Helicópteros a precio de huevo
4 Noviembre 2022

Helicópteros a precio de huevo

Crédito: Yamith Mariño Díaz

El empresario hotelero Carlos Londoño, muy cercano al expresidente Iván Duque, adquirió en subasta, y a menos de la mitad del precio, la flota de helicópteros que les habían sido incautados a Marcos Figueroa y al Ñeñe Hernández y que estaban bajo la administración de la SAE.

Por: Maria F. Fitzgerald

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El 15 de marzo de este año, la empresa Volar Colombia Charter S.A.S, una empresa dedicada a ofrecer vuelos chárter turísticos, se adueñó de la Sociedad Aeronáutica de Santander (Sasa), durante una subasta realizada por la Sociedad de Activos Especiales (SAE), organismo mixto que se dedica a administrar los bienes que son incautados por el Estado y que tienen un proceso de extinción de dominio.

La Sasa, una compañía dedicada al transporte de funcionarios públicos y particulares en helicóptero, estaba en poder de la SAE desde 2009, luego de que varios de sus helicópteros fueran incautados tras un proceso que los vinculaba al narcotraficante Marquitos Figueroa y a su principal testaferro, el Ñeñe Hernández. El Ñeñe fue el gestor de la llamada ñeñepolítica, que consistió en la supuesta compra de votos a favor de Iván Duque durante su campaña presidencial de 2018. 

A pesar de estar incautados, los helicópteros continuaron en funcionamiento y transportando a altos funcionarios del Gobierno, incluido al expresidente Iván Duque, como lo demuestran fotos compartidas por el mismo Ñeñe. 

La compra de Sasa resultó para Volar en un negociazo. En el momento de la subasta, la empresa de aviación registraba tener, al menos, cuatro helicópteros de alta gama. Contaba con 3 Bell 206, además de un Agusta A109. Los helicópteros Bell 206 tienen un precio unitario de 895 mil dólares, y el Agusta aparece en el mercado con un precio unitario que va desde los 925.000 dólares hasta los 6 millones de dólares, dependiendo del modelo y del año de elaboración. 

Un peritaje interno determinó que el valor de la empresa rondaba los 18.000 millones de pesos, precio que fue ratificado por la misma SAE que, en un documento al que CAMBIO tuvo acceso, señalaba que el valor mínimo de venta era de 17.300 millones de pesos. Sin embargo, Volar adquirió la empresa por un poco más de 8.000 millones de pesos. 

De acuerdo con una fuente, que prefirió mantener su nombre en reserva, pero que participó en el proceso de la subasta, la SAE solicitó que no se tuviera en cuenta el valor de los cuatro helicópteros a la hora de acordar el precio de la venta. Sin embargo, por ser una solicitud verbal, no quedó registro oficial de esa petición. 

¿Cómo logró Volar semejante gangazo?

Un empresario bien relacionado

Al parecer, las facilidades en la venta se dieron por la intervención de un empresario aliado a la política de derecha en el país, que se unió a los socios de Volar para comprar Sasa con descuento. Se trata del hotelero Carlos Londoño. 

Londoño es un empresario antioqueño de la hotelería y el turismo muy cercano a Iván Duque. En 2018 se le vio acompañando al entonces candidato haciendo campaña en el Amazonas, y luego se le vio viajando en el avión presidencial junto a su amigo ya posesionado. El mismo Iván Duque, ya como presidente, viajó hasta La Guajira para asistir a la inauguración de uno de los hoteles de Londoño y, tiempo después, la Presidencia lo nombró su representante en la junta directiva de Artesanías de Colombia. En febrero de este año, Duque le ofreció la embajada de Sudáfrica, aunque Londoño nunca la aceptó. 

Londoño pertenece a la junta directiva del Partido Conservador. De su bolsillo, o a través de su empresa On Vacation Group (un conglomerado de hoteles y paquetes turísticos que tiene presencia en varias zonas del país), aportó importantes sumas de dinero a las campañas de Marta Lucía Ramírez (en 2014 aportó 50 millones), David Barguil (en 2018) y el actual alcalde de San Andrés, Everh Hawkins, cuya campaña, de acuerdo con un reportaje de Cuestión Pública, fue financiada en su totalidad por el empresario. 

