¿Qué le preguntaron a Guillermo Murcia en sus seis horas de secuestro?

El pasado 21 de febrero en la vereda Palmarito, en Fortul, Arauca, fue secuestrado y dejado en libertad a las pocas horas Guillermo Murcia Duarte, candidato a una de las circunscripciones de paz en representación de la Asociación de Sobrevivientes de Minas Antipersonal Luchando por la Dignidad y la Paz, Asodigpaz. Murcia representó a las 12.301 víctimas de minas antipersonal en La Habana, Cuba y actualmente está jugado con el proceso de paz. Su anhelo es llegar al Congreso de la República por una de las curules para las víctimas y por eso las correrías políticas son pan de cada día para él.

Ese 21 de febrero, según le contó a Cambio, se lo llevaron porque tal vez estaba en una zona “equivocada”, un lugar de influencia del Ejército de Liberación Nacional, ELN. Mientras hacía proselitismo político, a menos de un mes para las elecciones, cuatro hombres armados llegaron a la vereda, a una hora de Fortul, le quitaron las armas a sus escoltas y se los llevaron para otro lugar. Murcia Duarte fue secuestrado en compañía de sus dos escoltas y dos personas más de su equipo de trabajo. 

Luego de llegar al lugar, les quitaron sus cédulas y teléfonos celulares. “Una persona se llevó nuestras pertenencias mientras que otros dos debajo de un árbol nos hacían preguntas personales como a qué nos dedicamos y dónde vivimos”, explicó. 

frase-destacada

“Una persona se llevó nuestras pertenencias mientras que otros dos debajo de un árbol nos hacían preguntas".

En el transcurso de la ilegal indagatoria les contó que era un líder social y víctima de minas antipersonal. Que es un campesino y ganadero de 39 años, quien sobrevivió a un artefacto explosivo que le ha significado 18 cirugías reconstructivas desde 2005. Además, que se salvó dos veces de minas antipersonal gracias a sus dos perros. 

Según Murcia, luego de la indagatoria y de que otros hombres armados verificaran sus datos le dijeron “usted es como conocido”. Inmediatamente, y además por la presión mediática que había sobre el secuestro múltiple, le anunciaron que lo dejarían ir pero al día siguiente. Murcia pidió que lo dejaran ir esa misma noche porque su familia debía estar angustiada y entonces los hombres accedieron. Les indicaron cuál era el camino por donde debían volver y fue así como recobró la libertad junto con su equipo y escoltas. Lo que sí se quedaron los hombres armados fueron las armas porque según los captores “eran del Estado”.

De acuerdo con Murcia, el secuestro exprés se habría dado por estar en el lugar incorrecto, un lugar de influencia del ELN. 

Así, secuestrado, terminó un día de campaña política de uno de los aspirantes a las curules de las víctimas. Según Murcia, el hecho mostró las pocas garantías de seguridad que tienen los líderes sociales y políticos en el departamento. Murcia hace unos meses había sacado a su hijo de Arauca por el temor al reclutamiento forzado que se vive en la zona y precisamente hace 20 días, había accedido al esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección, UNP. Hoy, dos días después de su secuestro, el departamento y el país sufren un paro armado del ELN. En Arauca los buses intermunicipales no están circulando y el comercio funciona aproximadamente en la mitad de su capacidad.