Todos contra Pogacar

Una jauría de ciclistas ávidos de gloria intentará –con más adrenalina que condiciones– destronar a quien hace dos años se sentó en el solio del Tour de Francia: Tadej Pogacar. Luego de su sorpresiva victoria en la última etapa de 2020 –cuando se llevó por delante a Primoz Roglic–, el esloveno exhibió en 2021 una superioridad tan pronunciada –a sus escasos 22 años– que resultó francamente frustrante para sus contrincantes. 

Este año, de nuevo, Pogacar es el gran favorito. Y otra vez su gran contrincante será su compatriota Primoz Roglic. Ambos son excelentes contrarrelojeros, ambos son prodigiosos escaladores. Sobre el papel, no parece haber quien les dispute los primeros lugares del podio. De manera que, también sobre el papel, alrededor de ellos pululará un enjambre de corredores en busca de protagonismo que aprovechará cualquier percance para saltarles encima. Entre ellos habrá tres colombianos: Daniel Felipe Martínez, uno de los líderes del Ineos Grenadiers; Nairo Quintana, el abanderado del Arkea Samsic; y Rigoberto Urán, el gladiador de mil batallas del Education First.

El favorito por Colombia

Daniel Felipe Martínez, el escudero de oro que salvó a Egan Bernal de un drama mayúsculo en el Giro de Italia que Bernal terminó ganando el año pasado, ahora tiene carta blanca para moverse como un capo. Eso sí, tendrá que compartir el liderato del Ineos Grenadiers con Geraint Thomas y con Adam Yates. La ausencia de Egan en el Tour, tras su calamitoso accidente en las carreteras cundinamarquesas, le dio la oportunidad a Martínez de mostrar sus condiciones de líder. Su victoria en la Vuelta al País Vasco y su tercer lugar en la París-Niza lo catapultaron a la lista de favoritos en el Tour. Él mismo se sintió optimista: “Si llego en bien al tour, creo que puedo rivalizar con Pogacar y con Roglic”, dijo a finales de mayo. Y puede que así sea. Es el campeón vigente de Colombia en la contrarreloj, y viene de disputar una excelente etapa a cronómetro en el Tour de Suiza; y en la montaña ha demostrado que no es inferior a nadie. Martínez tiene a su favor el excelente estado físico y mental en el que llega al Tour. Su desventaja será el hecho de compartir liderato con Thomas y Yates, una circunstancia que, sin duda alguna, lo limitará en sus intenciones. Su meta es subirse al podio del Tour, y no sería para nada raro que lo consiga. 

La última oportunidad del sueño amarillo

Para Nairo Quintana, quien ha subido al podio del Tour en tres ocasiones, será quizás la última oportunidad de acariciar su “sueño amarillo”. A sus 32 años, y con ocho tures encima, el boyacense tiene a su favor la experiencia, el respeto que se ha ganado dentro del pelotón y un inicio de temporada de ensueño, como ganador del Tour de los Alpes Marítimos y del Tour de la Provence, en los que demostró que había retornado a su nivel habitual. En su contra juega el hecho de dar la impresión de haber pasado ya por sus mejores años, en los que, de todas formas, nunca le alcanzó para acariciar el liderato, dada su debilidad para las etapas contra el reloj. Este año no será diferente. Además de la primera etapa, de 13 kilómetros, habrá una contrarreloj de 40 kilómetros en la penúltima etapa, justo antes de llegar a París. La gran desventaja, sin embargo, es el equipo. En cada Tour, sea con el Movistar, sea con el Arkea, Nairo parece correr solo, tratando de colgarse a la rueda de los equipos fuertes. Así, es probable que este año lo veamos seguir la estela del Ineos, el UAE y el Jumbo Visma, tratando de pelear algo para sí. Su gran objetivo es llegar de nuevo al podio, pero la tendrá muy difícil frente a competidores como Alexander Vlasov, del Bora; Geraint Thomas, del Ineos, y el mismo Daniel Felipe Martínez. Lo que sí es seguro es que Nairo dará la batalla.

El Rigo de siempre

Rigoberto Urán es quizás el ciclista de ruta más parejo de Colombia. Va bien contra el reloj, se defiende en la montaña y es buen rematador. Así consiguió el subtítulo del Tour de Francia en 2017, detrás de Chris Froome, a menos de un minuto de distancia. Su gran estrategia –y su mayor virtud– es medir sus propias fuerzas. No se desgasta atacando –de hecho, es muy raro ver un ataque suyo–, pero tampoco se descuelga fácil. Su regularidad hace pensar que este año también estará rondando los cinco primeros lugares. Su desventaja, sin embargo, es su temporada, en la que no se ha podido mostrar mucho. Incluso, llega a al Tour justo después de recuperarse de covid. El año pasado alcanzó a ilusionarse con el podio, pero en la etapa definitiva las fuerzas no lo acompañaron y terminó relegado al décimo lugar, a más de dieciocho minutos de Pogacar. Su rendimiento será una incógnita. Eso sí, siempre tendrá un chiste improvisado para divertirnos y recordarnos que el Tour es, sobre todo, para gozárselo.