25 Junio 2022

Diez películas clásicas que en 2022 cumplen 50 años

Cine político, surrealista, intimista, de ciencia ficción, así como la primera parte de una saga legendaria sobre la mafia de Nueva York. Directores ya consagrados y nombre emergentes. De Hollywood, pero también de la antigua Unión Soviética, Alemania, Italia, Francia y España. En 1972 hubo decenas de películas memorables. Escoger diez no fue tarea fácil.

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Cine 1972
Marlon Brando, en 'El padrino'; el mismo Brando y Maria Schneider, en 'El último tango en París, y 'Liza Minelli, en Cabaret. Tres imágenes icónicas del cine de 1972.

Por Gustavo Valencia Patiño
A comienzos de los años 70 se consolidó el cine moderno y contemporáneo que se había gestado y comenzado a conformarse en los 60. Por eso su importancia histórica. Estos primeros años fueron muy ricos en estas nuevas expresiones cinematográficas y muchas vertientes y corrientes confluyeron para generar otras propuestas y consideraciones en esa nueva estética.
De las películas de 1972, que son muchas, se escogieron diez con los siguientes criterios: calidad de la película, tanto su temática como tratamiento fílmico; trascendencia e importancia adquirida en su transcurrir histórico; el director, si ya era famoso o si saltó a la fama con dicha película; premios obtenidos que, aunque solo son un punto de referencia, siempre inciden en su posterior promoción; el tema o la corriente fílmica que representa la película o su director, y sus efectos e influencias. Las diez películas se ordenaron de acuerdo con su fecha de estreno.
‘El caso Mattei’. Francesco Rosi. Estreno: 26 de enero

Mattei
Enrico Mattei fue el creador de una gran empresa oficial italiana que controló el petróleo y el metano a finales de los años 40 y durante los 50. Se enfrentó a las poderosas compañías petroleras de Estados Unidos, que siempre le dieron trato de enemigo especial. Controvertido, polémico y con un gran poder real, con el que impulsó la reactivación industrial italiana, en 1962 estalló en pleno vuelo su avión personal en el que viajaba. Muchas hipótesis han corrido sobre un crimen que aún no ha sido esclarecido. Que lo mató la CIA, que una organización de extrema derecha francesa, que la misma mafia italiana… A partir de estos hechos el director, junto con con el afamado guionista Tonino Guerra, elabora algunos aspectos de la vida y obra de este empresario, de ciertos momentos importantes y de su magna labor petrolera nacionalista, como del atentado, posterior investigación y resultados oficiales.
Francesco Rosi se dio a conocer por sus temas de índole social, al mostrar en sus películas la situación de los más desfavorecidos en su país, también por las relaciones entre mafia, delincuencia y poder político y económico, es decir, asuntos más que suficientes para ser muy controvertido por sus planteamientos. Por ejemplo, Las manos sobre la ciudad (1963) es una denuncia abierta contra la corrupción oficial en el ramo de la construcción; al pie del cartel que la promocionaba se leía: “Los personajes y hechos aquí narrados son imaginarios, pero la realidad social y ambiental que los produce es auténtica”.
La calidad de sus trabajos lo ha hecho merecedor de muchos premios internacionales y del reconocimiento de público y la crítica. Sobresale la habilidad de Rosi al escribir sus guiones para que los diálogos no resulten un cliché más sino muy naturales y explicativos. Cine político que no es panfleto. Uno de sus puntos más altos en su fértil carrera es El caso Mattei por la forma en que aborda la narración, con un guion fragmentado en el tiempo, que va, viene, retrocede y vuelve al momento presente sin ser confuso sino, todo lo contrario, con una gran claridad en la exposición de los sucesos, de sus planteamientos y de la ambigüedad de la investigación sobre su asesinato. Una forma muy original y particular de presentar estos hechos reales sobre este aguerrido nacionalista, interpretado por Gian María Volonté, gran actor de fama internacional con quien realizaría varias filmaciones más. Esta película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

