Estafas 2.0: el caso de Soar77 y Like Video Push
25 Marzo 2022

Estafas 2.0: el caso de Soar77 y Like Video Push

En febrero de este año muchos terminaron perdiendo cuando decidieron “invertir” su dinero en dos estafas virtuales: Soar77 y Like Video Push.

Crédito: Will Huertas

La historia del fraude siempre es más o menos la misma, empieza con una fórmula mágica para multiplicar el dinero rápidamente y termina con víctimas, familiares y conocidos repitiendo “de eso tan bueno no dan tanto”. Sin embargo, miles de personas siguen cayendo en todo el mundo y una vez más les pasó a muchos en Colombia en febrero de este año, cuando decidieron “invertir” su dinero en dos estafas virtuales: Soar77 y Like Video Push.

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No fueron pocos los que cayeron, aunque es difícil saber con exactitud cuántos, debido a que todas las operaciones eran virtuales. En Urabá, por ejemplo, la historia terminó con cientos de motos empeñadas, con millones de pesos en ahorros perdidos y con más de uno “embalado” con los gota a gota locales, según le contó a Cambio Edward Alvárez, un periodista local que reportó la historia de Soar77 en febrero para el periódico Las Chivas

“La aplicación se volvió viral, se fue regando el voz a voz entre enero y febrero y llegó un momento en que muchas personas comenzaron a recibir los dineros diarios de lo que invertían. Las ganancias se coronaban en 15 días pero fue mucha la gente que perdió, los últimos días eso se volvió una ola gigantesca”.

Entre los ejemplos que mencionó Alvarez, algunos de los más llamativos son el de un hombre que gastó en la plataforma más de 40 millones de pesos que había pedido prestados a distintos gota a gota de la zona y solo alcanzó a recuperar 2,4 antes de que la página desapareciera por completo; y el de varios trabajadores de las plantaciones de banano que invirtieron para conseguir dinero y así poder recuperar las tarjetas en las que les consignan su sueldo y que hace años tienen empeñadas con los prestamistas.

Cambio también conoció la historia de una publicista de Pasto que vive en Cali, que cayó en Like Video Push. Ella y sus papás conocieron la plataforma por un familiar que había perdido su empleo y les comentó que “estaba trabajando en las aplicaciones” y había logrado tener un buen retorno. Entre ella y sus padres invirtieron alrededor de 5 millones de pesos que tenían ahorrados, de los que tuvieron que despedirse cuando la página desapareció sin dejar rastro. 

Cuando se cayeron las aplicaciones, muchos recurrieron a los botones de ayuda de las páginas donde antes operaba normalmente un servicio al cliente, pero nadie respondió, y unos días después solo quedó el mensaje del navegador que decía “no se puede acceder al sitio”. Como explica la publicista:

“Yo trate de reclamar, e incluso me puse a investigar en internet, pero al final todo era muy confuso, porque se cae una de estas plataformas y aparecen tres nuevas, y no son de acá. Al final es como un nudo sin salida”.

Además de estos casos, son múltiples los testimonios y memes en Twitter y TikTok que hablan de la caída de las plataformas y las pérdidas de los usuarios, y Google Trends muestra que en Colombia hubo un alto nivel de búsquedas relacionadas con estas dos “aplicaciones” en distintas zonas del país. 

Búsquedas en los últimos 90 días para Colombia para Soar77 y Like Video Push
Búsquedas en los últimos 90 días para Colombia para Soar77 y Like Video Push. Crédito: Google Trends.

¿Cómo funcionaban las plataformas?

Tanto Soar77, como Like Video Push, les ofrecían a los usuarios una compensación por realizar tareas dentro de la aplicación, por ejemplo, dar like a videos en Facebook y Youtube o suscribirse a distintos canales. Para mejorar las ganancias, los usuarios debían comprar distintos paquetes VIP, que, mientras más caros fueran, más tareas incluía y mejores retornos prometía. Los precios iban desde 60.000 pesos hasta 60 millones y los niveles más costosos incluían la supuesta compra de un rot que hacía las tareas por los usuarios. Además, pagaban “recompensas” por traer referidos –un requisito fundamental– ya que este tipo de estafas paga a los primeros usuarios con los fondos de aquellos que llegan después.

Para crear una cuenta los suscriptores debían registrar su número de teléfono o email, y luego enlazar su cuenta de la aplicación con una billetera de criptomonedas de Binance (una plataforma de intercambio), ya que las compras y retiros de los distintos paquetes se hacían utilizando Tether (USDT), una criptomoneda que tiene paridad con el dólar.

