El costo social de reabrir los mataderos municipales
19 Noviembre 2022

El costo social de reabrir los mataderos municipales

El cierre de mataderos municipales y los mayores estandares de calidad exigidos a los existentes ha redudando en mejores índices de salud pública en el país.

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Un experto en salud pública le explicó a CAMBIO por qué la propuesta de reabrir los mataderos municipales puede resultar más caro para la sociedad.

Por: Iván Serrano

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El pasado 16 de noviembre, en la rueda de prensa ofrecida por el presidente Gustavo Petro para dar un balance de sus primeros 100 días de Gobierno, el mandatario hizo la controvertida propuesta: “Colombia no puede quedar en manos de un monopolio de frigoríficos de carne de res, se ha llegado a ese punto porque el Invima acabó con la figura del matadero municipal, hay que dar vuelta atrás”.

Al respecto la Asociación de Frigoríficos de Colombia ya tiene sus proyecciones en materia de costos de infraestructura, el gremio considera que reabrir un matadero puede valer 5.000 millones de pesos. Teniendo en cuenta que entre 2016 y 2022 el Invima cerró en todo el país 359 mataderos que no cumplían con la reglamentación sanitaria, la propuesta del presidente de reabrir estos mataderos podría requerir de una inversión cercana a los 2 billones de pesos.

Los costos en salud pública

José Alejandro Daza, médico magíster en epidemiología clínica, le explicó a CAMBIO los costos en materia de salud pública que conllevaría la propuesta de reabrir los mataderos municipales.

Según el médico, que cuenta con un doctorado en salud pública, poner de nuevo en funcionamiento estas plantas de beneficio sin atender la normatividad exigida por el Invima traería enormes perjuicios para el país, en otras palabras, sería peor el remedio que la enfermedad.

CAMBIO: En términos de salud pública, ¿cuáles serían los costos de reabrir los mataderos tal y como funcionaban en los municipios?

José Alejandro Daza: En términos de salud pública hay un impacto enorme en dos vías: uno, por el aumento de enfermedades tipo gastroenteritis, enfermedades inmunoprevenibles. El segundo es un impacto negativo en algo que el país ya había solventado: las infecciones por cepas microbianas de bacterias bastante complejas de abordar como E coli, salmonela y campylobacter. Esas bacterias han sido controladas debido a los mayores estándares de calidad posterior al sacrificio, que garantiza el mantenimiento de la cadena de custodia de frío.

CAMBIO: ¿Existen mediciones que demuestren, en materia de salud pública, que el haber cerrado mataderos que no cumplieran con los estándares de salubridad haya funcionado?

J.A.D.: Sí. En efecto, el Instituto Nacional de Salud reportó el descenso de la mortalidad por gastroenteritis y diarreas en primera infancia y poblaciones vulnerables. Eso se ha visto precisamente en los últimos siete años. Ahora bien, debo aclarar que el acceso a agua potable y las mejoras en la calidad de la misma en diversos municipios del país también incide en el mejoramiento de las cifras. Sin embargo, si uno controla la fuente y el tránsito de la cadena de frío y la calidad de los procesos en los mataderos, se genera un impacto positivo en la salud.

CAMBIO: En términos legales, teniendo en cuenta la actual normatividad de salubridad vigente en Colombia, ¿qué tan complejo es poner en marcha la iniciativa de reabrir los mataderos municipales? 

J.A.D.: Yo creo que si la medida es volver a abrir los mataderos, hay que aprender de las lecciones del pasado. Lo primero es pensar en cuáles son las medidas que deben cumplir estos establecimientos en materia de calidad y salubridad, para garantizar que el proceso sea realizado con los estándares más altos en términos de salud pública. Lo segundo es la gestión intersectorial. Si bien es cierto que la rectoría del manejo de estos mataderos es pública, no se puede restringir la gobernanza de esos mataderos. Toca permitir que el sector privado participe en la generación de procesos de calidad. La inclusión del sector privado en temas de innovación tecnológica, seguramente mejorará la calidad. Y un tercer elemento es garantizar la sostenibilidad financiera de los mataderos, ese fue uno de los problemas que tuvimos en el pasado.

Esta iniciativa también tiene un impacto macroeconómico, Colombia es el segundo país exportador de carne en América Latina y una de las características del producto es la calidad. Si se disminuye el estándar de calidad también habrá un impacto en la capacidad de información.

CAMBIO: ¿Es viable reabrir los mataderos sin tener en cuenta las condiciones sanitarias que actualmente se exigen?

J.A.D.: Reabrir esos mataderos que fueron clausurados por no cumplir con las expectativas es mucho más costoso que seguir por la vía de lo que en el país ya había invertido. Reabrir esos mataderos significa iniciar prácticamente de cero. 

Tenemos que pensar que lo importante es la salud de las personas y el bienestar de las mismas. Hay otras medidas que podemos tomar para detener el aumento del precio de las carnes que son más prudentes que reabrir mataderos. No obstante, la idea no es tan descabellada siempre y cuando uno tenga en mente los aprendizajes del pasado.

 

 

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