Final de ataque
11 Junio 2022

Final de ataque

El último plazo para publicar encuestas terminó este domingo a las cero horas. Yanhass para RCN le da a Gustavo Petro diez puntos de ventaja. Las demás persisten en un empate técnico. La batalla por la presidencia se trasladó al terreno de las acusaciones y, gane quien gane, será muy difícil reconciliar al país.

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En la jerga política de Estados Unidos siempre se habla de “la sorpresa de octubre”. Como las elecciones son el primero de noviembre siempre se espera que unos días antes surja un elemento que perjudique las posibilidades de uno de los finalistas.  Colombia también ha vivido sus sorpresas de segunda vuelta que, sin embargo, no siempre han cambiado la decisión de los votantes. En 1998 la foto del máximo líder de las Farc, Manuel Marulanda Vélez, con un reloj de propaganda del candidato conservador Andrés Pastrana y al lado de Víctor G. Ricardo, dejaron al gobiernista Horacio Serpa sin discurso porque había hecho de la paz su plataforma de campaña y la evidencia mostraba que la guerrilla prefería hablar con Pastrana. En 2002 prácticamente a nadie le importó la revelación de que un helicóptero en el que tenía intereses Álvaro Uribe Vélez había sido encontrado años antes en el complejo cocainero de Tranquilandia. En 2010, en cambio, Antanas Mockus se desplomó cuando el candidato de Uribe, Juan Manuel Santos, empezó a explotar que padecía la enfermedad de Parkinson. En 2014, Santos, que había perdido la primera vuelta, terminó ganando gracias, en buena medida, al escándalo del hacker Andrés Sepúlveda. 

Este año también hay sorpresa de segunda vuelta. La revista Semana reveló una serie de videos internos de la campaña de Gustavo Petro. Algunos son graves, otros desagradables y unos más sencillamente irrelevantes. Entre los graves están las afirmaciones de Roy Barreras sobre aportes de la empresa Supergiros a la campaña en la primera vuelta y su disposición a hacer otros más para la segunda. Lo jurídicamente complicado es que dichos aportes no aparecen registrados en la contabilidad oficial, con lo cual podría existir una falsedad ideológica en documento público y una violación de la ley electoral. También es grave que se mencione que el empresario Christian Daes le habría pagado el sueldo a María Antonia Pardo, directora de comunicaciones de la campaña, porque tampoco esos aportes están registrados. 

Supergiros negó por comunicado que le haya dado plata a la campaña de Petro, versión que resulta difícil de creer porque es más fácil encontrar un político negando un ingreso que inventándoselo. Chirstian Daes, en conversación con Cambio, aseguró que jamás ha hecho aportes a la campaña de Gustavo Petro pero que durante seis meses le financió a María Antonia Pardo una idea que ella tenía para unir la izquierda y el centro. “Yo con María Antonia tengo una relación de amistad. Le dije que yo podía ayudarla por unos meses: de julio a diciembre. Incluso antes de que ella empezara a trabajar en la campaña. Cuando la nombraron me aparté”, sostuvo el empresario barranquillero.

Por su parte, la señora Pardo dijo que nunca le ha cobrado a la campaña de Petro,  que primero trabajó gratis en comunicaciones y luego, también de manera no remunerada, en la gerencia del Atlántico. Sostiene que su aporte en especie será registrado en las cuentas finales de la campaña. Reiteró la versión de Daes, según la cual, el empresario nunca ha sido donante del Pacto Histórico. De cualquier manera resulta extraño que los altos directivos de una campaña estuvieran unánimemente en el error de que Daes era donante sin serlo. El empresario también le dijo a Cambio que sus simpatías políticas para esta elección están con Rodolfo Hernández.

Continuando con las revelaciones de los videos hay otros que tienen mala presentación pero no suponen necesariamente la comisión de un delito. En esa categoría la más llamativa es la frase del senador Roy Barreras en la que indica en tono de preocupación: “Hay visitas a las cárceles. Al pabellón de extraditables de gente del Pacto Histórico ofreciendo la no extradición a los extraditables. Le doy los datos y los nombres pronto”. Aunque mucha gente trata de asociar esta afirmación con el ingreso de Juan Fernando Petro al pabellón de la parapolítica en la cárcel la Picota, la verdad es que en esa sección penitenciaria no hay un solo extraditable. La visita del hermano de Petro fue muy imprudente y, sin duda, afectó la imagen del candidato que en su intento por justificarlo terminó enredándose más. 