En sendos artículos, Portafolio y Forbes destacan su importante labor para el turismo en Colombia, además de mostrar sus perspectivas con respecto al futuro del país en este campo. La cadena On Vacation, de la que fue el presidente hasta febrero de 2020, tiene más de 20 hoteles en todo el país, y ha sido presentada, en esos mismos artículos, como la compañía que logró democratizar los viajes para la clase media. 

En 2018, Londoño empezó a anunciar nuevos proyectos alrededor del turismo: desde un hotel temático tipo Hard Rock Café, pero con la identidad de Andrés Carne de Res, hasta una maloca de lujo con 52 habitaciones en el Amazonas. Esta última ha causado serias afectaciones ambientales en la zona en la que fue construida. Pese a la oposición de las comunidades, las promesas de empleo del empresario ganaron. 

En uno de sus hoteles de San Andrés, el Acantilado de la Tierra, se hospedaron el fiscal Francisco Barbosa y el contralor Carlos Felipe Córdoba, junto con sus familias, cuando en 2020 fueron a pasar un puente festivo a la isla, en plena cuarentena. A pesar de que aseguraron que se trató de un viaje para hablar sobre corrupción y seguridad ciudadana, algunos habitantes de San Andrés se quejaron de que hubieran organizado una fiesta con funcionarios de la Alcaldía y con los principales comerciantes del lugar. 

Para 2019, On Vacation y Londoño anunciaron que esperarían tener un crecimiento de al menos un 20 por ciento en ganancias, pues tenían planteado cerrar varios negocios, entre ellos la primera línea de transportes de ultralujo en helicópteros. No obstante, en 2021, la misma empresa estaba negociando alivios financieros y reestructuraciones para poder mantenerse en funcionamiento, pues sus deudas ascendían a los 48.000 millones de pesos. 

La Superintendencia de Sociedades les aceptó un proceso de reestructuración, que les permitiría conservar la empresa y los puestos de trabajo pero que únicamente traería alivio a 32.000 de los 48.000 millones de la deuda. Este proceso, que tuvo plazo de un año, se cumplió en febrero de 2022.  

Con todo esto, el empresario Londoño hizo alianza con los dueños de Volar para conseguir comprar Sasa. Aunque en la oferta realizada a la SAE únicamente figuran los dueños de Volar, tres fuentes internas que estuvieron en el proceso de venta y que trabajan en el mundo de las empresas aeronáuticas, confirmaron a CAMBIO que Londoño no solo participó en el proceso de compra, sino que además dispuso a su gente para administrar a la Sasa. 

Una masacre laboral

Con Volar como nuevo dueño, Sasa inició, además, un proceso que sus exempleados describen como una masacre laboral. Primero, despidió de inmediato a las personas que conformaban la dirección administrativa, legal y financiera de la empresa. En los primeros dos días de la nueva administración, el gerente encargado, la contadora y las dos abogadas fueron sacadas de su cargo, sin que se les hubiera permitido siquiera hacer el empalme de cuentas. 

Después, desmejoró los salarios de los funcionarios que se quedaron. Previamente, en la Sasa, el salario de un piloto de helicóptero podía alcanzar los 13 millones de pesos, a través de una contratación directa que les garantizaba prestaciones laborales. Sin embargo, bajo la nueva administración, el salario se redujo a 8 millones de pesos, mediante un contrato por prestación de servicios. Tras los descuentos, el piloto terminaría recibiendo alrededor de 6 millones de pesos, es decir, menos de la mitad del salario pasado. 

Finalmente, de las 29 personas de planta, al menos 12 fueron retiradas, incluidas dos que tenían protecciones laborales especiales: una estaba cercana a jubilarse y la otra tiene problemas de movilidad físicos. Este tipo de despidos masivos e injustificados únicamente pueden ocurrir con autorización del Ministerio de Trabajo. Pero, como lo explica uno de sus exempleados, “a nosotros nunca nos dijeron que estas condiciones se iban a presentar, y mucho menos nos mostraron una resolución que los autorizara a hacer este movimiento”. 

Con todo, no es muy claro para los exempleados de la Sasa por qué On Vacation y Volar se interesaron en comprar la empresa; tampoco entienden cómo, siendo On Vacation una empresa que solicitó ayudas para mantenerse a flote, pueden tener los recursos necesarios para comprar ahora una flota de helicópteros. Lo cierto es que Carlos Londoño, quien hasta la fecha no ha contestado las insistentes llamadas de CAMBIO, y sus socios la compraron a precio de ganga y ahora Londoño se encamina a cumplir su sueño de tener una línea de viajes de lujo en helicóptero. 

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