La guerra de la marihuana en el Cauca
9 Octubre 2022

La guerra de la marihuana en el Cauca

Crédito: Colprensa

En el norte del departamento hay más de 3.000 hectáreas de cultivos, en su mayoría de comunidades indígenas que hoy viven en medio de enfrentamientos de grupos ilegales.

Por: Javier Patiño C.

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En la tarde del martes 27 de septiembre, en redes sociales comenzaron a circular videos que mostraban a cientos de habitantes movilizándose en chivas y motos hacia el municipio de Florida, en el Valle del Cauca.

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El motivo era la erradicación de las matas de marihuana que habían sido cultivadas en una vereda en las afueras del municipio vallecaucano.

La situación generó varios comentarios, entre ellos el de que la movilización se trataría de una acción por parte de las comunidades en “defensa de la madre tierra”. Por ello, se dirigirían a erradicar los cultivos ilícitos de la zona.

Pero la realidad era otra: testimonios dados por la comunidad afirmaron que, por orden de integrantes de la columna Dagoberto Ramos, disidencias de las Farc, fueron enviados a realizar la erradicación forzada a los cultivos que, al parecer, eran de integrantes del ELN.

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Se cree que el cultivo en la vereda tenía una extensión de más de diez hectáreas, que no estaban permitidas por las disidencias, porque estaba siendo comercializada a un precio más bajo de lo estipulado por el grupo ilegal.

Durante los últimos dos meses, en la zona se presenta una fuerte confrontación entre ambas organizaciones ilegales por el control del negocio de la marihuana.

La disputa ha llevado al desplazamiento de cerca de 1.000 personas que han quedado en medio de los combates.

La importancia de la zona 

Las autoridades han detectado en el norte del Cauca más de 3.000 hectáreas de cultivos de marihuana concentradas en los municipios de Toribío, Corinto, Caloto, Miranda y Jambaló, con un potencial de producción de más de 1.800 toneladas anuales.

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“Los cultivos empezaron desde la década de los ochenta, cuando integrantes del frente sexto de las Farc obligaron a campesinos de la zona a cultivar marihuana, y hoy ya hacen parte de su economía diaria”, señaló un investigador de la Policía.

marihuana

En los últimos años, para los grupos ilegales los cultivos han tomado mayor importancia. Están sembrando la variedad creepy, que contiene una alta concentración de tetrahidrocannabinol (THC), su principal psicoactivo. 

“En el año se pueden producir hasta cuatro cosechas, al utilizar mezclas especiales que permiten mayor calidad del THC y rentabilidad en el peso, lo que hace que la calidad sea apetecida por organizaciones internacionales”, enfatizó el investigador. 

El negocio también es rentable y seguro para los campesinos, porque al sembrar coca las ganancias se ven cuando la pasta es procesada en laboratorios. En el caso de la marihuana, por el contrario, basta con cortar la mata y entregarla para recibir el dinero.  

Según datos de la Policía Antinarcóticos, en el Cauca se puede conseguir un kilo de marihuana en 400.000 pesos; al pasar al Huila, 800.000, y si llega a la frontera con Ecuador, 1.500.000 pesos.

El negocio puede obtener más ganancias si llega al mercado internacional, en países como Brasil, Paraguay o Chile, en el que puede alcanzar los 8.000 dólares. En Europa, puede aumentar hasta 15.000 dólares.

Las autoridades han identificado que las organizaciones ilegales, en especial las disidencias de las Farc, camuflan los cargamentos en medio de frutas en el puerto de Buenaventura, y utilizan buses intermunicipales, carros y motos para sacar la marihuana hacia Ecuador. 

En 2022, la Policía ha incautado 233.799 kilos de marihuana que iban para mercados internacionales.

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Grupos en disputa 

Una de las primeras disidencias de las Farc que apareció en el Cauca fue la Dagoberto Ramos, en 2016. Los organismos de inteligencia identificaron que en un comienzo contaba con 30 integrantes. Luego de seis años, ya alcanzan los 1.500.

Su zona de injerencia es el llamado “triángulo de la marihuana”, conformado por los municipios de Corinto, Miranda y Toribío, donde hay más de 900 hectáreas de cultivos, en su mayoría de propiedad de comunidades indígenas.

“El trabajo de los disidentes es custodiar los extensos cultivos de marihuana creepy, para luego sacarla al Pacífico caucano por la región de El Naya, y entregar los cargamentos a emisarios de carteles mexicanos”, señaló un alto oficial que pidió la reserva de nombre.

El negocio es tan rentable que les salió una fuerte competencia. En los últimos dos meses a la zona han llegado varios integrantes del frente noroccidental del ELN con la principal tarea de adueñarse del negocio de la marihuana en el norte del Cauca.

Las autoridades han visto cómo se han incrementado las disputas entre ambas organizaciones, que han dejado varios muertos y heridos que son recogidos para evitar ser encontrados en la zona.

Alertas en defensa de la población

La Defensoría del Pueblo emitió el pasado 2 de octubre la alerta temprana 019 de 2022, en la que advierten un escenario de riesgo por la disputa territorial que se viene presentando entre grupos armados ilegales que operan en el norte del departamento del Cauca y han venido causando zozobra entre la población civil.

Para la Defensoría, la disputa se está trasladando a los municipios cercanos de Nátaga y La Plata, en el Huila.

Para el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, “este territorio resulta estratégico y permite una conexión rápida entre las regiones Andina y Pacífica, está en límites con el Cauca y cuenta con una ruta desde el norte hasta el sur del Huila para el comercio de bienes y mercaderías en general, que los delincuentes buscan manejar para sus actividades criminales”.

La alerta temprana advierte que la columna Dagoberto Ramos incurre en conductas vulneratorias como reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes; cobro de extorsiones a los transportadores, comerciantes y campesinos, y utilización de la población civil para el transporte y distribución de marihuana.

“Aunque la explotación económica de la marihuana constituye un interés predominante de la columna móvil Dagoberto Ramos, resulta claro que el dominio de la red vial también posibilita el control sobre la distribución de otros enseres y productos de carácter legal, como alimentos, semillas y productos agrícolas, entre otros. Allí se registra también el cobro de extorsiones a los agricultores y comerciantes”, explicó Carlos Camargo. 

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Compromiso por la paz total

Para Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado, se requiere un mayor control de los cultivos en la zona. Esto podría afectar el proyecto de la paz total.

“La Dagoberto Ramos se ha comprometido a participar en las negociaciones con el actual gobierno, pero el negocio sigue siendo de interés de otras organizaciones criminales que han llevado a enfrentamientos en los que se puede perder la posibilidad de arrancar de una mejor manera todas las políticas vinculadas a la paz total”, afirmó Libreros.

Para el profesor, el Ministerio de Defensa debe garantizar con un mayor despliegue militar y policial en los puntos estratégicos de los cultivos ilícitos ubicados en el departamento del Cauca, para evitar que se construyan nuevas rutas de narcotráfico y tráfico de armas.

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