“Yo no sé si Rodolfo sea un mal necesario para Colombia”: Diego García
26 Mayo 2022

“Yo no sé si Rodolfo sea un mal necesario para Colombia”: Diego García

Crédito: Yamith Mariño

El caricaturista santandereano es quien más veces ha dibujado a Rodolfo Hernández desde su etapa como alcalde. Compara la obsesión del ingeniero por combatir la corrupción con la de Uribe por las Farc. “Cometería mil embarradas para seguir en esa lucha”, advirtió.

Por: Juan Pablo Vásquez

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La vida de Diego García como caricaturista casi que coincide con la de Rodolfo Hernández como político. Luego de dejar su cargo como periodista radial en una emisora de Bucaramanga, en enero de 2016, justo cuando el ingeniero asumía como alcalde de la ciudad, García decidió dedicarse a la caricatura editorial y publicó su primer trabajo. Desde entonces, Hernández ha sido un personaje recurrente en su quehacer diario. Además de ser una figura disruptiva en la escena política santandereana, las peculiares formas y salidas de tono del candidato lo han convertido en el blanco de cientos de caricaturas que se viralizan en redes sociales y son publicadas por varios medios de comunicación. García es, quizá, la persona que más ha dibujado a Hernández.

Cambio conversó con él sobre el historial político del ingeniero y sus chances de llegar a la Casa de Nariño.

CAMBIO: ¿Cuándo dibujó usted a Rodolfo Hernández por primera vez?

Diego García: La primera vez que dibujé a Rodolfo fue en enero de 2016, para mostrar lo complaciente que él era con el mototaxismo en Bucaramanga. Esa caricatura lo muestra yéndose en mototaxi para la Alcaldía sin casco. Quería evidenciar, desde el principio, que es un tipo que se pasa la ley por la faja.

Rodolfo Hernández de camino a la Alcaldía de Bucaramanga en un mototaxi.

CAMBIO: ¿Por qué dice que se pasa la ley por la faja?

D.G.: La promesa que él hizo en campaña es que iba a hacerse “el pingo” con el mototaxismo. Y el mototaxismo es precisamente una de las causas que más ha afectado al sistema de transporte masivo de Bucaramanga: Metrolínea. Decir en plena campaña que si quedaba de alcalde iba a valerse de su condición para mirar hacia otro lado ante una irregularidad es pasarse la ley por la faja. Así lo interpreté yo.

CAMBIO: Cuando usted dibuja a Hernández, ¿cuál es el principal rasgo que le resalta?

D.G.: Su rabia e intransigencia. En la mayoría de las caricaturas, Rodolfo sale con un gesto de bravura, muy molesto. Siempre lo dibujo como si estuviera regañando y me gusta que se note que él está dispuesto a ir en contra de todo y de todos. Esa es su personalidad. 

Para profundizar

CAMBIO: Durante los cuatro años que duró Hernández como alcalde, ¿cuál es su caricatura favorita?

D.G.: Me gustó mucho una que hice en un momento en que Rodolfo se peleó con el gobierno de Juan Manuel Santos. Él dijo que no quería tener ningún vínculo con ese gobierno, que todos eran bandidos y no quería relacionarse con ellos. En cambio, su jefe de gobernanza y mano derecha, Manolo Azuero, sí era más diplomático. La caricatura entonces muestra a Rodolfo diciéndole a Azuero que no se junte con los del gobierno. Esa decisión de Hernández llevó a que la ciudad no adelantara ningún proyecto con recursos del gobierno central y frenó un poco el progreso. Desde entonces, uno se daba cuenta de que su forma de gobernar era muy problemática.

Rodolfo Hernández le advierte a su jefe de gobernanza, Manolo Azuero, sobre su precaución con el entonces presidente Santos.

CAMBIO: ¿Qué tal le fue a Hernández en su periodo como alcalde? ¿Cómo se lo explicaría al resto del país?

D.G.: En el tema de la corrupción, Rodolfo sí fue un tipo que cambió la ciudad drásticamente. Ahí sí pudo, como dice él, quitarle la chequera a la gente que se robaba la Alcaldía de Bucaramanga. Los contratistas antes debían pagar coimas para quedarse con las licitaciones y, con su llegada, eso disminuyó. 

Pero es lo único bueno que tengo que decir de él. De resto, es un hablador, un mentiroso. Desde mayo de 2016, cuando él solo llevaba cinco meses de alcalde, ya se sabía que las cartas que él entregó en campaña prometiendo más de 20.000 casas iban a quedar en nada. De hecho, hice caricaturas sobre ese tema. A los mototaxistas, aunque dijo que se iba a hacer “el pingo”, también empezó a caerles con redadas y la Policía. Eso es típico de él, decir cosas y no cumplirlas. Él, además de eso, es muy grosero. 

CAMBIO: Usted es el que más lo ha dibujado. ¿Cómo ve el escenario actual en el que, según las encuestas, tiene chance de ser presidente?

D.G.: Rodolfo fue un mal que necesitaba Bucaramanga. Su paso por la ciudad fue desastroso en términos de avances en infraestructura. No tiene nada para mostrar. Además, convirtió el manejo de la política en un espectáculo innecesario. Lo que sí le reconozco es que abrió un camino para otros liderazgos políticos que hoy podemos ver. Los concejales Carlos Parra y Danovis Lozano, en Bucaramanga, así como los congresistas electos Cristian Avendaño y Jota Pe Hernández, son una consecuencia del mensaje que él transmitió al ganarle la Alcaldía a los mismos de siempre. Pero eso no necesariamente tiene que extrapolarse a nivel nacional. Yo no sé si Rodolfo sea un mal necesario para Colombia.

CAMBIO: Si llega a ganar la Presidencia, ¿cuál va a ser su primera caricatura de él?

D.G.: Me la imagino con él insultando a alguien y traicionando alguna de sus promesas. Por ejemplo, concretando una alianza con un político de dudosa reputación a pesar de que en campaña juró que no lo haría. Me lo imagino también pasando cuatro ministros por una sola cartera en su primer año y echando a todos los funcionarios, estigmatizándolos. Su mandato sería un reality show. La obsesión de Rodolfo con la corrupción es la misma de Uribe con las Farc: cometería mil embarradas para seguir en esa lucha y poder alimentar su ego.

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