Las recompensas que ofrecían estas plataformas eran bastante jugosas. Por ejemplo, en Soar77 el paquete de 700.000 pesos ofrecía ingresos diarios de 296.000 pesos, es decir, alrededor de 10 millones y medio, y el de 15 millones ofrecía 864.000 pesos diarios y alrededor de 26 millones de pesos mensuales. Dados estos rendimientos en muchos videos de Youtube, e incluso en Twitter varios creadores de contenido de “inversiones” hablaban abiertamente que se trataba de una estafa, y vendían como un movimiento “inteligente” el invertir antes de que se cayera.

Screenshot de los paquetes VIP de Soar77
Screenshot de los paquetes VIP de Soar77. Crédito: Tutorial-Youtube

Debido a que los últimos niveles de la aplicación que pedían aportes de 30 y 60 millones de pesos nunca fueron activados, muchos creyeron que aún había tiempo de invertir y obtener retornos. Sin embargo, las plataformas primero dejaron de enviar pagos, luego fueron borradas y se esfumaron con la plata y, de paso, los datos de los usarios.

En internet existen miles de estafas como Soar 77 y Like Video Push (algunas más sofisticadas que otras) que aparecen y desaparecen a diario, y que muchos ofrecen en Tweets, canales de Youtube, y grupos de Facebook, Telegram y Whatsapp, como una oportunidad inteligente de inversión para los experimentados que saben "cómo manejar las pirámides" para mantenerse en la cresta de la ola. Como le mencionó la publicista de Pasto a Cambio: 

“Después nos enteramos de que el familiar que nos recomendó la plataforma estaba en un grupo con gente de Medellín que se dedica a encontrar esas aplicaciones cuando apenas están saliendo; lo que hacen es traer a un montón de gente usando un grupo de whatsapp. Ellos meten poco dinero y traen mucha gente para alcanzar a cobrar”.

Cambio también conoció el caso de un estudiante de Medellín que al principio perdió dinero en estas plataformas, pero luego decidió usarlas como si fueran una "inversión en bolsa". En un día, puede ganar un millón de pesos o más. Él suele participar en grupos de redes sociales que van promocionando las plataformas nuevas que van reemplazando a las que desaparecen y que "aún está pagando". Normalmente, este tipo de usuarios busca darle la vuelta al dinero rápidamente y cobrar el mismo día, entrando así en el vertiginoso y adictivo juego de "exprimir las pirámides". No obstante, muchos de estos usuarios terminan por arrastrar a conocidos que meten la plata de buena fe siguiendo sus recomendaciones.

¿Cuál es el modus operandi?

Aunque a primera vista pareciera ser una simple estafa tipo Ponzi –los primeros inversores cobran con el dinero de los que van entrando después–, estas plataformas también tienen una serie de elementos que las hacen más “siglo 21”, como el uso de criptomonedas, o una interfaz que imita a las plataformas que pagan por ver publicidad (que jamás alcanzan los retornos ofrecidos por las estafas). Además tienen las características del fraude de moda en el ecosistema cripto, el “rugpull” o halón de alfombra en español.

Según le explicó a Cambio Chainalysis –una firma dedicada a la investigación sobre ciberseguridad, criptomonedas y finanzas descentralizadas, que rastrea los flujos internacionales de capital en este ecosistema– los rugpulls son falsas plataformas de inversión, de trading o incluso criptomonedas, creadas por estafadores para atraer capital, que luego desaparecen o pierden valor de repente. Básicamente la versión digital de un viejo truco de los estafadores, montar un negocio falso y volarse después.

Este modus operandi se ha expandido por todo el mundo. En 2021 les arrebató a las víctimas 2.800 millones de dólares en criptomonedas y significó un 37 por ciento de todas las ganancias fraudulentas en criptomonedas, frente a un 1 por ciento en 2020.  

La estafa más grande de este tipo fue Thodex en Turquía. Se trataba de una plataforma centralizada de intercambio (exchange), cuyo CEO desapareció con más de 2.000 millones de dólares. Aunque en el caso de Soar77 y Like Video Push, no hay datos de la cantidad de dinero que se perdió, también tuvieron alcance internacional, según muestran los volúmenes de búsqueda de Google Trends. Además, hay casos de plataformas prácticamente idénticas en otros paises como Kakao Talk en República Dominicana y Bibbo en Perú.

Geografía de los volúmenes de búsqueda en Google para Soar 77 y Like Video Push
Geografía de los volúmenes de búsqueda en Google para Soar 77 y Like Video Push. Crédito: Google Trends

¿Por qué pasó inadvertida?

