El dueto de Petro por la justicia rural
Crédito: Yamith Mariño
Todo indica que José Antonio Ocampo, como ministro de Hacienda, y Cecilia López, como ministra de Agricultura, trabajarán en llave para llevar a cabo la reforma rural y volver productivo el agro. Ambos coinciden en los objetivos y conocen como pocos el sector.
El agrario será un sector clave en la presidencia de Gustavo Petro. Quizás por eso prefirió la experiencia de quienes ya han pasado por esa cartera y que comparten la vocación social del campo: Cecilia López, quien liderará la cartera de Agricultura; y José Antonio Ocampo, quien se desempeñará como ministro de Hacienda.
Ambos fueron ministros de Ernesto Samper, quien gobernó entre los años 1994 y 1998. Mientras Ocampo dirigía el Departamento Nacional de Planeación (DNP), López era la ministra de Medio Ambiente; y cuando Ocampo pasó a Hacienda, ella cambió al Ministerio de Agricultura, y en el último año de gobierno fue la cabeza del DNP.
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Ahora repiten nuevamente como equipo de trabajo desde los ministerios de Hacienda y Agricultura, una llave de la cual depende aumentar la productividad del país y poner en marcha la reforma agraria.
José Antonio Ocampo, ministro delegado de Hacienda, ha señalado en repetidas oportunidades que utilizará su experiencia como exministro de Agricultura, asesor en temas cafeteros y líder de la última Misión Rural para apoyar a Cecilia López en lo que ella necesite.
Por su parte, López ha señalado que es consciente de la necesidad de trabajar de la mano de los ministerios de Hacienda, Comercio y Ciencia y Tecnología para desarrollar la producción agropecuaria y diversificar las exportaciones de este tipo de productos.
Ocampo también tiene la misión de desarrollar la producción agropecuaria para diversificar la canasta exportadora y depender menos del petróleo, de modo que la tasa de cambio sea menos vulnerable a la volatilidad del crudo.
Ambos también comparten la visión de mejorar el acceso al crédito de los productores agropecuarios para que puedan comprar nuevas tecnologías y mejorar su productividad. De hecho, Cecilia López ha comentado que quiere revisar el traslado del Banco Agropecuario al Ministerio de Hacienda, realizado por Alberto Carrasquilla, porque no entiende muy bien esa movida. También ha dicho que quiere encontrar el equilibrio entre unos bancos sostenibles y unas tasas de interés bajas para los agricultores.
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La aplicación del catastro multipropósito para identificar las grandes extensiones de tierra e imponerles tarifas de impuestos más acordes a sus actividades y extensión es otra coincidencia entre los ministros.
La idea de Ocampo y López es que los dueños de grandes extensiones de tierras fértiles o productivas, que no las están utilizando con propósitos productivos, paguen más impuestos, para financiar la compra tierras que se entregarán a pequeños productores, y obtener recursos para programas que impulsen las actividades rurales.
Ocampo también está de acuerdo en invertir más en ciencia y tecnología para el desarrollo de conocimientos que aumenten la productividad del campo, y López piensa que es necesario mejorar la educación y calidad de vida de los campesinos, para que trabajen mejor.
Así las cosas, Colombia tendrá, como mínimo, dos ministros que trabajarán en equipo para impulsar el desarrollo rural con ideas y experiencias similares, lo cual podría, en principio, garantizar la agilidad en la presentación de proyectos y la puesta en marcha de las reformas que tanto necesita el campo.
