“Ahora hay personas dichosas con un chip en su muñeca. Yo me quedo con la poesía”: Francisco Véjar
27 Mayo 2022

“Ahora hay personas dichosas con un chip en su muñeca. Yo me quedo con la poesía”: Francisco Véjar

Francisco Véjar, poeta chileno, habla de los primeros meses de gobierno del presidente Gabriel Boric y también de sus nuevos proyectos literarios y editoriales.

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Por María del Rosario Laverde

En 2019 el poeta Francisco Véjar (Viña del Mar, Chile, 1967) editó la antología Poemas de la realidad secreta, de Jorge Teillier, publicada en España por Visor y que se ha leído en toda Hispanoamérica, incluso en Colombia. Véjar tuvo la suerte de trabajar con Jorge Teillier y Nicanor Parra. Dichas experiencias poéticas las plasmó en Los Inesperados, libro de crónicas. El escritor español Benjamín Prado dijo de esta obra: “Leer esta serie de retratos en los que el aún joven de Viña del Mar nos enseña por fuera y por dentro a Nicanor Parra, Jorge Teillier, Pedro Lastra, Efraín Barquero y así hasta llegar a catorce personajes relevantes de la cultura chilena, gusta y emociona; lo primero, por su prosa exquisita, una mano de poeta que le sirve, por ejemplo, para definir a Teillier”.

Por lo mismo, es alguien grato de entrevistar por su enorme conocimiento de la literatura universal y por su visión crítica con respecto de lo que pasa hoy, en el mundo y en Chile, donde el presidente es de izquierda y se llama Gabriel Boric Font.
Este año Véjar publicó en Chile un nuevo libro de poemas con el título de Manuscrito encontrado en mi bolsillo, con el sello El Pequeño Dios Editores. Es un libro que permite múltiples lecturas. Hay alusiones al jazz y a ciertos pasajes citadinos llenos de resplandor.
Desde su retiro en Quintay, balneario ubicado al sur de la Valparaíso, se da el tiempo para contestar nuestras preguntas.


CAMBIO: Cuéntenos acerca del gobierno de Gabriel Boric, que lleva poco tiempo y ha caído vertiginosamente en la desaprobación ciudadana. ¿A qué se debe esta fuerte caída e insatisfacción en los chilenos?
FRANCISCO VÉJAR:
La derecha chilena es cavernaria, según Mario Vargas Llosa, y tiene una campaña del terror para evitar el cambio de Constitución. Y con respecto a los problemas de la Araucanía, estos ya tienen más de dos siglos y no surgieron con Gabriel Boric. Lo cierto es que la falta de experiencia política le ha pasado la cuenta. Por ejemplo, en su campaña presidencial Boric se comprometió a terminar con el CAE, Crédito con Aval del Estado, lo que significó el endeudamiento de cientos de estudiantes que, hasta el día de hoy, luchan por derogar dicho estatuto. Y no lo hizo. Dijo que podía condonar las deudas de los que estaban al día. Eso no es más que una mofa del problema real. Y además, termina favoreciendo a la banca. Lo mismo con el cuarto retiro de las AFP. Negó la posibilidad del retiro y nuevamente favoreció a la banca.
El problema que es que estas tibias señales pueden perjudicar el Apruebo y eso sería muy grave, pues la Constitución del ochenta fue redactada por Jaime Guzmán, una mente brillante puesta al servicio del horror, la tortura y el exilio. Eso significó la dictadura de Augusto Pinochet Ugarte, el más pedestre y atroz de los dictadores del Tercer Mundo. Tal vez a eso se debe la estrepitosa caída de Gabriel Boric en las encuestas.
 

CAMBIO: Y con respecto al contexto cultural del Chile actual, ¿cuál es su visión?
F.V.:
Hay un estancamiento espiritual y creativo contundente. Aquí en Chile culturalmente no pasa nada. Viven en un hedonismo autocomplaciente y decadente. El monopolio de la prensa está en manos de la derecha que sólo engendra tierras baldías, porque carecen de talento. Sin embargo, hay un Chile secreto, y ahí sí hay talentos genuinos, pero no tienen tribuna en los circuitos oficiales. Con todo, se las arreglan igual para desarrollar su trabajo artístico. El arte callejero en Chile es notable. Ese Chile me motiva.
 

CAMBIO: Y qué nos puede decir acerca de su nuevo libro. Parte con un poema breve que hace recordar a los antepasados campesinos del poeta irlandés Seamus Heaney que le hicieron conocer el proceso de la semilla. Ese poema se titula Arte Poética y dice: “Mi padre está en su huerta, / rodeado de albahacas, / abriendo surcos en la tierra, / regando semillas a través de los meses, / nutriéndome de poesía”.
F.V.:
Es un poema autobiográfico y también me acordé de Heaney, pero una vez que lo terminé. Luego los poemas cambian de dirección. En su mayoría son citadinos, salvo algunas referencias a la costa central de Chile. Hay textos que dan cuenta de lo contingente. Por ejemplo, en El último metro digo: “Se ama tanto a la muchacha / que lee un libro de Hannah Arendt / o a la que va a las barricadas”. A su vez, en Algo que apenas se puede esbozar, doy cuenta de lo que siento ante lo vivido en la pandemia. Uno no creía que llegaría a ver en la realidad lo descrito por Ray Bradbury en ciertos pasajes de sus narraciones. Ahora hay personas dichosas con un chip en su muñeca. Con ese chip pueden hacer transferencias de dinero, almacenar datos y un largo etcétera. Yo me quedo con la poesía. Miro hacia el mar y ahí siguen todavía vigentes los diálogos de Hamlet, de William Shakespeare, o la profundidad de El cementerio marino, de Paul Válery.


CAMBIO: ¿En qué proyecto está en la actualidad?
F.V.:
Por estos días estoy escribiendo un libro en prosa dedicado a mi experiencia de amistad y poesía con Jorge Teillier. Quiero que sea un libro atractivo de leer, con anécdotas y amigos en común como Nicanor Parra, Antonio Skármeta y Poli Délano, entre otros. Es una vivencia irrepetible la de haber sido testigo del trabajo poético de Teillier y de sus lecturas y múltiples motivaciones. Es el poeta más genuino que me ha tocado conocer en toda mi vida. Y cumplí su sueño de ser parte del catálogo de Visor en España. Lo cumplí cuando publiqué Poemas de la realidad secreta en el año 2019.

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