La alianza de Petro con militares retirados
3 Marzo 2022

La alianza de Petro con militares retirados

Gustavo Petro en el Salón Rojo del hotel Tequendama, acompañado del exsargento y candidato al senado Alexander Chalá.

Crédito: Edinson Bolaños

Un grupo de militares retirados adhirió este jueves a la candidatura de Gustavo Petro. El apoyo no significa mucho en términos de votos, pero sí es un mensaje de confianza que amplía la viabilidad política del favorito en las encuestas. Así es la alianza.

Por: Edinson Arley Bolaños

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Este jueves el Salón Rojo del Hotel Tequendama se llenó de militares y policías retirados de diferentes fuerzas, principalmente, coroneles, sargentos y soldados de varias regiones del país que luego de dejar el uniforme se asociaron para participar en política. 

“Los ascensos a generales en Colombia no son consecuencia de la capacidad de interpretación de los problemas de seguridad que vive el país, sino el resultado de círculos usualmente ligados a la corrupción o a favores políticos. 'Tantos coroneles que debieron ser generales y tantos generales que ni siquiera debieron ser coroneles'. Ese es un dicho muy popular en nuestra fuerza”, dijo Alfonso Manzur, presidente de Veteranos por Colombia, organización convocante de este evento. “Y si hablamos de reconocer la verdad, partamos de que nosotros somos militares de una generación en la que nuestro mayor héroe militar se llamó Carlos Castaño Gil y de esto toda la sociedad colombiana es cómplice al ser un testigo silente de lo que ocurría en nuestros territorios”, expresó. 

A renglón seguido, el coronel Carlos Alfonso Velázquez, hoy precandidato presidencial por el movimiento Concordia Nacional, dijo que por ahora no, pero que más adelante su movimiento confluiría en la campaña de Petro: “Pienso inscribirme la próxima semana como precandidato presidencial y vamos avanzando paralelamente con el Pacto Histórico, lo que quizá implica una confluencia más adelante”, dijo Velásquez en medio del foro.  

Una posible alianza con exmilitares se viene cocinando desde principios de 2021 cuando Petro, seguro de aspirar por tercera vez a la presidencia, expresó que adelantaba reuniones con miembros de las Fuerzas Armadas en retiro que en su momento haría públicas: “La idea de unas Fuerzas Armadas obedientes a la extrema derecha debe desaparecer. La fuerza pública pertenece a la nación toda. Le responde a su pueblo del que nace”, dijo Petro durante el foro, mismas palabras que escribió en marzo del año pasado en una columna de opinión titulada “Las Fuerzas Armadas y el Pacto Histórico”. Y anticipó uno de sus mayores desafíos en caso de llegar a la Casa de Nariño: la estabilidad de su gobierno, que depende, según él, de ser mayoría en el Congreso de la República y poder establecer “una reforma consensuada con la fuerza pública”.

“No se podría plantear un presidente la democratización del Estado y la sociedad, sino se democratiza la fuerza pública, cuyos miembros deben de gozar un bienestar social. Nosotros respetamos las asignaciones de retiro, hay toda una contra-campaña hecha por generales en retiro, asustando a la gente, diciendo que vamos a quitar las asignaciones en retiro, pero eso nunca lo hemos dicho ni serviría para nada. Nosotros vamos a aumentar las asignaciones en retiro y vamos a aumentar la que se le entrega a policías y soldados que ha sido heridos en combate”, dijo el precandidato presidencial del Pacto Histórico.

Petro pretende conquistar la mayoría de las bases de las reservas, un camino difícil de recorrer, pero que el precandidato empieza a abonar. Primero, porque aunque este grupo de militares no son la mayoría de oficiales retirados, sí es una base importante que tiene presencia territorial, incluso, ascendencia al interior de las mismas fuerzas activas que hoy más que nunca están unidos por las redes sociales por donde intercambian información y ventilan lo que les incomoda y no pueden denunciar a boca llena dentro de la institución.

En la época de la violencia bipartidista, dependiendo la región, la policía podría ser liberal o conservadora. Luego, durante el conflicto armado con las Farc eso cambió y en la fuerza pública se sembró la idea de que los movimientos de izquierda eran sus enemigos, pues cohonestaban con las guerrillas. 

Hoy, a pesar de que el acuerdo de paz entre el Estado y las Farc está herido, aún tiene vida porque los exguerrilleros participan en política y los exmilitares de bajo rango también, quienes representan a muchos de sus compañeros condenados por crímenes o lisiados por la misma guerra. El sargento Alexander Chalá Sáenz hace parte de la lista cerrada al Senado por el movimiento de Petro, quien así lo presentó a finales del año pasado: “Hablan mucho de los héroes de la patria, pero nosotros vamos a hacer a uno de ellos Senador de la República”, escribió en su cuenta de Twitter. Esta es la primera vez que se encuentran en un recinto con público militar para hablar sobre dos temas sensibles para la gobernabilidad de una eventual presidencia de Petro: la seguridad y la defensa. 

En este foro se plantearon tres hechos fundamentales. Por un lado, profesionalizar a soldados y suboficiales, para que cuando terminen sus carreras no engrosen las redes de mercenarios colombianos por el mundo; por otro, hacer énfasis en el respeto por los derechos humanos al interior de las fuerzas y, por último, que promete ser controversial, la reforma al escalafón de ascenso para llegar a ser general de la república: “Tiene que haber un sistema de ascenso que no esté dividiendo a los cuerpos en suboficiales y soldados, o en policías y oficiales que pertenecen a otra casta social, sino que tiene que eliminarse esa barrera para que los ascensos se den y cualquiera pueda llegar a ser general de la república”, dijo Petro, hoy puntero en las encuestas presidenciales. 

Por su parte, el candidato al Senado de la llamada reserva del pueblo, el sargento retirado Alexander Chalá, hizo gala de su apoyo y defensa a los jóvenes de primera línea en las pasadas protestas de 2021 y le pidió expresamente a Petro que, en caso de llegar a ser presidente, restituya a todos aquellos militares y policías que fueron obligados a salir de la institución castrense por denunciar actos de corrupción de sus superiores: “Porque los buenos deben seguir, los malos son los que se deben ir”, puntualizó. 

Paralelamente, mientras el encuentro se desarrollaba, dos de las organizaciones más antiguas de oficiales retirados, Acore y el Cuerpo de Generales, se pronunciaron por medio de un comunicado argumentando que el evento no recoge la inmensa mayoría de la población retirada y que distan de las propuestas del Pacto Histórico y sus candidatos: “Esta ideología no es afín al grueso de nosotros los miembros de la reserva y quienes son afines a esa corriente política son una gran minoría”, escribieron.    

El comunicado fue respondido en el auditorio por el propio Petro, quien cuestionó a los generales retirados que están haciendo una campaña "sucia" para desprestigiarlo y anticipó el perfil de quien sería su Ministro de Defensa en caso de llegar a la Casa de Nariño: “El ministro de defensa tiene que tener respetabilidad dentro de la tropa, porque esta tiene que ser ganada en las transformaciones que va a sufrir el país". 

Sin duda, este es uno de los retos más importantes que tendría un presidente de izquierda en Colombia y que empieza a sortear Petro. Por un lado, porque tendrá que lidiar con los planes de compras de nuevos equipos de guerra que es una postura fuerte entre quienes actualmente mandan al interior de las Fuerzas Armadas. No obstante, en caso de que llegara a la presidencia tiene dos coyunturas en su favor: un generalato debilitado por los sucesivos escándalos de corrupción y de alianzas con organizaciones criminales, y unas Fuerzas Armadas ideologizadas hoy más que nunca.

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