'Solaris'. Andréi Tarkovski. Estreno: 5 de febrero

Solaris
Tarkovski es uno de los grandes directores que entregó el cine soviético. Luego de su primer y afamado largometraje Andréi Rubliov, especial crónica del pintor medieval ruso y sobre todo de la reconstrucción de su entorno sociocultural, con una puesta en escena de grandes proporciones, entró después en un cine totalmente intimista, tratando de registrar las vicisitudes del ser humano, de su existencia interior, con todos los interrogantes que ello supone y con las variadas disquisiciones que implica, donde Stalker (1979) es uno de sus puntos más altos.
Si su temática es intimista y particular, lo es aún más la forma de llevarlo al cine, a través de las imágenes que utiliza para referirse a todo ese rico mundo interior que quiere manifestar. En sus imágenes siempre sobrias, con enfoques y planos muy estudiados, nada está suelto o queda al azar, con un ritmo lento y apacible, con una determinada composición de luz y color. Esto lo han convertido en un poeta de la imagen, como los expertos en su obra lo han llamado. Es este tempo específico que imprime en sus películas lo que le permiten ese acento y tono tan característico de sus trabajos.
Solaris es una de sus obras más representativas. Basado en la novela homónima de ciencia ficción del escritor polaco Stanislav Lem, el director, coautor del guion, entra de lleno en las meditaciones y cavilaciones sobre la existencia misma a través de un astronauta que es enviado al planeta Solaris para averiguar por el paradero de otros de sus colegas. Allí se encuentra antes que nada con sus miedos y temores, con sus angustias y frustraciones, con una realidad que pierde sus límites y se desdibuja permanentemente, lo que le permite representar una desolación exterior e interior por medio de imágenes plenas de composición fílmica y en este caso, con una puesta en escena entre lo onírico y lo fantasmal, en especial en la larga secuencia con la esposa del protagonista, interpretada por la conocida actriz rusa Natalya Bondarchuk. La película ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes y los manuales de cine suelen citarla como una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia.

'Cabaret'. Bob Fosse. Estreno: 13 de febrero

Cabaret
El director de este clásico del cine es uno de esos individuos con talento en diversos campos del espectáculo y con una gran idea y sentido de lo visual. Bob Fosse, el cantante, el bailarín, el coreógrafo de musicales y revistas de Broadway, descubrió su aptitud para llevar al cine lo que hacía desde que era adolescente. De ese modo generó un nuevo concepto del musical en el cine, donde canto, baile y show no se pierden, solo que ahora se disponen para que sea plasmado y registrado para la pantalla grande; una especial habilidad que supo llevar al máximo en este, su segundo largometraje, en el que demostró una gran capacidad para representar lo que los music-hall hacían desde mucho tiempo atrás. Unir todos estos factores no es tarea propiamente fácil y el haberlo logrado explica el éxito que tuvo y aún mantiene Cabaret.
El otro centro de atracción es la brillante actuación de Liza Minnelli, que le significó ganar el Oscar a mejor actriz. Ella se robó el show con su desparpajo y naturalidad ante las cámaras, ya fuera cantando o bailando, así como en las partes dramáticas del relato. La historia se desarrolla en Berlín a principios de los años 30, con el trasfondo del ascenso al poder del partido nazi y el deseo de los protagonistas de lograr sus sueños. Todo ello enmarcado en un musical que con sus números hilvana los sucesos del mundo exterior, los aligera de cierta forma pero también dinamizan la narración. Bob Fosse ganó el Oscar a mejor director y volvería con todo su talento y estilo en All That Jazz (1979), para dejar toda una impronta muy particular en el cine contemporáneo como realizador de musicales.

'El Padrino'. Francis Ford Coppola. Estreno: 24 de marzo

El padrino.
Una de las cintas más populares y taquilleras de su época, ganó Oscar a mejor película, lanzó al estrellato a su director y a varios de sus actores como Al Pacino, Diane Keaton, Robert Duvall y James Caan, a su vez que revitalizó la carrera del consagrado Marlon Brando, quien ganó el Oscar a mejor actor. El guion, escrito por el director y Mario Puzo, autor de la novela homónima, se basa en la familia Mortillaro, de Sicilia; el guion, también ganador del Oscar, relata la historia de los Corleone (nombre de un pequeño pueblo cercano a Palermo), una familia criminal ficticia de Nueva York, ambientada entre 1945 y 1955. La película es una crónica de la mafia organizada en gran escala. Un tema que, como lo sabía de sobra la gran industria fílmica, atrae mucho al público, fascinado por el estilo de vida de los adinerados y los magnates, y también de aquellos que se hacen poderosos al margen de la ley, obtienen grandes beneficios económicos y manejan el mundo según sus intereses.
Estos temas eran inconcebibles en el cine de años atrás, puesto que el riguroso código Hays censuraba la apología del delito. En los años 70, en cambio, la permisividad era total. Si bien este film no es el primero en el género, con él comenzaba, ya en grande, una época marcada por varios relatos que describen la estructura organizada de poderosas mafias que cometen todo tipo de delitos. Pero también muestran a quienes supuestamente los combaten pero que en realidad a veces son sus aliados, pues crimen organizado y corrupción oficial a veces van de la mano, como se ha visto en tantas otras películas.
El paso del tiempo convirtió a El Padrino en una de las mejores y más importantes películas de la historia, y no solo en el género del cine de gánsteres. El American Film Institute la clasifica como la segunda mejor película del cine estadounidense, detrás de El ciudadano Kane (1941), de Orson Welles.

