Francia Márquez pidió condonar deuda externa a países colonizados. ¿Es posible hacerlo?
Las acciones concretas de los organismos internacionales para condonar deudas externas en América Latina han beneficiado a Países Pobres Muy Endeudados (PPME); Colombia no hace parte de ese listado.
Este lunes Francia Márquez lanzó una sorprendente propuesta durante el Foro Permanente de Afrodescendientes ante la ONU. La vicepresidenta colombiana invitó a que se condonen las deudas externas de los países que han sufrido las consecuencias de la colonización, la esclavitud y la trata transatlántica.
Márquez dijo que esta sería una alternativa de “reparación histórica” y aliviaría la economía de los países que, por priorizar el pago de la deuda, no tienen la capacidad de invertir en asuntos sociales como educación, salud o infraestructura.
“Este espacio deberá permitir establecer agendas de transformación estructural, que lleven a dignificar la vida de los pueblos afrodescendientes en el mundo, que lleven a reconectar a África con su diáspora y que nos lleven a reconciliarnos como humanidad”, dijo la vicepresidenta de Colombia.
La condonación de la deuda externa no es una idea nueva. Es una propuesta que se ha realizado en varias ocasiones ante las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros organismos internacionales.
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Uno de los antecedentes más recientes es el del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) que por las dificultades económicas provocadas por la pandemia del covid-19, pidió la condonación de deuda externa para los países latinoamericanos, además de una mora sin intereses por dos años para acreedores privados.
Esa campaña internacional la apoyaron figuras políticas como Rafael Correa, Dilma Rousseff, Álvaro García Linera, e incluso el ahora presidente Gustavo Petro. Sin embargo, no logró la repercusión que esperaba por parte de los organismos internacionales.
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Aun cuando la emergencia sanitaria se considera como el momento económico de más incertidumbre en la historia reciente, el FMI optó por medidas que, aunque son consideradas de alivio, no son del nivel de la condonación total de la deuda.
Por ejemplo, donaciones directas por más de 50.000 millones de dólares para atender la emergencia, facilidades para acceder a créditos rápidos, y reducciones a la deuda de los países más pobres del mundo, la mayoría de ellos en África.
La petición de Francia Márquez no es la primera de su tipo que se hace desde Colombia. En 2021 el expresidente Iván Duque también planteó un beneficio de condonación de deuda a los países de América Latina que cumplieran con metas contra el cambio climático.
Ese “premio” a la sostenibilidad también fue propuesto por el presidente Gustavo Petro. Durante la Asamblea General de la ONU, el mandatario pidió que se perdonen parte de los pendientes económicos con los bancos internacionales para que los Estados reacomoden sus presupuestos y que puedan destinarlos a la protección de la selva de la Amazonia.
La iniciativa de Petro, que no es nueva, también se quedó en el aire como las otras propuestas con propósitos similares.
Los antecedentes de condonación
El FMI, por ejemplo, sí ha condonado el ciento por ciento de deudas externas de países de la región. En 2005 le perdonó las acreencias a Nicaragua (deuda de 137 millones de dólares), Bolivia (251 millones de dólares), Honduras (120 millones de dólares) y Guyana (48 millones de dólares).
El fondo también condonó la deuda de Haití en 2010 y le otorgó un nuevo crédito para que ese país caribeño se concentrara en la reconstrucción tras el devastador sismo de ese año.
La coincidencia con esos dos episodios de condonación es que los cinco países beneficiados son considerados Países Pobres Muy Endeudados (PPME), una categoría que se le da a los Estados que “están muy endeudados y que, con toda probabilidad, no pueden pagarlas por sí solos”.
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Las naciones nombradas anteriormente son las únicas cinco de todo el continente que cumplen con las condiciones para acceder al programa de grandes alivios del FMI.
Para Julio Romero, economista jefe de Corficolombiana, dado que Colombia nunca ha tenido incumplimiento en el pago de la deuda externa, es improbable que el país tenga argumentos para pedir condonación: "Es un tema de la competencia del Ministerio de Hacienda y no creo que esto vaya a prosperar. La propuesta de la vicepresidenta no puede entenderse como una solicitud formal de Colombia a sus acreedores", dijo el experto.
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El economista le explicó a CAMBIO que, si bien hay una presión fuerte por el alto endeudamiento que el Gobierno colombiano adquirió durante la pandemia y el alza en las tasas de interés, se espera que las últimas medidas de refinanciamiento tomadas por el Gobierno de Petro sean suficientes para abordar las acreencias a futuro.
Al término del segundo trimestre de 2022, la deuda externa colombiana con organismos internacionales se posicionó por encima de los 175.917 millones de dólares.
