Bioempaques: ¿una alternativa al plástico de un solo uso?
4 Noviembre 2022

Bioempaques: ¿una alternativa al plástico de un solo uso?

La reforma tributaria aprobó un impuesto a los plásticos de un solo uso. Aunque para Acoplásticos esto traerá un costo extra para los alimentos que lo utilizan, los bioempaques podrían ser una alternativa.

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Los bioempaques han empezado a abrirse paso como una alternativa al uso del plástico. En Colombia, según cifras de 2019 de la Cámara de Comercio de Bogotá, se generaron alrededor de 1,2 millones de toneladas de este material.

Por la problemática que han provocado los plásticos de un solo uso, las leyes se han ido endureciendo en contra de su producción.

En julio del 2022 el Congreso prohibió el uso de este tipo de plásticos. Una medida que se ha empezado a hacer efectiva de manera paulatina. Además, en la reforma tributaria que recién fue aprobada, se les incluyó un nuevo impuesto.

En el texto del proyecto se incluyó un nuevo impuesto a los envases, embalajes y empaques plásticos de un solo uso equivalente a 1,9 pesos por gramo de plástico utilizado.

Desde Acoplásticos han señalado que esto “representará un incremento en el precio del alimento, bebida o producto de aseo o limpieza que viene empacado o envasado, que puede llegar a ser de entre 1 por ciento y 6 por ciento”.

Además han criticado que en muchos de los casos no hay un sustituto del plástico y que si existe no cuenta con precios competitivos en el mercado.

Una de las primeras alternativas a los empaques de plástico fueron las bolsas oxodegradables. Sin embargo, estas presentaron un problema y es que se realizó una modificación molecular al plástico para que se dividiera en millones de partes. Aunque el plástico desaparecía al ojo humano dejaba nanoplásticos nocivos para la salud y el ambiente.

A diferencia de estos, los bioempaques para la microbióloga e investigadora del instituto Sinchi, Clara Patricia Peña, son un “empaque capaz de degradarse en un tiempo relativamente corto que va desde meses hasta años, pero no es superior a los cinco años”. Estos se realizan a partir de biopolímeros que vienen de resinas naturales o de almidones como la papa, la yuca o el maíz.

La investigadora explica que también se pueden realizar con colágeno obtenido de la producción animal pero genera unos costos más altos. Añade que hay dos tipos de bioempaques: los flexibles, también conocidos como bioplásticos, que cambian de forma son similares al vinipel y sirven para realizar empaques similares a las bolsas. Y los rígidos que se utilizan más para productos como los platos o las cajas.

Además, Clara Peña señala que este tipo de empaques sirven para cualquier tipo de alimento y que dependiendo de la necesidad se puede fabricar. Sin embargo, el costo económico sigue siendo un reto aunque es una industria en crecimiento en todo el mundo.

Peña también es coordinadora del proyecto de bioempaques en el Amazonas y señala que buscan que este producto sea más competitivo.

La línea de investigación ha estado enfocada en utilizar las plantas de esta zona del país para encontrar resinas, almidones y polimerizantes adecuados que logren bajar los costos de producción.

Los polimerizantes son necesarios para realizar bioempaques, sin embargo el ácido poliláctico, que es el que más se utiliza, no se produce en Colombia y esto aumenta los costos de producción.La investigadora explica que en el proyecto están trabajando para poder encontrar polimerizantes con plantas amazónicas.

Ante las prohibiciones e impuestos que han tenido los plásticos de un solo uso, se espera que aumente la demanda de los bioempaques y se haga más competitiva su producción. Estos, al igual que los plásticos reciclados, no quedaron gravados en la reforma tributaria y podrían ser una alternativa para las empresas de alimentos.

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