Fotomuseo, o cómo convertir la ciudad en una galería de arte
Desde 1998 el Fotomuseo ha transformado los espacios públicos de Bogotá y de otras ciudades en galerías de arte al aire libre. Detrás de esta quimera hecha realidad está Gilma Suárez, quien a partir de su idea inicial ha desarrollado una gran cantidad de proyectos. La falta de presupuesto sigue siendo su talón de Aquiles.
Desde 2000 los bogotanos han convivido con exposiciones al aire libre de fotografías de la más variada índole. En diversos espacios públicos estratégicos de la ciudad, los peatones de pronto se topan con exposiciones de fotografías montadas sobre bastidores metálicos, en los que no solo se pueden apreciar fotografías de gran calidad sino que también se aprende acerca de diversos temas.
Estas exposiciones que aprovechan el espacio público (al menos en muchas oportunidades) las ha llevado a cabo el Fotomuseo.
Esta iniciativa nació luego de un arduo trabajo de la fotógrafa Gilma Suárez, ibaguereña radicada en Bogotá. Después de vivir 15 años en París regresó a Colombia en 1993 y se dio cuenta de que, a diferencia de París, donde ella había exhibido sus fotos y tenía una galerista, en Bogotá no había casi espacios para que los fotógrafos exhibieran sus obras. “La fotografía no era el foco comercial para los galeristas y mucho menos de los museos. Esto se reducía a una que otra muestra de vez en cuando”.
Mientras ella trabajaba como reportera gráfica en el diario El Tiempo y la revista Cromos, conversaba con amigos para hacer realidad su sueño de crear un espacio para los fotógrafos. Entre ellos estuvieron el pintor Gustavo Zalamea, Ramiro Osorio, Pablo Gabriel Obregón Santo Domingo, Clara López Obregón, Patricia Cárdenas, Gloria Valencia de Castaño, Miguel Silva, William Ospina y Martha Senn, entre otros.
Comenzó a buscar apoyo pero, como ella misma recuerda, cayeron en un círculo vicioso porque no conseguían financiación porque no tenían sede y no tenían sede porque no tenían la plata.
Entonces en una fiesta conoció al fotógrafo Carlos Duque, quien se entusiasmó con la idea y se convirtió en cocreador del Fotomuseo. “Se puso hombro a hombro conmigo a buscar salidas. En primer término me aconsejó buscarle un nombre corto. Entre tres nombres que le pasé prefirió que se llamara Fotomuseo– Museo Nacional de la Fotografía de Colombia y él diseñó el logo”.
En el cambio de siglo Bogotá experimentó grandes transformaciones en su espacio público, lo que hizo que las autoridades distritales se interesaran en la propuesta.
Sin embargo, la primera exposición del Fotomuseo fue en 1998 en El Callejón de la Exposiciones, un espacio cerrado, un amplio corredor que forma parte de las instalaciones del Teatro Jorge Eliécer Gaitán. En esa primera exposición se exhibieron fotografías de Héctor Acebes y León Darío Peláez, destacados fotorreporteros representantes de dos generaciones distintas.
El Fotomuseo salió a la calle en 2000, con la exposición Miradas a Bogotá, que se inauguró el 6 de agosto para celebrar el cumpleaños de Bogotá. En esta muestra participaron la gran mayoría de reporteros gráficos de toda la prensa escrita de la ciudad, entre ellos Carlos Caicedo, Manuel H, León Darío Peláez, Nereo, Henry Agudelo, Juan Alberto Castañeda y Carlos Vásquez.
Ese mismo año, en octubre, el turno fue para Abdú Eljaiek, quien exhibió fotografías de la Colombia profunda.
A partir de entonces se multiplicaron las exposiciones en diferentes espacios públicos de la ciudad. Por solo citar algunos de quienes han participado, están el gran fotorreportero Carlos Caicedo, la fotógrafa cubana Martha María Pérez Bravo, Robert Doisneau, Elliott Erwitt, Ruven Afanador, Sebastião Salgado, Henry Agudelo, César Martínez; las artistas Rosario López, Margarita Mejía, Patricia Bravo y María Isabel Rueda, Eugène Courret, Morgana Vargas Llosa a cuya inauguración la acompañó su padre Mario Vargas Llosa, y el propio Carlos Duque.
El Fotomuseo también ha presentado exposiciones temáticas, entre ellas la historia de los Mundiales de Fútbol, las imágenes de la fotofija de las películas La virgen de los sicarios y Paraíso Travel, Nos vemos las Carátulas, exposición realizada con el apoyo de RTVC, Memorias de la Reparación, realizada con la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Victimas, Exposición para la Universidad Piloto de Bogotá, sobre fotografías de jóvenes arquitectos diseñadores de diferentes ciudades del mundo. Exposición de Acnur (Oficina de Refugiados de la ONU), sobre los refugiados de diferentes países que en la actualidad están en Colombia, la celebración de los 70 años de la ONU y los 70 de la OEA.
Se calcula que cerca de un millón y medio de personas por mes aprecian las muestras del Fotomuseo.
En 2001 surgió la Fotomaratón, “con la idea de acercar a toda la comunidad fotográfica tanto de profesionales como de aficionados a la práctica de la fotografía y, sobre todo, a reconocer la capital. Siempre pienso que en el corre corre de nuestras vidas pasamos por los lugares sin verlos. Uno no recuerda ni el color de la puerta de la casa del vecino”.
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Con Fotográfica Bogotá el Fotomuseo ha querido dar a conocer en el exterior los valores de la fotografía colombiana y traer a maestros destacados en esta área del arte para que en Colombia se conozcan los adelantos y las diversas imágenes fotográficas que recorren el mundo.
La suma de todos estos documentos gráficos acumulados en las diversas fotomaratones es un testimonio de la geografía y el medio ambiente de la ciudad así como de sus rostros, culturas, lugares, arquitectura, símbolos… “Estamos dejando para las generaciones futuras una memoria visual de la construcción de nuestra ciudad, porque Bogotá es una ciudad que se construye cada día”.
En este concurso participan niños acompañados de sus padres, profesionales de otras disciplinas que van como fotógrafos aficionados, estudiantes de artes, de comunicación y profesionales. En cada Fotomaratón se agrupan alrededor de mil participantes, siempre acompañados de familiares o amigos, lo que convierte el evento en una fiesta de la fotografía en Bogotá.
Otro frente que el Fotomuseo ha adelantado son las bienales de fotografía, que comenzaron en 2005, y que se conocen como Fotográfica Bogotá. “Cada dos años se postula a un país como invitado de honor, que se convierte en la bandera del evento; pero llegan también alrededor de 40 destacados fotógrafos de muchos lugares del mundo a partir de un tema que cambia en cada edición”, señala Gilma Suárez. Con Fotográfica Bogotá el Fotomuseo ha querido dar a conocer en el exterior los valores de la fotografía colombiana y traer a maestros destacados en esta área del arte para que en Colombia se conozcan los adelantos y las diversas imágenes fotográficas que recorren el mundo.
Gilma Suárez considera que estas bienales generan un aprendizaje en doble vía. “No te imaginas la complacencia de estos artistas de conocer Bogotá, de ver sus obras montadas en las galerías y museos, las enseñanzas de los teóricos que durante una semana se reúnen para compartir sus saberes a estudiantes de todas las disciplinas del arte del país, los talleres que ofrecen los artistas visitantes en las universidades que nos apoyan, la Noche de la Fotografía en una plazoleta de la ciudad, las muestras que presentamos de los mejores estudiantes de fotografía de las universidades que se unen al evento, una convocatoria nacional que también realizamos en ese marco, en fin, este evento está catalogado como el más importante de Latinoamérica”, dice.
También destaca ella la respuesta de estos maestros al llamado que les hizo el Fotomuseo por las penurias económicas provocadas por la pandemia. “La respuesta de donación fue inmediata. Tenemos a la fecha un número importante de fotografías de grandes maestros internacionales que necesitamos vender”. De las bienales, así como de las Fotomaratones, se han editado libros y catálogos donde se recopilan los aportes más destacados de cada uno de estos eventos.
El Fotomuseo ha creado una videoteca que guarda una serie de documentales de los grandes maestros de la fotografía colombiana. “En ellos plasmamos la vida y obra de estos seres que han dejado con su cámara el retrato de este país. Estas piezas están disponibles en la página web del Fotomuseo. Carlos Caicedo, Abdú Eljaiek, Nereo, Francisco Carranza, Héctor Acebes, Fernando Cano Busquets, Santiago Harker, en diciembre pasado hicimos el de Andrés Sierra, de Medellín. Este es uno de los componentes al que no queremos renunciar”.
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En 2001 surgió la Fotomaratón con la idea de acercar a toda la comunidad fotográfica tanto de profesionales como de aficionados a la práctica de la fotografía y, sobre todo, a reconocer la capital.
A la fecha, el Fotomuseo cuenta con una colección de 1.162 obras de maestros de la fotografía del mundo, pero no tienen cómo mostrarlas porque les hace falta una sede.
De acuerdo con Gilma Suárez, el Fotomuseo le ha dejado a Bogotá una institución reconocida internacionalmente por la altura de nuestros trabajos, la curaduría que hacemos y la manera como presentamos sus obras. “Con el Fotomuseo fuimos pioneros en el mundo al crear un museo itinerante”.
El Fotomuseo ha impactado el mundo de la fotografía. “Al no existir en Bogotá un lugar para los fotógrafos, la receptividad ha sido enorme. En el terreno internacional han sido muy reconocidas las actividades con las invitaciones que les brindamos para venir a Fotográfica Bogotá y en las exposiciones individuales que les hacemos”.