El fraude de FTX, la gran casa de intercambio de criptomonedas
8 Enero 2023

El fraude de FTX, la gran casa de intercambio de criptomonedas

El último golpe a la credibilidad de las criptomonedas llegó con la declaración de bancarrota de FTX, una de las principales casas de intercambio, y el arresto de Sam Bankman-Fried (SBF), su fundador, para ser extraditado a Estados Unidos. SBF está acusado de fraude, causando pérdidas por 8.000 millones de dólares a sus inversores.

Por: Eduardo Sánchez

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El desplome del valor de las criptomonedas ha sido dramático para un gran número de inversores, que habían colocado sus ahorros (y sus esperanzas de volverse ricos) en esta invención tecnológica, presentada a menudo como el producto revolucionario que iba a cambiar el mundo (o, por lo menos, remplazar el sistema bancario tradicional). El valor actual del bitcoin, primera criptomoneda y la más popular, es de un poco menos de 17.000 dólares, cuando el 9 de noviembre 2021 había alcanzado su mayor valor: 67.562 dólares (el gráfico siguiente muestra la evolución de su valor en los últimos 12 meses).

FTX

El último golpe a la credibilidad de las criptomonedas llegó el 11 de noviembre 2022, con la declaración de bancarrota de FTX, una de las principales casas de intercambio, y el arresto el 12 de diciembre, en Bahamas, de Sam Bankman-Fried (SBF), su fundador, para ser extraditado a Estados Unidos. SBF está acusado de fraude, causando pérdidas por 8.000 millones de dólares a sus inversores.

La historia de SBF y de su empresa FTX merece ser contada, como ejemplo paradigmático de las ilusiones generadas por la revolución tecnológica actual, aceptada muy a menudo, sin discusión posible, como fuente de progreso y de riqueza, aunque en muchos casos el producto generado es aire.

Sam Bankman-Fried es el caso típico de informático joven (30 años) y genial, convencido de poder utilizar sus conocimientos para crear la nueva start-up de Silicon Valley, que va a transformar el mundo, al tiempo que va a volverlo millonario en tiempo récord, de la misma manera que su modelo Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.

SBF tuvo además la ventaja de haber nacido en un hogar de profesores de la Universidad Stanford, una de las más importantes de la Silicon Valley, cuna de Google entre otros productos informáticos, y haber hecho sus estudios en el famoso MIT, equivalente de Stanford en la costa este de Estados Unidos. El padre, Joseph Bankman (67 años), y la madre, Barbara Fried (71 años), son reputados profesores de la Facultad de Derecho de Stanford, desde finales de los años 80. Él es un experto en impuestos mientras que ella, jubilada este año, trabajó en las relaciones entre derecho y filosofía. El hijo creó FTX en 2019, como una casa de intercambio de criptomonedas, convertida rápidamente en un imperio de 32.000 millones de dólares, activo en fundaciones filantrópicas y en donaciones a partidos políticos, haciendo lobby para impedir todo control a los negocios de criptomonedas. Junto con Binance, otra casa de intercambio, FTX llegó a tratar la mayoría de las operaciones con criptomonedas realizadas en el mundo. La sede de FTX fue establecida en Bahamas para escapar al fisco, asunto en que el padre fue un gran consejero.
 

Aunque SBF se ha declarado inocente de las acusaciones en su contra y su juicio empezará solo el 2 de octubre de este año, es posible entendee el modo de funcionamiento del fraude gracias a explicaciones dadas por el mismo SBF en una entrevista al podcast Odd Lots del sitio de información económica Bloomberg, el 22 de abril 2022. De manera cínica y con la arrogancia que le da el sentimiento de impunidad y de superioridad típico de estos empresarios, SBF dio en dicha entrevista los pasos para convertirse en millonario:

  • Una sociedad crea una empresa, presentándola como algo que va a revolucionar el mundo.
  • La empresa crea un token (criptomoneda) para permitir a sus propietarios beneficiarse “de todas las cosas geniales que va a generar”, aunque no se indique claramente cómo se van a generar beneficios.
  • Los propietarios se reservan una mayoría de los tokens generados (esta generación no cuesta nada, es aire). Una parte de los tokens se distribuye gratuitamente, para hacerlos conocer (operación llamada airdrop en la jerga de las criptomonedas).
  • Comienza el mercado de los tokens, limitando el número disponible para aumentar su precio.
  • Rápidamente, el emisor de los tokens adquiere una fortuna virtual: si, por ejemplo, se ha reservado mil millones de tokens y estos alcanzan un valor de 2 dólares, su fortuna virtual es de 2.000 millones de dólares.
  • Utilizando esta fortuna virtual, el emisor puede pedir un préstamo a bancos o entidades financieras tradicionales. El préstamo, que puede llegar fácilmente a una tercera parte de la fortuna virtual, es recibido en monedas reales, por supuesto.
  • El préstamo nunca será devuelto y su receptor utiliza esta fortuna real para contratar abogados que minimicen las pérdidas.
     

Utilizando este modo de empleo de SBF, podemos ahora explicar cómo funcionó su fraude en la vida real:

  • Su empresa, FTX, creó el token FTT.
  • Enseguida, creó una segunda empresa, el hedge fund Alameda Research.
  • Una gran parte de los tokens FTT reservados por SBF para su uso personal fueron transferidos a Alameda Research, creando su valor virtual.
  • FTX obtuvo de varias instituciones financieras (incluida Alameda Research) miles de millones de dólares en préstamo.
     

La alarma saltó el 2 de noviembre de 2022 cuando el sitio especializado CoinDesk reveló que el principal activo de Alameda Research eran los tokens de FTX. Y, cuatro días después, el propietario de Binance anunció la venta de todos sus tokens FTT, haciendo desplomar su valor. Asustados por estos anuncios, los clientes de FTX quisieron recuperar sus dólares, llegando a pedir un reembolso de 6.000 millones de dólares en tres días. Pero, por supuesto, FTX no tenía cash: se lo había prestado a Alameda Research. Y esta ultima había gastado gran parte de ese dinero, en donaciones políticas, gastos personales, filantropía, etc. Y los FTT, como el aire, se vendían por nada… Fin de la aventura. 

Queda por ver si se cumple el último paso anunciado por SBF en su entrevista a Bloomberg: poder conservar una gran parte de la fortuna que le entregaron sus inversionistas. Por lo pronto está en buena ruta: pagó una fianza de 250 millones de dólares, se declaró inocente y un equipo de excelentes abogados está a cargo de su defensa. ¿Moral de la historia? Ninguna, por supuesto.
 

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