'Las amargas lágrimas de Petra von Kant'. Rainer Werner Fassbinder. Estreno: 28 de junio

Petra von Kant
El monstruoso mito Fassbinder es cada día más creciente. Para referirse a él solo se utilizan adjetivos en modo superlativo y calificativos grandilocuentes, fatídica tendencia de muchos a la idolatría, o sea, a lo opuesto al análisis y a la racionalidad. Por esa razón resulta muy difícil tratar de acercarse en un tono mesurado y equilibrado a sus películas y a su figura como el director prolífico que fue; un experto en representar los conflictos amorosos de pareja en sus diversas posibilidades de género, es decir, relaciones heterosexuales, homosexuales o lésbicas.
Entrar al universo de Fassbinder es, antes que nada, sumergirse en el mundo de las pasiones y las emociones de los individuos, las cuales, desde su particular visión, Fassbinder pudo expresar en cada una de sus producciones. Temas como la infidelidad, los celos, el desamor y la traición fueron casi una constante en su obra y en esta película se encuentran todas reunidas. Además se destaca el trabajo de movimiento de cámara y expresión visual, algo muy inusual en Fassbinder, quien era más un director de televisión que de cine. ¿La razón? En , en esta ocasión contó con Michael Ballhaus, uno de los principales directores de cámara y fotografía del llamado ‘nuevo cine alemán’. Esto hace que, desde lo visual, el film sea tan especial y atrayente. Por sus elementos técnicos, artísticos y temáticos esta es una de sus mejores cintas. Muchos analistas no dudan en considerarla su mejor realización.
El guion, que se origina en una obra de teatro que Fassbinder había escrito, entra rápidamente a narrar cómo una mujer se enamora totalmente de otra, sin importarle si es correspondida o no, hasta que se presenta la inevitable separación. Fassbinder, con los aportes visuales que le entrega el talentoso Ballhaus, permite que con Hanna Schygulla y Margit Carstensen (sus dos mejores actrices), logre un refinado erotismo, con su esplendor y su actuación, así como con el registro en diversos enfoques y planos de una cámara en constante y creativo movimiento.

'El amor después del mediodía'. Éric Rohmer. Estreno: 22 de agosto

El amor después del mediodía
Este director fue un destacado e importante intelectual de la famosa corriente de la Nueva Ola francesa. Llegó a ser jefe de redacción entre 1956 y 1963 de la muy conocida revista Cahiers du Cinéma; autor de varios libros y ensayos sobre cine, algunos de carácter teórico como La organización del espacio en el ‘Fausto’ de Murnaup. Por tanto, su cine es un resultado directo de un pensador y estudioso del séptimo arte, que se refleja en sus largos y analíticos monólogos y diálogos, acompañados de diversas imágenes y variados planos que van registrando lo que piensa el protagonista o la voz que narra.
Con esta particular forma desarrolló una manera muy personal de hacer cine, profundizando en variados temas, muchos de ellos referidos a la relación de pareja y sus variantes, acompañado siempre de un elemento muy visual que le restaba pesadez a la profundidad de sus parlamentos y lo hacía, por el contrario, muy fluido e interesante, pues captaba inmediatamente la atención del espectador. Además de prolífico creador, realizó varias series de películas que supuestamente mantienen un eje temático. Se encuentran Seis cuentos morales, de los cuales Mi noche con Maud (1969) fue nominada al Oscar, y La rodilla de Clara una de las más conocidas, ganó como mejor película en el Festival de San Sebastián. Posteriormente, en 1976, dirigió La marquesa de O, uno de sus mayores éxitos internacionales, ganadora en el Festival de Cannes del Gran Premio del Jurado.
El amor después del mediodía es el último de sus cuentos morales, en el que indaga sobre la fidelidad en el matrimonio, en especial, la masculina, pues el protagonista, que la narración lo describe felizmente casado, se enfrenta a los intentos de seducción de una antigua amiga, además de creerse un conquistador irresistible para cuanta mujer se le acerque. Secuencia ésta muy bien lograda, uno de los mejores momentos de la película y por la que es particularmente recordada, pues ese soñar despierto sobre un recóndito anhelo masculino quedo muy bien representado por medio de las diversas imágenes con que lo plasmó.

