritor francés Pierre-Augustin Caron de Beaumachais. Forma parte de una trilogía a la que también pertenece la obra El barbero de Sevilla, que llevó a la ópera el compositor Giovanni Paisiello en 1782, aunque es mucho más conocida y representada la versión que Gioacchino Rossini adaptó al lenguaje de la ópera en 1815 y que se estrenaría un año más tarde.
Aunque a primera vista Las bodas de Fígaro es una ópera bufa destinada más que todo a entretener y divertir, en realidad es una obra revolucionaria, no solo desde el punto de vista musical sino también por su su contenido. La historia cuenta los preparativos de la boda entre Susana y Fígaro, quienes intentan impedir que el conde de Almaviva se acueste con Susana antes de que se consuma el matrimonio.
Es una comedia de situaciones hilarantes pero con un trasfondo muy cercano a las ideas revolucionarias que comenzaban a tomar fuerza a finales del siglo XVIII y que desembocaron no solamente en insurrecciones armadas sino también el la defensa de los derechos de las personas. La ópera se estrenó tres años antes de la Revolución Francesa y molestó a la nobleza, que se sentía aludida por los dardos que les lanzaban y que daban a entender que la era de los absolutismos, y aún de las mismas monarquías, podía estar llegando a su fin.
La historia de esta pieza es bastante vericuetuda. Cuando Beaumarchais estrenó su comedia en 1784 generó tal revuelo que lo encarcelaron. Sin embargo, la obra circulaba en libros y Mozart logró hacerse a una traducción al alemán y encontró allí un material idóneo para la ópera bufa que quería componer.
Llamó a su amigo Lorenzo da Ponte para que adaptara el libreto. Así comenzó una relación entre ambos artistas que daría como resultado esta ópera y dos joyas más del repertorio de Mozart y de la ópera universal: Don Giovanni y Così fan tutte. A lo largo de 1785 trabajaron en secreto el texto prohibido. Mozart y Da Ponte tuvieron que sortear un obstáculo que parecía insalvable. El emperador José II de Austria, hermano de la reina María Antonieta de Francia, prohibió que la obra de Beaumarchais se representara en Austria.
Entonces Da Ponte se dedicó a cortar de su libreto los textos y pasajes más incisivos de la obra original, y de esa manera fue posible que el emperador le diera el visto bueno a la obra, que se estrenó en Viena. Una obra en la que resaltan algunas claves que corroboran aún más su espíritu contestatario. La trama sucede en un solo día y en un solo lugar, el castillo de Aguas Frescas, que podría ser una metáfora de esa sociedad feudal que estaba siendo sacudida en sus cimientos. Además resulta muy llamativo que en una ópera del siglo XVIII el papel de Susana, la sirvienta, sea más importante que el de la esposa del conde de Almaviva. Pocos días después del estreno de la obra en Viena, el periódico Wiener Realzeitung manifestó: “Aquello que hoy en día no está permitido decir, se canta”.
Desde entonces, esta ópera ha sido representada infinidad de veces y después de casi 250 años de su estreno ha logrado mantener su frescura y su vigencia. Su obertura, además, forma parte del repertorio habitual de las orquestas sinfónicas de todo el mundo. (Escuche la obertura aquí, en una interpretación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá realizada en 2014).

Valeriano Lanchas
Julieth Lozano (Susana) y Valeriano Lanchas (Bartolo).


Las bodas de Fígaro llega por sexta vez a Bogotá, 10 años después de su última representación en la ciudad. Esta coproducción del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y La Compañía Estable, la dirigen Martin Haselböck, fundador de la Orchester Wiener Akademie y especializado en el repertorio del clasicismo, y Pedro Salazar, experimentado director escénico colombiano, fundador de La Compañía Estable. Este grupo nació en 2008 y ha montado una veintena de óperas y ha trabajado de manera muy activa en coproducciones con diferentes teatros de la ciudad con el fin de ampliar la oferta de espectáculos teatrales en la ciudad.
Los papeles principales los interpretan el barítono español José Antonio López (Fígaro), la soprano colombiana Julieth Lozano (Susana), el barítono uruguayo Marcelo Guzzo y la soprano británica Kate Royal (los condes de Almaviva), el bajo-barítono colombiano Valeriano Lanchas (Bartolo) y la mezzosoprano colombiana Laura Mosquera (Cherubino). También participarán la Orquesta Filarmónica Juvenil y el Coro Filarmónico Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
Las funciones serán los días miércoles 31 de agosto a las 8 p.m., el viernes 2 de septiembre a las 8 p.m. y el domingo 4 de septiembre a las 5 p.m.

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