Crecimiento económico y empleo: cada uno por su lado
El PIB creció por encima del 8 por ciento durante el primer trimestre, mientras que la tasa del desempleo en marzo fue del 12 por ciento.
Crédito: Yamith Mariño Díaz
Colombia celebra un crecimiento económico histórico, muy superior al de las economías de la región. El problema es que la tasa de desempleo también es la más alta. Cambios tecnológicos en las empresas, destrucción de pymes o un sector de construcción que aún no despega, son algunas de las posibles causas.
Las noticias sobre el comportamiento de la economía colombiana durante el primer trimestre en Colombia no pueden ser mejores. Según informó el Dane esta semana, el Producto Interno Bruto creció 8,5 por ciento respecto del mismo periodo de 2021. Las actividades que más contribuyeron fueron las de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida, rubro que creció 15,3 por ciento; manufacturas, con 11,1 por ciento, y las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, que crecieron 35,7 por ciento.
El presidente Iván Duque celebró el resultado histórico y dijo que esta es la evidencia de que no se trata de un rebote de la economía, sino de una verdadera reactivación. Por su parte, Juan Daniel Oviedo, director del Dane, mostró que la economía colombiana fue la tercera que más creció en este periodo entre los países de la OCDE, solo superada por Portugal (11,9 por ciento) y Reino Unido (8,7 por ciento).
Para Javier Mejía, economista y profesor de Stanford, se trata de una cifra “tremendamente alta para el histórico colombiano, pero también para cualquier otro punto de referencia comparativa, dentro de la OCDE y en América Latina, que es consistente con la reactivación de la economía interna”. Considera que, aunque este resultado tiene mucho que ver con la inercia de la economía local, la estabilidad de la política del Gobierno también ha contribuido.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, coincide en resaltar el buen resultado, que excede los pronósticos de los analistas y perfila a Colombia como líder del crecimiento económico en América Latina.
Mejía afirma que este resultado tan superior con respecto a economías medianas y grandes de la región, podría explicarse por una combinación de factores: beneficios en exportaciones, gracias al aumento de precios de materias primas; un banco central que ha sido más lento en retirar el estímulo monetario, así como un Gobierno que también se ha demorado más en retirar el estímulo fiscal, y, finalmente, un récord histórico de ingreso de remesas en 2021, de más de 10.000 millones de dólares, lo que “ayuda al financiamiento de la cuenta externa, pero, además, estimula el consumo a nivel local”.
Sin embargo, con respecto al resultado del PIB, señala: “No hay que olvidar que este tiene un efecto base importante en el sentido en que se está comparando contra el primer trimestre del año pasado, que fue relativamente malo, no tan malo como 2020, pero estábamos en pleno pico de contagios, todavía estábamos en restricciones, no era una situación de normalidad”.
Además, reitera la preocupación que ha expresado Fedesarrollo desde el año pasado debido a la brecha entre los resultados de crecimiento económico y el comportamiento del empleo, que fue del 12 por ciento en marzo de este año. “Es una especie de desacoplamiento entre el ritmo de recuperación de la actividad productiva y el ritmo de generación de empleo, y eso es muy grave porque, si no se recupera el empleo, va a ser muy difícil que se recupere el ingreso de los hogares en Colombia. Ahí tenemos un problema que está persistiendo en el tiempo”.
¿Qué pasa con el empleo?
Según el informe “Perspectivas sociales y del desempleo en el mundo 2022”, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la recuperación del empleo en la pospandemia ha sido más lenta de lo esperado, pero el panorama en América Latina es especialmente desalentador. Para este año, calcula que en nuestra subregión habrá 28,8 millones de desempleados, frente a 24,3 millones que había en 2019.
La previsión del organismo es que la tasa promedio de desempleo en América Latina se reduzca a 9,3 por ciento, frente al 10 por ciento de 2021, y solo recupere niveles de antes de la pandemia en 2023 o 2024. En el caso de Colombia, la comparación de una tasa de desempleo de 12 por ciento con la de otras economías latinoamericanas ya no resulta tan halagüeña.
En México, por ejemplo, la tasa de desempleo en marzo fue del 3,5 por ciento, mientras que en Chile y Brasil, durante el trimestre diciembre 2021-febrero 2022, la tasa fue de 7,5 por ciento y 11,2 por ciento, respectivamente. Tampoco resulta ya tan buena idea compararse con Reino Unido y Portugal, los dos países a los que se refirió el director del Dane para resaltar el crecimiento económico colombiano. En el Reino Unido la tasa de desempleo en marzo fue de 3,7 por ciento (la más baja desde 1974) y en Portugal fue de 5,7 por ciento.
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Es una especie de desacoplamiento entre el ritmo de recuperación de la actividad productiva y el ritmo de generación de empleo, y eso es muy grave porque, si no se recupera el empleo, va a ser muy difícil que se recupere el ingreso de los hogares en Colombia.
Según Luis Fernando Mejía, hasta cierto punto es natural que haya un rezago del empleo frente a la recuperación económica, pues los empresarios no reenganchan empleados mientras no estén seguros de esa reactivación. No obstante, conforme pasan los meses, esta explicación pierde peso, pues “ya estamos hablando de 15 meses durante los cuales la tasa de desempleo todavía está en 12 por ciento”.
La hipótesis preliminar de Fedesarrollo es que ha habido un desplazamiento de mano de obra no calificada debido a la aceleración de los cambios tecnológicos que la pandemia provocó en las empresas. En ese caso, el problema del desempleo podría ser un problema de más largo plazo y estructural.
De acuerdo con el informe de la OIT, el cierre y desaparición de pequeñas y medianas empresas durante la pandemia sugiere que la recuperación del empleo con respecto al crecimiento económico se retrasará, y que es probable que la calidad del empleo se deteriore. Añade que “aunque el crecimiento económico en la subregión se reanudó en 2021, el crecimiento del empleo sigue siendo limitado y ha sido impulsado en gran medida por el trabajo informal”.
Para Luis Fernando Mejía, otra de las claves para explicar el fenómeno del desempleo puede estar en el sector de la construcción, uno de los sectores (junto con el minero energético) que no ha retornado a sus niveles de antes de la pandemia. Según el Dane, la variación trienal, es decir, la tasa de crecimiento del primer trimestre de 2022 con respecto a ese mismo periodo de 2019, fue de -15,85 por ciento para explotación de minas y canteras, y de -19,8 por ciento para la construcción.
Según el director de Fedesarrollo, genera preocupación que el sector de la construcción no se haya podido recuperar, sobre todo si se tiene en cuenta que fue una de las actividades exceptuadas de restricciones durante casi toda la pandemia. Este hecho podría estar evitando una recuperación más rápida del empleo, pues la construcción es una gran generadora de empleos directos e indirectos.