'El discreto encanto de la burguesía. Luis Buñuel. Estreno: 15 de septiembre

Le charme discret
Otro gran director, grande entre los grandes, con una extensa obra fílmica que comprende varios géneros y que ha dejado una gran influencia fílmica a nivel internacional. Controvertido y censurado en su país por el régimen franquista, Luis Buñuel se mantuvo firme a sus creencias y principios. Muy reconocido y premiado, principalmente, por sus trabajos surrealistas, en el que El perro andaluz (1929) posee un lugar muy especial, continuó con su trabajo en el exilio, en México y Francia, donde sus seis últimas películas, que rodó entre 1966 y 1977, (el período francés) son de las más conocidas de toda su obra, como la escandalosa Belle de jour, con Catherine Deneuve.
Con otras más de aquel período regresó de nuevo a sus conceptos surrealistas que aplicó principalmente en la conformación narrativa. Ya había sido muy radical con su película El ángel exterminador (1962), rodada en México. En Francia, ya muy reconocido, logró libertad absoluta para filmar y retomó estas formas surrealistas, primero en La vía láctea (1969) y, de manera aún más radical, en El fantasma de la libertad (1974), aunque dos años antes, en 1972 y algo más suelto realizó El discreto encanto de la burguesía, con la que ganó el Oscar a mejor película extranjera, siendo el primer director español en obtener tan codiciado premio.
Entre parodia y comedia, esta película se haría muy famosa desde su estreno y más con la estatuilla que logró en Hollywood. En ella Buñuel se burla un poco de todo. De la alta burocracia internacional, del clero (tema que no podía faltar en sus trabajos(), de los militares, del terrorismo e incluso del tráfico de drogas. Todo ello va entrelazado con su forma particular de hilvanar o deshilvanar un relato. Están presentes su acostumbrado gusto por lo onírico y varios de sus temas recurrentes, como presentar en detalle la preparación de un cocktail, o mostrar insectos. Es decir, el mundo de Buñuel donde lo ilógico y lo irreal juegan un papel muy destacado en la composición de su estructura narrativa, que en esta ocasión le da un tono de ligereza y comicidad muy especial. Esa sátira corrosiva que ya lo había hecho muy popular y que en esta película Buñuel entrega en grandes dosis.

‘La huella’. Joseph Mankiewicz. Estreno: 12 de octubre

La huella
Esta fue la última realización de un veterano de Hollywood que supo dirigir, durante sus más de 25 años de actividad, a muchos grandes actores y actrices, como también representar diversas situaciones y condiciones. Filmó dramas como Todo acerca de Eva una de sus películas más conocidas, y Carta a tres esposas, ambas ganadoras del premio Oscar a mejor director; o el de La condesa descalza, con Ava Gardner, pasando por el romántico El fantasma y la señora Muir, hasta su polémica Cleopatra, con Liz Taylor.
La huella es la adaptación de la obra de teatro homónima de Anthony Shaffer y consta de solo dos actores: Laurence Olivier y Michael Caine, un par de estrellas inglesas. En esta película están enfrentados el uno al otro, lo que de por sí les exige una actuación sobresaliente. Y aún más que eso, por el conflicto permanente que sostienen Olivier, el marido ya mayor, que ve cómo Caine le arrebata a su esposa. El marido, herido en su orgullo y con deseos de venganza, cita a su casa al frívolo amante, quien acude con ánimo de aclarar los hechos, si es que se pueden aclarar.
Lo que empieza como un juego sarcástico y agresivo, pronto se convierte en mucho más, hasta tocar lo macabro. Mientras tanto, se han desatado innumerables situaciones entre ellos dos. El director se sirve de muchos planos y encuadres (todo se desarrolla en espacios cerrados), en los que además participan una serie de muñecos y maniquíes que son otros personajes más. El resultado, una realización de excelente factura donde se aprecia la maestría del director en el manejo de la imagen y del enfoque preciso, ya sea del actor o de algún muñeco. Gracias a un montaje adecuado Mankewicz recrea este drama lleno de suspenso y tensión creciente. En 2007, 35 años después, se hizo un remake de esta película, en el que Michael Caine interpretó al maduro esposo que cita al amante, Jude Law, bajo la dirección de Kenneth Branagh, otro gran director.