La conversación parece referirse más bien a las entradas de la senadora electa Piedad Córdoba a los pabellones R1 y R2 de la misma penitenciaría en donde según versiones extraoficiales habría hablado con tres extraditables. Ella afirma que solo ha ido a ese centro carcelario a visitar a su hermano Álvaro, quien está pedido en extradición por Estados Unidos dentro de un proceso por narcotráfico. Como sea, la inquietud por los supuestos contactos de la senadora Córdoba con extraditables se empezó a sentir en la campaña del Pacto Histórico pocos días después de la visita de Juan Fernando Petro a los parapolíticos. 

Las mismas conversaciones revelan que existía preocupación por las actividades de Piedad Córdoba y que varios, incluyendo a los senadores Luis Fernando Velasco y Roy Barreras, eran partidarios de ser más severos con ella por cuanto la simple suspensión implicaba un “quédese con la curul y siga haciendo barbaridades”. En esta grabación hay una pista clara sobre la fecha, fue el 18 de abril, porque menciona que el día anterior el representante Germán Navas Talero había sido nombrado jefe jurídico de la campaña. Este dato deja claro que la conversación es posterior al escándalo por las visitas de Juan Fernando Petro a La Picota. La ubicación temporal también es muy importante porque muestra la conexión entre las discusiones y las decisiones de la campaña. Dos días después, el 20 de abril, Cambio publicó las versiones sobre presuntas visitas de Piedad Córdoba a extraditables. Ese mismo día el candidato Petro separó a la senadora electa de la campaña.

La decisión fue muy discutida al interior de los partidos del Pacto Histórico. La Unión Patriótica, el movimiento que avaló la entrada de Córdoba a la lista de Senado, se opuso a que fuera expulsada y también a denunciarla ante la Fiscalía, como llegó a sugerirse en la reunión. La salida salomónica consistió en suspenderla de la campaña.  Ese día se llegó a hablar de la posibilidad de pedirle que no se posesionara como senadora pero al final descartaron esa opción porque equivalía a quedar en manos de ella, que ya estaba elegida y que no tenía ninguna obligación de acatar la orden del partido. Como sea, varias reuniones estuvieron marcadas por los reproches a Petro por haberla incluido en la lista al Senado y él mismo aceptó en una entrevista con Blu Radio que era su “responsabilidad política”, reconociendo de manera tácita que había sido un error.   

Los otros contenidos de los petrovideos muestran una incoherencia manifiesta entre un movimiento que proclama “la política del amor” y que en últimas se porta de manera tan ruin como cualquier otra campaña.  Para los que soñaban que esto era distinto, los videos son un triste despertar que muestra que las campañas políticas están llenas de zancadillas. Nada muy diferente a lo que hacía Federico Gutiérrez cuando afirmaba: “Petro, mientras yo estaba estudiando vos estabas quemando magistrados” o lo sostenido por Rodolfo Hernández, quien esta semana dijo en Miami que no volvía a Colombia sugiriendo que Petro está detrás de un plan para apuñalarlo.  

Todas las conversaciones de estrategia política en una campaña parten del plan de crecer al candidato propio y golpear al rival. “La política del amor” como la “Colombia Humana” como el “Pacto Histórico” son consignas propagandísticas detrás de las cuales siguen funcionando las estrategias rastreras de siempre. Una prueba de que esto ha sido la norma y no la excepción en la campaña de Petro son las declaraciones de la senadora Isabel Zuleta ante un grupo de seguidores en donde se vanagloria de haber cumplido con la tarea de quemar a Sergio Fajardo asociada con la Contraloría y la Fiscalía. 

La caída de la máscara de la decencia no sorprende a casi nadie en el mundo político, despierta a los seguidores más idealistas de Petro y puede tener impacto en la votación del próximo domingo. ¿Será suficiente para quitarle la Presidencia? Las últimas encuestas publicadas no mostraban que este escándalo lo hubiera afectado sustancialmente. 

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