“Para nosotros, esta medida es un placebo”, Jeison, exmiembro de la primera línea
Crédito: Yamith Mariño Díaz
Ya iniciaron las liberaciones de quienes fueron encarcelados por pertenecer a la primera línea y que serán voceros de paz en el gobierno de Gustavo Petro. Sin embargo, el anuncio del presidente sobre estas liberaciones no ha sido recibido con tanta esperanza. Para ellos, el anuncio fue precipitado y no se acerca a la realidad que esperan.
Por: Maria F. Fitzgerald
Hoy empezaron a ser liberados los primeros miembros de la primera línea que, bajo el gobierno de Gustavo Petro, trabajarán como voceros de paz. Se trata de Santiago Márquez Charris, quien está detenido en la cárcel de Girón, en Santander; y de Adriana Esperanza Bermeo, quien estaba recluida en El Pedregal en Medellín.
Ambos voceros tendrán que trabajar de la mano del gobierno para crear iniciativas que promuevan espacios de paz en sus comunidades. Este anuncio, que ya empezó a ver sus primeros resultados, ha tenido reacciones encontradas. Por una parte, quienes podrán acceder al beneficio mantienen la esperanza de ser liberados antes del 24 de diciembre. En este grupo se encuentran siete voceros que, hasta este momento, han sido nombrados por el gobierno. Además de Adriana y Santiago, en la lista también están: Andrés Bolaños, Laura Ramírez, Juan Sebastián Galeano, Álvaro Duque y Bremmen Hinestroza.
Sin embargo, hay quienes no recibieron este anuncio con tanta esperanza: “Yo pienso que las palabras del presidente fueron muy apresuradas. No ha habido suficiente claridad sobre el tema y muchos compañeros están confundidos respecto a si serán liberados o no. Quienes ya atravesamos esos procesos, sabemos que muchos no podrán salir”, aseguró Jeison, un joven que fue encarcelado en julio del año pasado con cargos de secuestro simple agravado, tortura agravada, hurto agravado y daño a bien público agravado. Pero, salió absuelto en octubre: la Fiscalía no logró comprobar los cargos.
Según Jeison, su salida se logró gracias a la labor de sus abogados, quienes en su momento se organizaron para representar a los jóvenes que estaban siendo imputados por cargos de protesta y se hicieron llamar la Primera Línea Jurídica. "Ahí nada tuvo que ver el Gobierno –recordó–. Yo me siento triste, incluso desilusionado con este Gobierno. Las cosas que han prometido no las han cumplido y no me parecería extraño que esto tampoco lo cumplan”, aseguró.
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Un placebo
Jeison no es el único que considera que estas medidas pueden ser paños de agua tibia. Su abogado, Mauricio Castro, considera lo mismo. Para los dos, las medidas anunciadas por Petro pueden tratarse de un placebo.
Esto, porque a pesar de que se llegaran a liberar a los jóvenes capturados, hay dos cosas que no permitirán que la promesa se cumpla en su totalidad: la primera, que únicamente serán liberados los jóvenes que no tengan condenas aún. La segunda, que los procesos judiciales seguirán avanzando, solo que la reclusión la pagarán desde sus hogares.
“Nosotros consideramos que si realmente existe la voluntad para sacar a estos jóvenes de la cárcel, tendría que hacerse bajo otra figura jurídica. En la medida en que los procesos judiciales continúen, y más con una Fiscalía a cargo de un personaje como Barbosa, esto seguirá siendo un peso sobre la vida de cientos de jóvenes que salieron a protestar”, aseguró Mauricio Castro, abogado defensor de Jeison y uno de los integrantes de la Primera Línea Jurídica.
A esa misma perspectiva se une Simona, una de las figuras principales de la primera línea en Bogotá y quien, desde hace más de un año, ha venido denunciando una constante persecución judicial contra la protesta: “Nosotros esperamos que estas no sean solo palabras, sino que el presidente realmente cumpla con lo que ha prometido, porque ya ha habido promesas incumplidas, como lo fue el desmonte del Esmad. Esperamos que sus palabras sean reales, porque ha causado muchas ilusiones”, aseguró
Ella no es la única que ha tenido esa sensación. Para los miembros de la primera línea de Bogotá, las palabras del presidente, aunque grandilocuentes, pueden llevar a la decepción de muchas familias y puede que, al final, no se hagan realidad: “Pensamos que no ha existido suficiente claridad con esta promesa y que varias familias están sintiendo que van a pasar las fiestas de final de año reunidas con quienes están encarcelados, pero la realidad es que es posible que eso no pase”, aseguraron.
Para profundizar
Una persecución incansable
Juliana Higuera, quien tiene 22 años y es defensora de derechos humanos en Tunja, ha sentido el rigor de la persecución judicial. Así lo presenta ella, luego de denunciar reiterativamente que ha sido entrampada por la Fiscalía con un montaje judicial.
“A mí me tuvieron presa, luego de capturarme a las seis de la mañana en un operativo que no lograron justificar. No solo inventaron unos cargos que hasta ahora no han podido comprobar, porque no son reales, sino que además han demostrado que, entre otras cosas, estuvieron interviniendo mi línea de celular mucho antes de que iniciara la supuesta investigación”, aseguró Higuera sobre su caso.
Para ella, lo que ha ocurrido con su caso no tiene sentido jurídico y en cambio sí atenta directamente contra la libertad de la protesta. Ella, que fue la única defensora de derechos humanos durante las protestas de Tunja, consideró que fue estigmatizada y marcada por las autoridades.
“Esto no me ha dañado solo a mí, sino también a mi hija, que todavía es muy pequeña. Quienes nos están persiguiendo no entienden que con sus actos están dañando las vidas de muchas personas y muchas familias”, aseguró. La ansiedad, la incertidumbre y la constante sensación de ser perseguida no le han dado la paz luego de atravesar estas acusaciones: “Hasta hace muy poco venció la orden de captura. Solo hasta ahora empiezo a tener algo de paz, pero no es plena aún”, dijo.
Frente a los anuncios del presidente Petro, considera que tampoco hay suficiente claridad. Ella, que ha venido trabajando en una campaña llamada Objetivo Libertad, que busca acompañar los procesos de las personas encarceladas con cargos de protesta, y a sus familias. Higuera señala que, desde la campaña, han pedido al presidente Petro que dé mayores certezas sobre lo que traerá esta figura y que, además, busque contemplar a todos los presos políticos: “Nos parece un pronunciamiento todavía irresponsable porque sabemos que se requieren muchas cosas para poder cumplirlo y que, además, es muy posible que no ocurra de aquí a Navidad. Por supuesto, esperamos que lo cumpla pues esta promesa no puede quedar en nada”.