6 Agosto 2022 10:08 am

Las matemáticas, el cambio y la política

Agustín Moreno Cañadas es un matemático que utiliza las ciencias exactas para entender, e incluso predecir, cómo se comportan desde los virus que provocan el covid19 hasta los partidos políticos y los grupos terroristas.

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Agustín Moreno Cañadas
Agustín Moreno Cañadas.

Por Fernando Salamanca

Criptografía para todos o el arte de ocultar información”, cuenta el letrero azul desgastado, clavado en la cartelera del edificio Yu Takeuchi, nombre del físico teórico japonés que llegó de carambola a nuestro país y se dedicó a dictar clase en la Universidad Nacional de Colombia, y que es la sede del departamento de Física, Matemáticas y Estadística.

El letrero ha permanecido anclado en el corazón de esta construcción durante 18 años sin que nadie se atreva a tocarlo. Criptografía para todos fue el primer seminario de esta ciencia que se dictó en nuestro país, el oficio del secreto: un arma valiosa en tiempos de la Guerra Fría que hoy asoma su cabeza de nuevo, como una tortuga que contempla por primera vez el sol. Un saber que se incluyó en el Kama Sutra como una de las 64 artes que una mujer debería conocer. El artificio de lo oculto que hoy parece un relato de ciencia ficción en un mundo desbocado.

Los estudiantes no conocían lo que movía el mundo”, dice Agustín Moreno Cañadas, matemático, el encargado de dictar aquel curso. “Algunos números primos fueron declarados ilegales en los Estados Unidos por la Agencia Nacional de Seguridad, que depende de la Scientific Advisory Board” (Comité Científico Asesor).

Es media tarde. Llovió toda la mañana y su oficina en la Ciudad Universitaria huele a una mezcla de pasto húmedo recién cortado con el polvo que se va acumulando en las esquinas de este edificio blanco y bullicioso. Moreno Cañadas viste camisa de manga larga, pantalón y zapatos amarillos. En el dedo anular luce un anillo de oro de su matrimonio. Lleva veinte años de casado y tiene tres hijos: dos chicas de 30 y 24 años, y un pequeño de 12 que lleva al colegio todos los días. Es la única labor cotidiana que es capaz de realizar. Su esposa organiza lo demás: es la embajadora de la realidad.

A pesar de los vaivenes y déficits presupuestales, la academia continúa siendo un refugio para los excéntricos y la gente más brillante pero quizás menos práctica de la sociedad. Ciencia y poder político es un binomio que se antoja extraño en nuestro país, pues la desconfianza y el escepticismo han marcado el pulso entre el quehacer del investigador y el comportamiento del “hombre de acción” que describió Max Weber. Al profesor Moreno lo acompañan el saber objetivo, una comunicación dialéctica entre conocimiento y acción, reflexión y honradez, virtudes que no se asocian con la política tradicional colombiana, llena de matones, caciques, corruptos, gente horrenda.

El contrapunto de nuestra realidad es el Proyecto Manhattan que produjo las primeras armas nucleares, y que estuvo bajo la dirección bicéfala del general Leslie Groves y el físico nuclear Robert Oppenheimer.
El profesor Moreno saca de su escritorio dos marcadores: uno azul y el otro negro. Se dirige hacia un tablero atestado de números y fórmulas matemáticas incomprensibles para mí, pero absolutamente claras y notables para él. Me ha citado en su oficina para hablar de infiltraciones. De modelos matemáticos, política y secretos.

Lo conocí hace unos años, cuando su trabajo Algorithms of differentiation of postes to analiza tactics of war fue publicado en la revista indexada india Pushpa Publishing House.
Por aquel entonces, el gobierno Santos intentaba mantener a flote los diálogos de paz con la guerrilla en La Habana en medio de tempestades de orden público y la guillotina implacable de la oposición, y contaba con la mediación de los países amigos (Noruega, Chile y Venezuela) y el espaldarazo de la administración Obama.

El paper del profesor Moreno era un sugestivo coctel académico que mezclaba virus y engaños, postulados de El arte de la guerra, de Sun Tzu, y consejos militares del Ché Guevara, hormigas amazónicas y fórmicas aderezados en una fórmula matemática para acabar con las Farc:
P = N {6 < 7 b}

La novedad del paper y en especial su tratamiento poco ortodoxo llamaron la atención de varios medios de comunicación.Vector geométrico, clave en la Operación Jaque”, un titular del Periódico UNAL, de la Universidad Nacional, daba cuenta de un algoritmo dilucidado por un profesor de la universidad que modeló el comportamiento de organizaciones jerarquizadas —empresas, ejércitos, partidos políticos— para encontrar sus puntos de ruptura mediante la codificación de tareas que los individuos realizan. Se trataba, en fin, de las tácticas de infiltración que hicieron posible la liberación de Ingrid Betancourt y los demás secuestrados hace un poco menos de 15 años.

Ser matemático es una profesión que exige una prolongada y extrema capacidad de concentración; tienen que taladrar listones muy duros y espesos. Hanz Magnus Enzensberger, un gran ensayista y poeta alemán, dijo que la época de los grandes matemáticos universales, al estilo Euler o Gauss, pertenece al pasado. Nadie puede hoy en día dominar todos los aspectos de su ciencia, lo que significa a su vez que en los terrenos de la investigación el círculo de quienes se dedican a lo mismo se reduce cada vez más.