'El último tango en París'. Bernardo Bertolucci. Estreno: 15 de diciembre

Último tango en París.
Desde su estreno nadie se acuerda de la historia como tal y del tema central: un hombre cuarentón (Marlon Brando), recién enviudado, sin ninguna motivación por sí mismo y hastiado de la vida, en total decadencia anímica y moral se encuentra casualmente con una joven de 19 años (María Schneider), con quien inmediatamente establece una apasionada relación y mantendrá furtivos encuentros sexuales en un apartamento casi vacío. Ella se encuentra comprometida con un joven director de cine que rueda una película en las calles de París.
Todo esto pasó a un segundo plano. O, más bien, se olvidó, puesto que en uno de esos momentos en que se reúnen para tener sexo viene la famosa y escandalosa secuencia en que él decide sodomizarla y utiliza mantequilla como lubricante, situación que pasó a la posteridad como la “escena de la mantequilla” y sobre ello, se construyó todo un inmenso andamiaje de censura, vetos, prohibiciones, multas, chismes y contrachismes, que catapultaron esta película a la fama y la convirtieron en una de las más taquilleras del momento. Un ejemplo más de cómo la censura en el cine a veces logra un efecto contrario al esperado por los inquisidores.

Ver CINE Y CENSURA
Dicha secuencia no se redujo simplemente al escándalo y condena por la presentación de este tipo de escenas. Se iniciaron procesos penales en Italia contra el director. La cinta fue secuestrada por la Comisión de Censura y se ordenó que todas las copias fueran destruidas. Un tribunal italiano le impuso a Bertolucci una condena de cuatro meses de prisión, con suspensión de la pena en el último momento. Se le revocaron sus derechos civiles durante cinco años, privándole del derecho de voto. La controversia fue internacional, con vetos y prohibiciones al por mayor. Y como si fuera poco todo el descomunal lío que se armó, la cuestión no terminó ahí.
Faltaba el de mayor polémica que se originó con las explosivas declaraciones de María Schneider de que ella no había sido consultada para dicha escena, que no figuraba en el guion. Marlon Brando y Bernardo Bertolucci admitieron que lo habían decidido momentos antes del rodaje, expresando que no le habían dicho nada a la actriz para que pareciera más natural su representación; incluso, que Bertolucci había querido que la escena fuera verdaderamente real, pero que los actores acordaron que fuera simulado.
En una posterior entrevista María Schneider dijo que había llorado “lágrimas reales durante la escena porque se había sentido humillada y violada”. En los siguientes años la especulación se hizo sentir de una manera nunca antes vista, y ni siquiera terminó con la muerte en 2011 de la actriz ni con la del director en 2018. ‘La escena de la mantequilla’ aún sigue rondando, casi que fantasmal, pero todavía presente. Medio siglo después todo tiene otra valoración. El cine ya ha mostrado todo, ya no existen esos tabúes, han cambiado muchos conceptos y tesis. Por lo tanto, es otra óptica con la que se puede apreciar este film que tiene una particular e inmensa historia propia, toda de carácter extracinematográfico.

‘Aguirre, la ira de Dios. Werner Herzog. Estreno: 29 de diciembre

Aguirre Herzog
Werner Herzog, otro de los nombres famosos que entregó el denominado ‘nuevo cine alemán’ presentó hace medio siglo una de sus mejores realizaciones, muy conocida en el mundo entero. Es un clásico del cine germano, en el que se unen los conceptos cinematográficos de Herzog con su aptitud para registrarlos a través de su particular capacidad de hablar por medio de imágenes.
La cinta narra las aventuras y desventuras del conquistador Lope de Aguirre, quien intentó una rebelión contra el rey de España que culminó en un completo fracaso, un tema muy propio de Herzog, a quien siempre le han atraído iniciativas y empresas que resultan ser un total fiasco. Desde sus inicios el film se anuncia como una gran cámara que hablará sobre el río Amazonas y su selva (aunque en realidad se rodó en otros dos ríos más pequeños) y algunos hechos que vivió una expedición de conquistadores en pos del tesoro de El Dorado.
La ambición y codicia de Aguirre, llevadas al máximo, le permiten a Herzog utilizar la parodia para matizar su relato. Por ejemplo, el tono grotesco del acto de rebelión y nombramiento de un nuevo emperador no puede ser mayor, pues todo está moldeado por el único fin que los anima: asalto y pillaje. Aguirre presenta una versión muy particular de un episodio más de la conquista española, que, sin embargo, deja muchos motivos para suponer que no se encuentra muy alejada de la realidad. Nota aparte merece la particular actuación de Klaus Kinski, plena de inspiración y frenesí, actor con el que Herzog realizaría varias películas más, todas de célebre recordación, como Nosferatu, Fitzcarraldo y Cobra verde.

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