Rodolfo Hernández: a lo prócer
8 Abril 2022

Rodolfo Hernández: a lo prócer

El candidato a la presidencia Rodolfo Hernández posó para el lente de Pett Martínez en Bucaramanga. Un retrato de uno de los candidatos más sonados de estas elecciones 2022. Esta es la primera de una serie de entregas en donde el fotógrafo retratará a personajes públicos de relevancia nacional en situaciones que los sacan de sus zonas de confort.

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Fotografía y texto: Pett Martínez 
Producción: Liliana Lombana

Eran las ocho de la mañana, el sol comenzaba con su faena de calor en la bonita pero olvidada Bucaramanga, lugar donde transcurren estos hechos fotográficos. La locación, la hermosa casa donde vivió por dos meses en el año 1828, el libertador Simón Bolívar y que hoy sirve de sede a la Academia de Historia de Santander, convertida en museo. 

Rodolfo Hernández

La Casa Bolívar, como se le conoce, tiene ventanales grandes, corredores amplios, paredes de tapia pisada y pequeñas tejas de barro. Como dato curioso les cuento que, a pesar de ser una casona con cuartos amplios, el Libertador prefería dormir en una pequeña hamaca colgada de pared a pared en el cuarto más pequeño, no sé si huyéndole al calor nocturno de la villa o porque sencillamente allí podía descansar mejor sus posaderas, cargadas con dos grandes y pronunciados callos en cada una de sus nalgas.

Nuestro personaje invitado, un prócer en toda la definición de la palabra: “persona de alta calidad y dignidad”, un personaje, construido a pulso, para muchos, pero con fama de intransigente para otros, el ingeniero Rodolfo Hernández.

Rodolfo Hernández

Con un personaje así, recuerdo que, un poco de incertidumbre se apoderó del equipo de producción. El reto principal, que aceptara posar para nosotros con un vestuario de la época, que emulara esos personajes que ayudaron a forjar la liberación de la nación. Todo estaba preparado, el salón más oscuro de la casa, una silla de madera, que difícilmente prestan pues formaba parte del salón de reuniones de Bolívar, una escultura de la imagen de la Virgen a la que el Libertador encomendaba sus más duras batallas, no crean que aspirar a la Presidencia de un país donde existe tal polarización, no es la peor batalla que pueda librar un político, en medio de tanta obsesión por el poder.

 A las nueve de la mañana llegó el ingeniero, muy puntual, recuerdo que venía hablando por teléfono en ese tono, por encima de los decibeles adecuados, con el que hablamos los santandereanos, “No, no, yo no me voy a unir a ninguno, no, ¿para qué?, si todos son la misma joda”, después, rápidamente se despidió de su interlocutor telefónico e inició la ronda de saludos personales. Liliana, nuestra productora, luego de estrecharle la mano, acto que reconozco que no hacía con nadie después de la pandemia, le dijo: “Por acá ingeniero lo acompaño al baño para que me haga el favor y se cambie”. En ese instante todo el equipo se concentró en la reacción del ingeniero, para sorpresa de todos se dibujó una sonrisa en su rostro, “listo vamos a ver cómo es esta joda”

A los 15 minutos salió con la casaca roja y azul, con hojas de laureles dorados, pantalón blanco, había cambiado sus zapatos Louis Vuitton por unas botas de caballería en cuero largas, pesadas y duras, pensé inmediatamente en esas mujeres que van con zapatos de tacones altos cuando son invitadas a un matrimonio, tacones que, inevitablemente terminan junto a la mesa después de que suena la segunda canción, al inicio del baile de la fiesta, así se debería sentir. Mientras le aplicaban un poco de maquillaje, le conté lo que pretendíamos lograr con la foto, la técnica fotográfica que íbamos a usar, una fotografía carente de grandes flashes, donde reina la oscuridad, una foto artística, de esas que día a día van perdiendo la batalla contra la modernidad, pues ahora todos somos fotógrafos, gracias a las cámaras de los celulares. 

Rodolfo Hernández

Ingeniero, le dije: “Lo más importante es que debe existir una complicidad entre el fotógrafo y el modelo, para poder generar una historia y un sentimiento en un solo fotograma”. Me miró fijamente con sus ojos azules y me dijo: “Eso usted me dice qué debo hacer y yo hago caso”, frase que no solo mostró su disposición con la sesión fotográfica, sino que sirvió para derrumbar esa imagen de hombre incuestionable, en realidad debo confesar que nunca, en ningún momento, noté prepotencia en su carácter, prepotencia con la que he tenido que lidiar con una que otra figurilla pública.

Así, sin más palabras, iniciamos nuestro plan, durante más de una hora trabajamos para lograr lo que ustedes amablemente están viendo. Una pieza nacida desde el amor al arte, con mi pasión sin límites por la fotografía. Muchos se preguntarán, pero, ¿por qué al ingeniero lo pusieron como prócer? Les cuento, antes de hacer la foto de un personaje y es mi costumbre, le pregunto a mucha gente, qué piensan del mismo, ojo no soy casa de encuestas, en el caso del ingeniero Rodolfo Hernández, existía un común denominador, “¿el ingeniero? Ese sí puede salvar a Colombia, de tanto robo”, y claro, en medio de tanto salvador que se presenta hoy por hoy, la primera frase que se me vino a la mente fue: “Coronel salve usted la patria”. Frase dicha por Bolívar a Juan José Rondón en la batalla del Pantano Vargas, por eso lo vestimos así. Claro, la idea no es presentar al ingeniero Hernández como un mesías, pero si uno lo escucha detenidamente, sus pretensiones son muy parecidas a las del Libertador. Si Simón Bolívar quería liberar del yugo español a las naciones, el ingeniero Rodolfo quiere liberar a Colombia del yugo de la corrupción.

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