Bloqueos en Buenaventura: ¿un arma de negociación o un grito desesperado?
26 Noviembre 2022

Bloqueos en Buenaventura: ¿un arma de negociación o un grito desesperado?

Crédito: José Luis Guzmán. Diario El País.

Mientras más de 40.000 familias suplican por una solución a las calamidades producidas por el invierno y al mal estado de las vías, camioneros y empresarios de carga reclaman al gobierno mayor presencia en las carreteras para evitar los paros que acarrean pérdidas millonarias.

Por: Olga Sanmartín

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El pasado lunes 21 de noviembre, Fredy Bedoya, de 47 años, salió a las cinco de la mañana del parqueadero Rancho Verde, en Buenaventura, como de costumbre, piloteando su enorme tractomula de 36 toneladas de capacidad de carga. Su misión era llegar a Pereira unas cinco horas después para descargar allí los contenedores repletos de pescado congelado. Lo que no sabía Fredy es que a unos 400 kilómetros de distancia, a la altura de Cisneros, municipio del Valle del Cauca, un grupo de ciudadanos desesperados, indígenas y afro, también habían madrugado para bloquear la vía Buenaventura-Buga, con el fin de protestar, exigir la presencia de altos representantes del gobierno nacional y demandar soluciones urgentes a la dura situación que estas comunidades enfrentan a causa de la fuerte ola invernal.

bloqueos

Fredy estuvo parqueado durante tres días. El martes tuvo una oportunidad de seguir el camino, cuando los manifestantes abrieron paso a algunos vehículos, pero muy cerca, en el túnel número cinco, un derrumbe de enormes piedras terminó de taponar la vía: “No pudimos pasar, pero al menos no me atracaron, como les sucedió a los compañeros que estaban mas atrás en el bloqueo. En motos y armados, unos delincuentes les robaron todo lo que pudieron”.

El miércoles a mediodía la viceministra del Interior, Lilia Solano, y otros representantes del gobierno nacional y municipal hicieron presencia en la zona. Tras largas conversaciones con las comunidades, en las horas de la tarde se despejó parcialmente la vía. Fredy aprovechó y salió con el afán que da el retraso. Llegó a Pereira muy tarde en la noche pero corrió con suerte, los pescados aún no se habían descongelado y, ya casi amaneciendo, terminó la descarga. De haberse perdido la carga, como suele suceder con muchos alimentos perecederos cuando no llegan a tiempo a su destino, Fredy habría tenido que esperar entre tres y cuatro meses el pago de ese transporte; es el tiempo que requiere la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, Colfercar, para hacer las gestiones frente a las aseguradoras.

Camioneros

Casado y con dos hijos, Fredy está agotado de los bloqueos y desgastado con el estado de las vías que recorre desde hace décadas. Entiende la situación de necesidad de las diversas comunidades, pero “con los bloqueos todos perdemos, todo se pone más caro, y nosotros llevamos la peor parte, nadie nos compensa el tiempo y ya es suficiente con la inseguridad cada vez peor en las carretras y el pésimo estado en que muchas vías se encuentran”.

En condiciones normales, Fredy hace unos 14 viajes al mes en su tractomula, pero “se acabó noviembre y solo he podido hacer seis viajes”. A vuelo de pájaro, cree que durante 2022 se ha topado con más de 20 bloqueos, “tres debido a la ola invernal, los demás por el descontento. La mayoría, aclara, en la vía Buga-Buenaventura”.

Al cierre de este artículo, Fredy se encontraba de nuevo “parqueado”. El viernes ya estaba de regreso en Buenaventura, ciudad donde vive. A las nueve de la mañana salió en su tractomula hacia el Puerto de Aguadulce, a 40 minutos de distancia, para devolver a su lugar los contenedores ya vacíos. Se alineó en la fila para ingresar, pero doce horas después no lo había logrado: sus colegas bloquearon la entrada al puerto para protestar por las demoras en las operaciones logísticas y el pésimo estado de la vía.

Pérdidas millonarias

La situación de Fredy la vivieron más de dos mil camioneros que transitaban por la vía el pasado lunes y que son grandes perdedores. También cientos de ciudadanos sin voz. Y por supuesto, los sectores que anunciaron pérdidas millonarias.

Camioneros
Créditos : José Luis Guzmán. Diario El País

Nidia Hernández Jiménez, presidente ejecutiva de Colfercar, dice que “esa situación genera cuantiosas pérdidas para el sector del transporte terrestre, lo que impacta la cadena de suministro de la canasta familiar y el comercio exterior”. Aprovecha para pedirle al gobierno nacional extender la protección a las demás zonas de la costa pacífica, teniendo en cuenta que Buenaventura es la despensa de esta región del occidente colombiano. Y puntualiza diciendo que “no solo son los bloqueos, también el mal estado de las vías repercute en pérdidas”.

