Las develaciones de la verdad
13 Marzo 2022

Las develaciones de la verdad

El gran árbol blanco debe regarse para colmarlo con la savia vital que lo hace reverdecer. Con la fuerza de la verdad, sin miedo. La verdad es una segunda oportunidad para la paz.

Crédito: Archivo particular

Mañana lunes 27, por Caracol Televisión, a las 10:30 p.m, usted podrá ver la monumental obra producida por la Comisión de la Verdad a raíz de la entrega de su informa final. Se trata de Develaciones, un canto a los cuatro vientos, una rapsodia que conjuga teatro, música, danza, cantos y videoarte. Sus distintos cuadros presentan el prisma de verdades que la Comisión de la Verdad ha evidenciado a lo largo de su mandato. La actriz, directora, dramaturga y productora Laura García conversó largamente con Iván Benavides, Nube Sandoval y Bernardo Rey, directores creativos de este monumental montaje.

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Por Laura García


 

Al final de Cien años de soledad, y cómo no traerlo a colación, un huracán arrasa con todo. Es un final triste. Un final que han amasado y merecen los hombres y mujeres que no han ejercido la solidaridad, y por eso se han repelido mutuamente o sacrificado sin piedad. El final de Develaciones invoca una reconciliación antes de que nos sigamos eludiendo o matando todos entre todos, un bálsamo de amor. Una fuerza que conjura la unión con los otros. Que nos deslice hacia un país pacífico, equitativo, autónomo e incluyente, y nos niegue a seguir en una lánguida y perturbadora realidad en la que el gran río de la Magdalena debe imperativamente recibir las víctimas que arrojan por doquier los victimarios. Pero no porque seamos del agua, como decía Melquiades en su epitafio de sabio en la novela de marras. Sino porque ya no hay suficientes cementerios en tierra.

Nube Sandoval, Bernardo Rey e Iván Benavides, los creadores de Develaciones, un canto a los cuatro vientos, me hablaron desde un entechado del CENIT (de la Asociación de Centros de Investigación Teatrales) en el municipio serrano de Minca, cerca de Santa Marta, Colombia, donde la naturaleza, los rastreables caminos de antigua piedra, las aguas nervales de Pozo Azul y los aullidos de los micos hacen que, quienes llegan a ese laboratorio de creación a sumar verdades verdaderas a verdades de ficción, más fácilmente abran sus instintos creativos, se conecten consigo mismos, escuchen sus ancestros, desamarren su espíritu urbano y emprendan, ahí sí, juntos, una aventura épico-estética que devele los afanes inconmensurables del ser humano. Allí se desarrolló el embrión de la propuesta hecha por la Comisión de la Verdad y el Teatro Mayor de Bogotá. Allí nació la hija de Nube y Bernardo. Tal vez por eso escogieron ese sitio y no otro para enzarzar leyes con leyendas bajo estrellas tersas y diáfanas.

 

Kos creadores
Nube Sandoval, Iván Benavides y Bernardo Rey, direcores y creadores de "Develaciones, un canto a los cuatro vientos".

Al decir de sus creadores, “Develaciones es una rapsodia que conjuga teatro, música, danza, cantos y videoarte. La obra se desarrolla en cuadros performativos que reúnen en el escenario a artistas y comunidades representativas de los distintos territorios. Cada cuadro aborda algunas de las temáticas o perspectivas que componen el prisma de verdades que la Comisión de la Verdad ha evidenciado a lo largo de su mandato. La obra propone un tono épico que fusiona horizontes y devela la crueldad de la guerra desde la poética de la imagen, la fuerza de las voces y la contundente presencia de hombres, mujeres, jóvenes, niños provenientes de las distintas realidades del país. Muchos de ellos y ellas han sido víctimas directas del conflicto y hoy son, en su mayoría, líderes de procesos de resistencia cultural y social”.

¿Cuál es la semilla que germinó en el tipo de teatro que hace Nube ahora?

Nube

A partir del trabajo de las acciones físicas de los maestros Jerzy Grotowski y Eugenio Barba emprendí un trabajo de conocimiento de mi cuerpo desde los diecinueve años en verticalidad y hacia la profundidad de mis fibras corporales y emocionales más íntimas, del biorritmo, la autenticidad. De mis conexiones.

(Grotowski fue el fundador del Teatro Laboratorio en Wroclav, Polonia, en donde se centraba toda la atención en el actor y su cuerpo y no en los textos, la iluminación, y el maquillaje. Y Eugenio Barba trabaja en su antropología teatral sobre tres lógicas: la física, la mental y la emocional, unidad que permite el BIOS escénico. Fundó el reconocido Odin Teatret).

Pero nos podemos ir para atrás a inicios de los noventa, cuando entendimos que teníamos un trabajo relacionado con la filigrana del actor y la actriz para su preparación, para estar en la escena, para cada día repetir lo mismo con la misma intensidad, con el mismo perrenque. Digamos, en la misma emoción. Y ese proceso de preparación se hace en ese entrenamiento físico. Que facilita una integración del corazón y el cuerpo. Y en todo ese proceso de preparación me di cuenta de que se tocaban unos nervios, unas fibras, unas dinámicas que hacían que nos sintiéramos bien y que florecieran ideas para que se materializara una obra, pero partiendo sobre todo del ser. Se lograba también un efecto maravilloso, físico, directo, concreto, con resultados evidentes. Empezamos, pues, a ver, junto con Bernardo, una línea de trabajo muy clara, y eso fue lo que empezamos a desarrollar en Bogotá y en distintas regiones del país, y después en Italia, durante once años consecutivos, dirigiendo un programa de rehabilitación sicosocial a través del teatro con refugiados víctimas de tortura que llegaban de afuera. Y empezó a consolidarse eso que nació como un impulso: la metodología que se plantea como puente, y a sembrar los pilares de lo que es el trabajo de ahora y que se ve reflejado en Develaciones.

Bueno, yo quiero ser un poco más incisiva. ¿Personalmente, cuál fue el detonante de todo lo que hace ahora?

Nube

Para mí el detonante fue descubrir mi cuerpo. Que no tenía ni idea que tenía un cuerpo, no sabía las posibilidades que mi cuerpo tenía y todo lo que a través de mi cuerpo y de mi voz podía expresar y concretar.

 

Develaciones es una rapsodia que conjuga teatro, música, danza, cantos y videoarte. La obra se desarrolla en cuadros performativos que reúnen en el escenario a artistas y comunidades representativas de los distintos territorios.

Bernardo, la última vez que nos vimos creo que fue usted con una máscara en la mano. ¿Por qué la máscara?


 

Bernardo

Sí, fue como hace 38 años. Siempre en mi casa hubo las manualidades. Mi madre era una artista. Siempre estaba haciendo cosas de decoración. Pero en el último Festival Nacional de Teatro en 1982 me enganché con el teatro. Entré a trabajar con Beatriz Camargo, mi maestra. Y asistí a una demostración de máscaras de Jean Marie Binoche, padre de Juliette, la actriz. No había nadie que hiciera máscaras en Colombia, y entonces me inventé la técnica del “polvito”: aserrín con Colbón. Eso hice, más la manufactura de escenografías. Luego, un taller con Donato Sartori, el mascarero más importante de la cultura occidental, cuyo padre se había inventado la mascara neutra para anular la expresión en el rostro, para efectos de que el cuerpo comenzara a hablar, a cobrar sentido, puesto que, para la época, los actores y actrices eran puro y solo verbo, oralidad. Sartori había retomado la máscara de cuero con Jacques Lecoq. Me fui a trabajar con él como alumno suyo a Italia a su bottega d’arte, adonde cualquier día podía llegar Dario Fo (premio Nobel de literatura en 1997) con Franca Rame, y adonde dormíamos y vivíamos. Allí, entonces, aprendí a hacer las máscaras de cuero de teatro, que son distintas a las rituales o a las de carnaval. Para mí, la máscara es una amplificación de las relaciones humanas. Por eso las uso y las hago.

¿Cuál ha sido el periplo de Iván Benavides desde que a los cinco o seis años su padre ponía rock en la casa?

Iván

Las primeras vibraciones musicales que incidieron en mi fue mi madre cantando. Luego, a los cinco, un acetato de I feel fine , de The Beatles. También mis orígenes campesinos, mi adolescencia roquera, rodeada de marimbas. He sido cosmopolita, pero también “cosmopueblita”. Luego, concientizo el papel del arte y la cultura como construcción de la sociedad. Sus imaginarios. La comunidad crea cultura y viceversa. Ese círculo virtuoso se rompe con la violencia, y esta, a su vez, genera que la gente se desapegue del mundo. Me gusta crear conversación entre lo local y lo global, generando puentes.

¿Por qué el CENIT en Minca, si es un territorio tan tenso, tan complejo, geopolíticamente hablando?

Bernardo

Había una idea latente de crear un espacio en la naturaleza, aislado, para crear un lugar propicio para la creación. La creación y la naturaleza tienen tiempos orgánicos similares. No como los frenéticos de la ciudad. En Italia nos dimos cuenta de que era mejor volver a la fuente. Para trabajar en vertical y no en horizontal. Pero allí nos dimos cuenta, en Minca, que la guerra existía y no era algo que uno veía en televisión. Hacemos, entonces, La tempestad de William Shakespeare en 1996.


 

Nube

Con la presidencia de Santos, Minca cambia y ya es un punto que se puede visitar. Llegan los turistas de nuevo, hay proyectos ecológicos. Se respiran otros aires.

 

Vamos ya a hablar de la rapsodia que es Develaciones…

Iván

El proceso inició a finales de diciembre de 2020. Nos encerramos en Minca. Había una cantidad de hamacas, delante de nosotros teníamos un televisor enorme para mirar referentes, papeles, marcadores… Mucha sintonía a nivel estético. Torbellino de ideas. La Comisión de la Verdad nos había entregado unos temas muy difíciles que debíamos trabajar. Intentamos recoger fragmentos de testimonios verdaderos para poetizarlos visual y sonoramente, basados en los lenguajes de esas comunidades víctimas del conflicto colombiano. Pero ni los wayuu, ni las cantaoras, ni los hip hop actúan. Son ellos. Develaciones es una rapsodia porque son cuadros independientes. No hay un desarrollo sinfónico.

¿La escogencia de la música fue de Iván Benavides?

Iván

El método para crear la música, todo el proyecto, fue un laboratorio. Algunas piezas son colaborativas, otras son propias de cada grupo, y se vuelven épicas y hasta contemporáneas. Porque se pueden presentar lenguajes contemporáneos con nuestros ritmos ancestrales y comunitarios.

¿Como comenzó a escribirse el guion, Nube?

Nube

El guion, después de un año de cavilaciones, se tejió así:

No quisimos hacer algo de manera ortodoxa. Quisimos mostrar la sabiduría y maestría de ciertas comunidades. Hicimos visibles sus fuerzas creativas. Nunca quisimos abordar los temas que se nos habían entregado desde lo literal. Siempre desde la metáfora. Desde lo local hacia lo universal. Desde los arquetipos, evadiendo el cliché y los estereotipos. Surgió una trenza de pensamiento, asociaciones, imágenes. De eso quedaron los siguientes cuadros, en los que nos cuidamos a propósito de hacer denuncia o algo ideologizante:

 

I. LA HUIDA Una descarga de tambores evoca ráfagas de metralleta y explosiones

II. EL LAMENTO En honor a los caídos, la abuela U-Mma esparce pétalos de flores.

III. ÉXODO Un bosque de casas humeantes en movimiento es la imagen que nos narra el sacrificio del desplazamiento de pueblos enteros.

IV. ROSTROS Un grupo de hombres y mujeres invisibilizados develan su identidad.

V/X/XIV. ENTREPAREDES 1 - 2 - 3 El clasismo, el exilio y las discusiones políticas y generacionales son algunas de las situaciones que se descubren aquí.

VI. EL BANQUETE En un contraste despiadado vemos sin filtros cómo se desarrolla un sofisticado banquete de trabajo en el que se definen importantes alianzas, pactos de silencio y asuntos de relevancia nacional.

VII. EL POLVO BLANCO En Colombia, todas y todos hemos sido alcanzados de alguna manera por la lluvia nefasta e incesante del “polvo blanco”.

VIII. RESISTENCIA En las ciudades, el color en los muros y las danzas urbanas se erigen como un espacio de resistencia y expresión de la fuerza creativa de los jóvenes.

IX. LAS MADRES. En una acción simbólica colectiva, las madres de Soacha desentierran a sus hijos.

XI. SECUESTRO El cabello, como metáfora del tiempo que pasa en espera de la libertad, es la representación de la dimensión personal de quien ha vivido este horror.

XII. CANTOS DEL AGUA El palabrero wayuu nos advierte en su lengua sobre el dolor de la tierra.

XIII. INFANCIA Y GUERRA El reclutamiento forzado les ha robado la infancia, la alegría y el pulso vital a los niños de nuestro país.

XV.EL ÁRBOL DE LA VIDA La Abuela U-Mma riega el gran árbol blanco para colmarlo con la savia vital que lo hace reverdecer. Con la fuerza de la verdad, sin miedo, el pueblo de pie se reincorpora para avanzar. Mira al futuro. La verdad es una segunda oportunidad para la paz.

Bernardo

De hecho, no hay textos. Solo hay uno que lo dice el patriarca (Andrés Parra), escrito por Ricardo Silva, y poemas en off. Queríamos llegar por medio de los sentidos, no el análisis, sin revictimizar a las víctimas.

 

"No quisimos hacer algo de manera ortodoxa. Quisimos mostrar la sabiduría y maestría de ciertas comunidades. Hicimos visibles sus fuerzas creativas": Nube Sandoval.

Vamos a la composición de los 102 artistas de Develaciones…

Iván

Sólo las Madres de Soacha y la Guardia Indígena pueden ser catalogados como no profesionales. El resto sí lo es. Tanto las comunidades que proceden de la calle, de sus territorios, y ostentan procesos de proyección internacional y comunitario y escuelas creadas adonde acuden muchísimos jóvenes, como los actores y actrices que han sido entrenados en la academia.

"No trabajamos sobre los problemas de las personas sino con el cuerpo colectivo. Esto facilita que sean las acciones las que definen el quehacer en el escenario": Bernardo Rey.

La fuerza del espectáculo muy seguramente radica en la composición de sus artistas. ¿Si hubiera una propuesta de productores para presentarla en escenarios que exijan un elenco diferente, harían cambios?

Iván

Uno puede entrar a tener conversaciones interesantes. Uno dice: “venga y hablemos”. Eventualmente se podría pensar en cambiar actores por algunos de más “cartel”. Pero, por ejemplo, los wayuu, las Madres de Soacha, no tienen reemplazo para nosotros. Porque no actúan. Y nadie que no sea descendiente afro puede actuar de descendiente afro. También la fuerza está en los temas que tocamos y en la catarsis que experimenta el público. Importante también es que hay una parte de la obra, la primera, que es de duelo (el de las madres de Soacha, quienes han hecho su propio duelo, sin Colombia); y la segunda, de esperanza.

Bernardo esbozó una risita irónica cuando yo solté lo del tema de producir la obra a otra escala. ¿Por qué?

Bernardo

No… esas tentaciones no… (ininteligible lo que sigue, pero es como diciendo que esas tentaciones no van a solidificarse).

Iván

Este es un montaje a nivel de industria, pero con comunidades. Podríamos, como dije, hacerlo, pero, con seguridad, no repetiríamos un Encanto (refiriéndose a la película de Disney). No.

Nube

Aquí lo importante es que sabemos que, con conocimientos venidos de las antípodas colombianas, podemos poner en un muy alto valor de producción esas tradiciones. Muy bien que suscitemos esa hipótesis de que Develaciones pueda rodar en escenarios internacionales.

"No somos oráculo. Lo importante es trabajar en procesos que desarrollen los esfuerzos para una real construcción de la paz": Iván Benavides.

Bernardo, ¿el árbol que aparece en el escenario es la vida? Permítanme la obvia pregunta, dado que hasta esta entrevista no he visto Develaciones.

Bernardo

Sí. Pero quiero volver atrás. Desde que trabajamos en Italia con víctimas de tortura procedentes de países del Asia y África, y luego aquí en el Chocó, nos hemos preguntado cómo hacer para que esos procesos de rehabilitación den como fruto un resultado de altísima calidad. No siempre se consigue. Pero insistimos en que la autenticidad del actuante, que en este caso no es un actor o actriz, se da porque las acciones que hace son propias, de su vida personal, de su entorno. Siempre les pedimos que no actuaran. A los actores les pedimos lo mismo. Que no actuaran, que se remitieran a solo hacer acciones.

Me acordé de un documental escalofriante que se llama S:21 La máquina de matar de los Jemeres rojos, de Rithy Panh, del año 2003. Es un documental brutal sobre el centro de interrogatorios de Camboya, en donde se juntan los sobrevivientes con los exguardias. ¿Han pensado alguna vez en hacer algo semejante ustedes?

Iván

Este no era el caso. Pero he trabajado en procesos de ese estilo, porque el encuentro con la otredad es fundamental. La sanación de Colombia lo exige así. Pero en Develaciones, no todas son víctimas. Son las voces de Colombia y así lo quisimos. Las que necesitan exposición pública de sus creaciones.

Nube, a ver, que está que se habla… sobre víctimas y victimarios.

Nube

Lo que quisimos fue darle voz a los que no tienen voz. Nosotros siempre hemos querido estar del lado de los que sufren. Porque no son los vencedores en la historia, ni los que la escriben. Pero sería importante lograr ese encuentro en el teatro.

Exoro
El desplazamiento de pueblos enteros se representa con un bosque de casas humeantes en movimiento.

 

¿Alguien del gobierno, que no perteneciera a la Comisión de la Verdad, vio el espectáculo y qué opinión le mereció?

Iván

Se hicieron invitaciones, pero no sé si el alto comisionado para la Normalización estuvo.

¿Qué nos quedamos sin decir?

Bernardo

Sobre esto de víctimas y victimarios hemos trabajado en cárceles, como en la de Istmina. No trabajamos sobre los problemas de las personas sino con el cuerpo colectivo. Y esto facilita, por ejemplo, cuando no se habla el mismo idioma (como ocurría en Italia), que sean las acciones las que definen el quehacer en el escenario. Por ejemplo, una vez trabajamos con un joven bellísimo, gentil, que cantaba… y luego supimos que había usado la motosierra con sus enemigos pues era un paramilitar. Era un joven campesino. Al decir su nombre con el cuerpo dijo: “Rrrrrrrrraúl”.

Como una onomatopeya de su instrumento de muerte.

Nube

Esa práctica permite llegar a la humanidad que habita cada uno.


 

Bernardo

En el teatro, en ese algo que pasa en medio de una improvisación, nos unimos humanamente, más allá de las ideologías o los trasegares de guerra o vida.

Ustedes que viven en la Sierra Nevada, y ahora que hay una preocupación de salirse del teatro antropocéntrico y volverlo post humanista, por los graves problemas de cambio climático, porque a la selva amazónica la están arrasando; porque los ríos están contaminados y la fauna está siendo diezmada… ¿están preocupados de crear conciencia verde con su arte o no?

Iván

Sí, de hecho, por eso estoy en Minca de nuevo. Estamos trabajando un proyecto en esa dirección, un proyecto de acupuntura cultural por Colombia, sobre la dignidad y el medioambiente, pero no podemos hablar ahora de ello. Pero en Develaciones, el palabrero wayuu en un momento dice en su idioma wayuunaiki: “somos la crianza de la tierra”, mientras echa un puñado de tierra al escenario.

¿Ustedes creen que Colombia pueda obtener una paz definitiva y convertirse en un país viable? (La pregunta cae como una piedra en el fondo de un pozo de agua, y dibuja ondas de silencio. Nube se pone nerviosa. Vacilan. Iván interviene rápidamente).

Iván

No somos oráculo. Lo importante es trabajar en procesos que desarrollen los esfuerzos para una real construcción de la paz. Es, sin duda, una lucha histórica. Depende del próximo gobierno. Si este se compromete con el proceso de paz a fondo o no. Hay que buscar narrativas potentes que den respaldo al proceso de paz.

Nube

Es en lo que estamos a través del oficio. Los y las que intervienen en Develaciones son agentes de cambio. Propiciadores de paz.

Vivimos unos movimientos sociales intensos durante 2019 y 2020 con consecuencias múltiples. ¿Les interesaría tocar este tema en un próximo espectáculo?

Nube

En Develaciones incluimos la Guardia Indígena, que estuvo muy presente en esas marchas de resistencia social. También los jóvenes que danzan una danza de resistencia a un sistema que los ignora. El grafiti también.

Iván

Hay una lucha del color contra lo gris. Brochazos de gris. No quisimos empoderar al sistema. Nuestra respuesta quería ser más poética.

Mientras Nube y Bernardo cierran la entrevista, Iván sale a contestar una llamada. Un taxi lo espera. Se devuelve y aclara que él es “hartista” con h, porque hace hartas cosas. Los tres ríen. Iván y Nube se abrazan. Bernardo y el sombrero “vueltiao” del fondo me dicen adiós. Nos prometemos un café en Bogotá cuando vengan a presentar su espectáculo en abril durante el FITB, que renace este año. Yo los invito a ellos a ver El coronel no tiene quien le escriba en el Colón, también durante el FITB.

El espectáculo se presenta los días 14, 15 y 16 de abril en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá.

 

Ficha técnica y créditos


 

Develaciones es un proyecto de La Comisión de la Verdad, en coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y la Corporación La paz Querida

Dirección artística: Iván Benavides, Nube Sandoval y Bernardo Rey

Grupos Colectivo

Mafapo (Madres de Falsos Positivos), Jóvenes Creadores del Chocó, Fundación Saüyee’pia Wayuu, Guardia Indígena nacional, Krump Colombia, Oscar González “Guache”, Sankofa Danzafro, Semblanzas del río Guapi, Tambores de Cabildo, Tonada

Solista: Lucía Pulido

Actores: Carmiña Martínez (la abuela U-Mma), Andrés Parra (el patriarca), Carolina Bejarano, Nicolás Cancino, Alberto Cardeño, Diana Casas, Samuel Espinel, Luis Forero, Richard Galeano, Roberto Garcés, Víctor García, Gabriel González, Viviana Hernández, María León, Laura Monroy, Ignacio Prieto, Claudia Ramírez, Meridiana Sandoval, Ana Vélez, Carlos Villada

Creación, dirección y producción musical: Iván Benavides

Asesor narrativo: Ricardo Silva

Textos: José Zuleta Ortiz, Manuel Zapata Olivella, Juan Manuel Roca, tradición oral del Pacífico, tradición oral wayuu e Iván Benavides

Coreógrafos: Rafael Palacios y Big Chino Slim

Diseño de escenografía y máscaras: Bernardo Rey

Diseño de iluminación: Humberto Hernández

Diseño de vestuario: Aurora Ghielmini

Videoarte: Carmen Gil Vrolijk

Producción audiovisual: Velouria Media

Producción general: Nicolás Romero

Comité creativo Comisión de la Verdad: Lucía González, comisionada; Sara Malagón Llano, asesora. Teatro Julio Mario Santo Domingo: Ramiro Osorio, director general.

Corporación La Paz Querida: Alberto Heredia, director ejecutivo. Comité Técnico-Operativo Comisión de la Verdad: Paula Velásquez, asesora.

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