Aunque es difícil saber con certeza por qué estás estafas pasaron de agache, hay varios factores que podrían influir. Primero, el hecho de que todo se manejó a través de canales informales y descentralizados, segundo, que muchos sabían que estaban invirtiendo dinero en una estafa y tercero, las dificultades tecnológicas para saber qué pasó, cuándo se cayó la plataforma, quiénes estaban detrás y desde dónde operaba.

Voceros de la Superintendencia Financiera explicaron que debido a que estas plataformas generalmente se alojan fuera del país, están fuera de la jurisdicción de la Superintendencia Financiera de Colombia. Sin embargo, pese a no ejercer vigilancia sobre dichas páginas la entidad sí ha recibido alrededor de 12 consultas del público relacionadas particularmente con Soar77, razón por la cual reiteró a la ciudadanía la importancia de no creer en ofrecimientos de rendimientos altos y hace las siguientes recomendaciones.

Por otro lado, esta estafa tiene características que difieren de las pirámides clásicas (tema que está bajo la jurisdicción de Supersociedades) aunque es un poco más complejo. Primero, aquí hay un supesto “servicio” (las tareas que realizaban los usuarios”) de por medio; segundo, los creadores de estas estafas pueden estar en cualquier lugar del mundo; tercero, el dinero se movía a través de billeteras de criptomonedas y apps como Nequi y Daviplata, que son más difíciles de rastrear; y cuarto, la captación del dinero se hace a través de canales informales como las redes sociales. Cabe agregar que las criptomonedas no son reconocidas como moneda legal en Colombia, ni están reguladas, por lo tanto la compra y venta de estos activos corre por cuenta y riesgo de cada usuario, lo que quiere decir que las billeteras de criptomonedas no son reconocidas como productos financieros en Colombia. Es decir, al final era como si los usuarios "pagaran" la inversión en la pirámide con un activo.

Según explicó a Cambio el mayor Adrián Vega, director del Centro cibernético de la Policía Nacional, aunque en el fondo las estafas son las mismas de siempre, los cibercriminales van perfeccionando las formas de captar dinero y cada vez incluyen páginas más sofisticadas que pueden confundir al usuario. Las páginas se ven más bonitas, muestran términos y condiciones, incluyen elementos de moda como lo de las tareas y las criptomonedas. Sus métodos o modus operandi van cambiando según las circunstancias, para favorecer al ciberdelincuente y aumentar las probabilidades de que la víctima caiga en la estafa, y entregue su dinero y sus datos.

Otro factor importante en este caso es que mucha gente invirtió sabiendo que se trataba de una “pirámide” o de una estafa, es decir, muchos ya habían asumido que el dinero se podía perder de antemano. Otros que cayeron por incautos, al final no denunciaron por desconocimiento o por pena y terminaron por resignarse, ya que no había servicio al cliente al cual recurrir y era difícil saber exactamente a quién denunciar. 

Por último, hacerles seguimiento a las billeteras digitales, al dominio de la página y a las personas que estaban detrás de ellos está fuera del alcance de la mayoría de los usuarios. Es una tarea que requiere conocimientos de informática y de investigación superiores a las capacidades de un internauta promedio.

Aunque como explicó Chaynalysis, la anonimidad total es difícil de lograr en la web. Según explicaron a Cambio fuentes de la Policía y de la Fiscalía, el conducto regular en Colombia para identificar a los responsables de este tipo de fraudes implica una investigación formal, por lo tanto, las víctimas deben recurrir a la Fiscalía y poner una denuncia explicando qué ocurrió, cuánto dinero perdieron, cómo fue y demás detalles. En el transcurso de la investigación, la Policía puede identificar la IP y luego solicitar una orden para averiguar quién está detrás. Sin embargo, los responsables y quienes reciben el dinero pueden estar en cualquier país del mundo. Por lo tanto, la investigación de este tipo de delitos requiere de colaboración internacional –respaldada en el convenio de Budapest, al que Colombia se adhirió en 2020– que requiere de un importante esfuerzo de coordinación.

Por lo tanto, tratar de recuperar el dinero es una tarea abrumadora para el ciudadano de a pie que termina en que muchos se resignen a que "esa platica se perdió". Aunque unos dirán que aprendieron la lección, otros seguirán buscando plataformas sospechosas para apostarle a lucrarse rápidamente a costa del dinero de los demás. No obstante, serán pocos los que piensen en los datos personales y financieros que les regalaron a los cibercriminales.

Recomendaciones de la Superfinanciera para prevenir al fraude

 

Consejos de la Superintendencia Financiera para evitar ser víctima de fraude
Consejos de la Superintendencia Financiera para evitar ser víctima de fraude

*** Artículo enmendado el 6 de abril de 2022. Se corrigió el número de consultas registradas en la Superfinanciera y se incluyeron las recomendaciones para evitar el fraude.

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