Javier Díaz, de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, explicó que por la vía Buga-Buenaventura se movilizan en promedio 50.000 toneladas de carga (exportación e importación) que representan el 40 por ciento del comercio del país. Según cifras de la asociación, “en total, por cada día de bloqueo se dejaron de movilizar unas 65.000 toneladas de mercancía y las pérdidas ascendieron a cerca de 40.000 millones de pesos”.

Algunos empresarios que prefirieron mantener sus nombres en reserva creen que los bloqueos se convirtieron en un arma de negociación desde el estallido social y que ahora se vale cualquier excusa para “chantajear y negociar. El gobierno es irresponsable al no adoptar una posición clara frente estas vías de hecho. Para tener acceso a los derechos hay que cumplir con los deberes. Pero eso no sucede. No es legítimo reclamar derechos vulnerando los derechos de los demás ciudadanos, pero el gobierno guarda silencio. El país debe priorizar la vigilancia sobre la vía a Buenaventura, tan importante para Colombia, y hacer un monitoreo permanente con tecnología satelital y presencia de la fuerza pública. Nos sentimos desprotegidos y vemos un creciente poder de la anarquía”.

Situación desesperada

En la región son cerca de 4.000 familias entre indígenas, campesinos y afro, damnificadas por el invierno, y muchas de estas familias perdieron hasta sus viviendas. Las negociaciones con el gobierno, encabezadas por la viceministra del Interior, Lilia Solano, incluyeron seis puntos. Los más urgentes, ayudas alimentarias inmediatas y subsidio para arrendamientos, entre otros, permitieron la apertura provisional de la vía el miércoles en la tarde. Los otros puntos buscan soluciones “a la situación desesperada”, en palabras de la viceministra, no solamente ocasionada por la ola invernal sino también por temas como la seguridad de la zona. Gran reto para el gobierno, si se tiene presente que la ola invernal está haciendo estragos a lo largo y ancho del país.

Al respecto, la gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, le dijo a CAMBIO que uno de los principales retos que ha tenido que asumir el Valle del Cauca este año es la temporada de lluvias. “Creíamos que la primera temporada del año había sido fuerte, pero realmente fue el ‘abrebocas’ de esta segunda ola invernal en el suroccidente colombiano. Hemos invertido más de 60.000 millones de pesos en el alquiler de maquinaria amarilla para atender estas zonas afectadas y, además, hemos entregado en todo el departamento por lo menos 19.000 kits humanitarios”.

En cuanto a las solicitudes consignadas en el pliego de negociación, la gobernadora explica que “fueron presentadas principalmente al gobierno nacional. Nosotros hemos estado acompañando a la comunidad afro, indígena y campesina desde hace meses con nuestras secretarías de Etnias, Convivencia y Seguridad y Gestión del Riesgo, y constantemente hemos acudido a Dagua y Buenaventura para dialogar con las autoridades municipales y comunitarias para entregar ayudas urgentes que han requerido. En este punto, ya la pelota está en la cancha de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y el Ministerio del Interior”.

Negociaciones
Créditos: José Luis Guzmán. Diario El País

En cuanto a los bloqueos como mecanismo de protesta, la gobernadora asegura que seguirá priorizando la vía del diálogo para la resolución pacífica de conflictos, pero pide a la ciudadanía no acudir a estas vías de hecho para realizar sus peticiones al gobierno nacional. “La Gobernación del Valle siempre está presta para acudir a la concertación. Los bloqueos nos generan pérdidas millonarias en la región, mucho más en esta ola invernal donde necesitamos tener las vías habilitadas. Los bloqueos no solo se afectan el progreso de la región, sino también la vida cotidiana de todos los vallecaucanos".

El viernes en la mañana, la vía ya estaba totalmente despejada. Sin embargo, algunos voceros de las comunidades aseguraron que bloquearían la vía cuantas veces fuera necesario. La viceministra aclaró a las comunidades que no es necesario recurrir a esas vías de hecho para buscar el diálogo con el gobierno "porque hay un compromiso real de cumplir lo pactado, de tal forma que no quede afectada la movilidad", pero no está claro si las comunidades entendieron y acogieron el mensaje.

CAMBIO preguntó al gobierno, a través del Ministerio del Interior, si había alguna estrategia para evitar nuevos bloqueos, pero no obtuvo respuesta.

Por ahora, los hechos parecen hablar. Al cierre de este artículo, indígenas del municipio de Guacarí, al norte de Buga, protestaban y amenazaban con nuevos bloqueos de la vía Buga-Cerrito, a pesar de que ya hay un acuerdo negociado con el gobierno nacional. Exigen ellos la presencia de los ministros de la república porque “para resolver sus exigencias necesitan un tratamiento de primera”.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí