Superlitio, un viaje al futuro, una mirada al pasado
El grupo de 'rock' de Cali cumple 25 años de vida artística y para celebrarlo lanzó el álbum ‘Visiones del futuro'.
Por Eduardo Arias
Visiones del futuro es el nombre del nuevo álbum que acaba de lanzar la banda caleña Superlitio. Esta agrupación, que nació en 1997, la integran Pipe Bravo (voz), Pedro Rovetto (bajo), Armando González (batería) y Alejandro Lozano (guitarra) y ha logrado mantenerse en este último cuarto de siglo, gracias a su gran capacidad de arriesgar, cambiar e innovar pero sin perder la personalidad.
En esta oportunidad Superlitio presenta 12 canciones que intentan reflejar lo ocurrido durante la pandemia, pero no de manera explícita sino en el modo en que se armó el álbum. Revisaron canciones viejas, las tres o cuatro que seleccionaron las actualizaron, aunque en varias de ellas conservaron algo de la original. Alguna batería, alguna voz. Las canciones nuevas las compusieron en medio de la pandemia y las grabaron en diversos lugares de Colombia. El proceso de grabación y producción les tomó mucho tiempo. El resultado final lo componen los temas “Fallé”, “Dos”, “El Aguante”, “All Alone”, ”California”, “Destruction”, ''Late Por Vos”, “Renacer”, “Texas”, “Esto es Guerra”, “Veneno” y “Víctimas de Soledad”. Aunque su nombre parezca indicar todo lo contrario, ‘Visiones del futuro’ también es una mirada hacia el pasado de la banda, a manera de revisión y de reflexión de algunas de las lecciones que se aprendieron del pasado, pero proyectadas hacia adelante. Miraron hacia el pasado para poder imaginar el futuro.
Los integrantes de Superlitio no se apegan a la nostalgia. Tal vez sea una de las razones por las cuales cada uno de los nueve álbumes que han publicado tenga su propia personalidad. En este caso, la unión de temas antiguos con canciones escritas en estos tiempos adquiere una unidad gracias al uso de sintetizadores que evocan el sonido de los años ochenta.
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Superlitio miró hacia el pasado para poder imaginar el futuro.
A lo largo de casi toda su trayectoria el grupo le ha dedicado mucho tiempo a explorar el universo de los sonidos. No solo como intérpretes sino también en la fase de búsqueda de sonoridades, en la programación por computador y también en la producción y el trabajo en el estudio. En estas canciones se pone de manifiesto el gran cuidado que le pusieron a la producción de los temas, tarea que le encomendaron a la productora María Elisa Ayerbe, quien aprovechó los elementos tanto de rock como los electrónicos para crear una atmósfera sonora que está presente en gran parte de los temas.
Algo que llama la atención en estos tiempos en que los artistas a través de las diversas plataformas divulgan canciones sueltas (los llamados sencillos), Superlitio sigue aferrado al concepto del álbum como la manera correcta de presentar un trabajo artístico, así ellos hayan subido ya a plataformas algunas pocas canciones.
Para ahondar un poco en el contenido y alcance de Visiones del Futuro, CAMBIO habló con Alejandro Lozano.
CAMBIO: ¿A qué obedece que en este álbum tengan tanto protagonismo sonidos de sintetizadores clásicos?
Alejandro Lozano: Los sintetizadores clásicos siempre han sido para nosotros unos juguetes muy especiales. Hemos experimentado desde finales de los años noventa. Nos parece que el sonido de los ochenta pega muy bien con el rock y todo lo que pasa con la electrónica actual. Dentro de la síntesis es lo más orgánico que uno puede conseguir. Es muy divertido jugar con esos sonidos y en este disco queríamos ponerlos en cierta manera adelante.
CAMBIO: ¿A qué se debe su insistencia en lanzar un álbum a la vieja manera cuando lo habitual ahora es subir canciones a plataformas?
A.L.: Sabemos que lanzar un álbum es algo que va contra la corriente, es contracultura en esta época de sencillos. Pero para nosotros es muy importante la parte artística, la producción musical y no solamente la parte comercial. Lo que realmente nos interesa es el concepto de un producto cultural en el que se hilan las canciones, sus letras, el diseño de la portada... Para nosotros todo el concepto en general de la música hace parte del arte. Es una obra de arte que quiere trascender. No es un sencillo que suena ocho o 15 días hasta que la gente se pasa a otro y luego a otro. Vemos la música como un objeto para darle a la vida, no como algo desechable. Siempre procuramos presentar los materiales completos para que la gente sienta la experiencia de sentarse a escuchar el disco canción tras canción, entendiendo así el viaje que se quería proponer a través de la música. Entendemos que los sencillos son una necesidad de las plataformas y los lanzamos, pero siempre estamos pensando en el total del material, en el disco, en la placa y así también es ‘Visiones del futuro’.
CAMBIO: ¿Qué tan fácil o difícil es retomar canciones que estaban hechas o a medio hacer desde hace muchos años y lograr que funcionen bien en un álbum con termas nuevos?
A.L.: Siempre hemos tenido muchísimas ideas para los discos. Las que no se publican las archivamos. Algunas las producimos un poco más, otras un poco menos y todas ellas hacen parte de esa biblioteca de Superlitio que aún no ha sido lanzada y que espera que llegue el momento para que vea la luz. Siempre que hacemos un disco empezamos por oír el material archivado y vamos viendo qué puede llegar a servir en el proceso, en este caso con las canciones que estábamos creando para 2022. Obviamente las canciones actuales también tienen un gran peso para nosotros y en gran parte son canciones hechas en esta época, aunque todo está producido y pensado para ‘Visiones del futuro’, año 2022.
CAMBIO: ¿Cómo se mueve el rock en estos tiempos que parecieran ser la dictadura del reguetón y otros géneros denominados urbanos?
A.L.: El rock ya no es el mainstream que llegó a ser en una época. Ahora le llega a públicos específicos que existen y siempre existirán. Es un género que más allá de los tiempos se ha mantenido a través de las fusiones que realiza y a través del vehículo que es para denunciar, para expresar, para sentir. Son canciones que muchas veces trascienden las generaciones y la vida de los artistas. Entonces, a diferencia de lo que gobierna ahora, la música rock siempre va a ser parte de esa contracultura que es tan necesaria en la homogenización del mundo y digamos de la industria musical. Para nosotros también es vida, y es una actitud. Rock también es la capacidad de que vaya más allá de un ritmo, y que tenga letra, que tenga sensaciones, que tenga sentimientos, que tenga realmente un mensaje que la gente se pueda llevar para su vida.