Las niñas son las más violentadas
24 Noviembre 2022

Las niñas son las más violentadas

Crédito: Yamith Mariño Díaz

En 2022 ha ocurrido un incremento del 43 por ciento en casos de violencia sexual contra niñas menores de 14 años. Los expertos siguen temiendo un subregistro.

Por: Maria F. Fitzgerald

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En días recientes, el caso de Danna Sofía volvió a mostrar una realidad: el recrudecimiento de la violencia en contra de las niñas en Colombia. Danna, que tenía seis años, fue raptada y sometida a todo tipo de violencias, hasta que su cuerpo fue encontrado flotando, sin vida, en el río Chinchiná, en Caldas. 

La alarma por estos casos se ha convertido en algo recurrente para las autoridades, y para las organizaciones que buscan hacerle frente al abuso en niñas menores de 14 años. Pero, si hay una población que ha visto la violencia, principalmente la sexual, recrudecida durante el último año, ha sido esta. Algunos indicadores muestran un incremento que alcanza el 43 por ciento respecto al año anterior. 

“Aumentan las denuncias y aumenta la impunidad” 

Viviana Vargas, abogada y activista por los derechos de los niños, niñas y adolescentes, afirma que la justicia no se ha dado en estos casos pese a la viralidad que suelen tener en redes sociales, y a que las denuncias cada vez son más amplificadas tanto por la sociedad, como por los medios y las autoridades. Por lo contrario, para ella la indignación colectiva no ha ayudado a que las autoridades sean más efectivas a la hora de procesar estos casos.      

“Así como se deja en evidencia la sistematicidad de la violencia sexual hacia NNA, también se deja en evidencia la sistematicidad de la impunidad. El aumento de las denuncias, por indignantes y virales que se vuelvan, no ha implicado de ninguna manera un aumento de condenas ejemplares, es decir aumentan las denuncias así como aumenta la impunidad”, asegura Vargas.

Esa impunidad ocurre, por ejemplo, en el hecho de que en todo el país la violencia sexual contra niñas menores de 14 años aumentó en todos los indicadores. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, que se encarga de promover la salud sexual y reproductiva, en todo el país hubo un incremento del 7 por ciento en la maternidad en niñas de 10 a 14 años, pasando de 4.301 el año pasado, a 4.708 este año. Es importante aclarar que, para la ley colombiana, todo acto sexual con una niña menor de 14 años es violencia sexual. 

También hubo un aumento grave en los casos de violencia sexual contra niñas menores de 14 años, pasando de 6.184 casos en 2021, a 8.821 en 2022. Esta cifra sólo se vuelve más compleja cuando se compara con que, de acuerdo con los registros de esta misma oficina de las Naciones Unidas, el 42,7 por ciento de los casos de violencia sexual en Colombia ocurre contra niñas menores de 14 años. Bogotá es la ciudad del país que tiene mayor cantidad de casos, con 2.461 durante 2022. 

Sin embargo, para algunos expertos, continúa existiendo un importante subregistro en los casos. Por ejemplo, la Mesa en contra de la Explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes (ESCNNA) de Medellín, solo en esa ciudad se reportaron 735 casos de violencia sexual contra menores de edad hasta julio de este año.

“No hay lugar seguro para las niñas” 

Los abusos ocurren en todos los espacios. Tanto en las calles, como en el colegio y en el hogar, hay violencia sexual cotnra las niñas. Así lo considera Jazmín Santa, miembro del secretariado técnico de la Mesa en contra de la Explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes (ESCNNA). Santa señala que, de acuerdo con el rastreo de casos que han conseguido localizar, no existe un solo espacio seguro y que los entornos que tendrían que ser de proyección, no lo son. 

“La familia no está siendo el entorno protector, más bien se sigue romantizando a la familia como protectora cuando analizar casos detallados y no solo las cifras podría dar cuenta de lo que pasa en la realidad. Muchas veces niños, niñas y adolescentes no denuncian porque el familiar es la única persona que ellos, paradójicamente, sienten que los protege, hay confusión porque se sienten culpables de lo que les pasó o porque se trata de seres que aman o porque piensan que en la familia nadie les creerá por la imagen que de esta persona tienen”, asegura Santa.

Para ella, aunque las leyes que protegen a las y los menores existen en el papel, la ejecución de las mismas es demasiado baja. Por ello, considera, no existe un lugar seguro para las niñas en Colombia. 

A esto, es importante sumar el tratamiento que se le da a los casos una vez son denunciados. Santa dice que muchas veces, estos terminan siendo abordados como chismes, en lugar de darles el enfoque que merecerían tener: “El enfoque pareciera priorizar la denuncia y la penalización del victimario. En situaciones que tienen que ver con entornos digitales, esa atención en salud es más demorada, incluso frente a la falta de preparación de quienes recepcionan los casos tanto en el área de la salud como en la judicial”. 

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