Lo que debe temer Álvaro Uribe si Salvatore Mancuso habla en la JEP
Mancuso haría revelaciones sobre la génesis del paramilitarismo, el Bloque Capital y el atentado a Wilson Borja
Crédito: Yamith Mariño
Hace tres años el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso inició sus acercamientos para ser admitido en la JEP. Se espera que ahora revele las verdades que no salieron a la luz pública durante el proceso de Justicia y Paz promovido durante el gobierno de Álvaro Uribe.
“En mi caso, por ejemplo, he sido condenado solo por casi 2.000 hechos de 80.000 que se tienen identificados que debo responder por línea de mando y ni qué decir de la justicia ordinaria donde por todos los hechos confesados en Justicia y Paz se nos abre un proceso paralelo en dicha jurisdicción”. Este es uno de los apartados de la grabación enviada por Salvatore Mancuso a la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes en junio de 2019 y con la que se marcó el inicio de su búsqueda para ser escuchado en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
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En esa grabación Mancuso insistió en el fracaso de Justicia y Paz, proceso del que dijo no cumplió con los estándares de justicia transicional porque, 14 años después, no se habían impartido condenas para todos los responsables de crímenes de extrema gravedad ni tampoco se había reparado a las víctimas.
Según Mancuso, la estructura de Justicia y Paz fue constituida para que la verdad detrás del paramilitarismo, sus crímenes y auspiciadores no saliera a la luz pública y no tuviera resultados jurídicos. “Fui el primero en advertirlo en el año 2006, que como estaba concebida la Ley 975 de 2005 y la metodología empleada nos íbamos a demorar más de 100 años para cumplir con unos exegéticos procedimientos, de repetir los mismos hechos en audiencias con diferentes nombres y que conste que en ese momento no estábamos extraditados, qué lástima no haberme equivocado”.
El ventilador de Mancuso
Mancuso fue extraditado a Estados Unidos en 2008. El exjefe paramilitar ha insistido en que su extradición fue una retaliación por atreverse a hablar en procesos judiciales en contra de alfiles del uribismo.
En septiembre de 2019 le envió una carta al entonces exministro y ahora canciller Álvaro Leyva, en donde ratificó su intención de colaborar con la construcción de una paz estable en el país y en donde se refirió a su extradición como una “venganza criminal". En esa carta Mancuso sostuvo que la supuesta retaliación había sido por sus testimonios en contra de Uribe y de integrantes de su círculo más cercano.
“(...)Como venganza criminal y para callarme fui extraditado, debido a que relaté cómo colaboradores, funcionarios cercanos al gobierno del presidente Àlvaro Uribe, como Francisco Santos, hoy embajador de Colombia en Estados Unidos; José Miguel Narváez, subdirector del DAS, quien tuvo responsabilidad en la muerte de Jaime Garzón; de Pedro Juan Moreno, amigo personal y secretario de Gobierno de la Gobernación de Antioquia, fueron personas muy cercanas con las AUC, también narré lo referente a algunas situaciones que se presentaron con el mismo presidente Uribe (sic)”
En una de sus versiones rendidas ante Justicia y Paz en agosto de 2020, el exparamilitar sostuvo que recibió razones del exsenador Mario Uribe, primo de Álvaro Uribe, pidiéndole que no mencionara más a funcionarios del gobierno y que cambiara sus declaraciones.
También dijo que esos mismos emisarios le pidieron participar en un complot en contra de magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
En 2012, a través de su cuenta de Twitter, Álvaro Uribe dijo que había extraditado a Mancuso por "asesino" y lo señaló de haber ordenado la muerte de Carlos Castaño.
En 2014 también, a través de su cuenta de Twitter, Álvaro Uribe aseguró que Mancuso era aliado del entonces presidente Juan Manuel Santos y lo retó a presentar pruebas de sus señalamientos.
Ahora se espera que Mancuso haga importantes revelaciones sobre la génesis del paramilitarismo, la creación del Bloque Capital y el atentado al excongresista Wilson Borja.