Lo cierto es que el paper del profesor Moreno era un homenaje a su maestro Alexander Zavadskij, un matemático ucraniano que llegó a Colombia hace 20 años, y desarrolló la teoría del algoritmo de diferenciación, retomando los postulados de Nazarova y Roiter, dos teóricos de del Instituto de Matemáticas de Kiev. Moreno observó —¡Eureka!— que sus postulados podían ser verificados al analizar las estrategias de organismos de seguridad que combaten a grupos criminales, como el ISIS o las FARC, en la manera como operan multinacionales como Google o Amazon, o gobiernos como el de Iván Duque y su sucesor Gustavo Petro y Francia Márquez, que llegaron a las puertas de la Presidencia de la República con una promesa de cambio seductora incubada por tantas insatisfacciones de un segmento de la población rotulado como “los nadie”.
 

CAMBIO. Profesor, ¿quiénes son esos “nadie” en el modelo matemático que usted diseñó?
 

Agustín Moreno Cañadas. Son puntos de referencia que van a la topa tolondra, alejados del gobierno de turno por un abanico de razones: económicas, culturales, ambientales, etcétera. Son la Colombia profunda que ha visto pasar por su territorio la pobreza y la guerra. Quizá Francia Márquez, que es una figura de gestos políticos poderosos, intuyó lo que las matemáticas habían demostrado: vincular estos puntos aislados a una estructura mayor, es decir, el Estado, evita que la red se desgaste y los puntos dispersos puedan integrarse y abrazar lo nuevo, aquello que Álvaro Gómez Hurtado denominó “un acuerdo sobre lo fundamental”.

Francia Márquez
Francia Márquez. Foto: Colprensa.


CAMBIO ¿Cuál debería ser la variable más importante del nuevo gobierno?

A.M.C. Acercar el Estado a estas comunidades, construir una topología de cambio. Me refiero a una capacidad operativa para resolver problemáticas, integrar esos puntos dispersos. Modelar vínculos, tal como lo hizo en la campaña. Más que estar con ellos (un asistencialismo), sería estar para ellos (un instrumento de cambio).

CAMBIO. Encontrar ese equilibrio entre el continuismo y la ruptura de la mano de la ciencia.

A.M.C. Replantear el juego político pasa por una solución inteligente, higiénica, científica. Allí el algoritmo ayuda a construir. El saber objetivo favorece un comportamiento racional (que buena falta hace en la política colombiana) y aumenta las posibilidades de conseguir las metas que se propone el nuevo gobierno.

CAMBIO, El escritor Carlos Granés planteó en su columna en El Espectador que Petro ha descubierto en la tibieza, ese equilibrio entre el gobiernismo y la ruptura, y le sienta bien.
A,M,C.
 Hobbes decía que la elocuencia es poder porque tiene aspecto de prudencia. Lo que está haciendo Petro, como hombre de acción sagaz, es unir a la mayor cantidad de puntos del Estado (legislativo y ejecutivo) para articular una red que haga posible su visión de la sociedad colombiana. Al darle cuerpo, digamos, a la suma de individuos, tiene más chances de conducir el Estado como una posibilidad infinita de acciones.

CAMBIO. En ese orden de ideas, el gobierno no tendrá oposición.

A,M,C. Será el primer presidente en los últimos 30 años que no tenga una oposición beligerante. El Centro Democrático es una oposición amputada: sin maximales ni convocatoria.

CAMBIO, Me contaba que acaba de llegar de Brasil. ¿Qué estuvo haciendo por allá?

A,M,C. En Brasil mi conferencia trató sobre juegos de guerra basados en sistemas de defensa antimisiles. Las trayectorias de misiles que se interpretan como caminos sobre un plano euclidiano, y sus intercepciones exitosas.

CAMBIO. Como el sistema que tiene el Estado de Israel.

A.M.C. Exacto. que no es uno, sino tres sistemas integrados que conforman un domo de hierro invulnerable.

CAMBIO. En un momento volveremos sobre el Medio Oriente y los juegos de guerra. Lo llevo a nuestro país. Hoy se habla de un “Plan pistola” del Clan del Golfo en Antioquia. Se dice que quiere dar muestras de fuerza a Petro. ¿Cómo explicar la aparición de estos grupos armados desde el algoritmo de diferenciación?

A.M.C. El algoritmo indica que una vez se logre “neutralizar” los maximales de una red, es decir, los puntos más importantes de una organización (por ejemplo, tal como se hizo con el Secretariado de las Farc), se debe trabajar sobre los mandos medios, los puntos que quedan aislados en la nueva estructura. Hoy estamos ante una infinita dispersión de puntos rotulados como disidencias o simplemente GAOR. Un desorden que, a la manera del sentir popular, pescan en río revuelto.
 

Disidencias
Las disidencias son estructuras dispersas muy difíciles de combatir.

CAMBIO. Se deben combatir.

A.M.C. Sí. Es necesario eliminar la cabeza, por supuesto, como el caso de ‘Otoniel’ que fue extraditado a los Estados Unidos. Pero con las organizaciones armadas ilegales se debe eliminar la estructura. Esos puntos aislados que van de aquí para allá en el mapa del conflicto: de las guerrillas a los grupos paramilitares y redes de ayuda. El gobierno le apostó a una consigna: el exterminio, y terminó promoviendo la anarquía.

CAMBIO. Después de la extradición de ‘Otoniel’, considerado el narcotraficante más buscado de nuestro país, el presidente Duque afirmó que “le había cumplido a Colombia” y comparo su captura con la de Pablo Escobar.

A.M.C. No cumplió porque, justamente, no ha construido los puntos artificiales que articulen las nuevas redes para combatirlas. El desgaste en inteligencia para capturar —neutralizar— a ‘Otoniel’ fue considerable y le tomó casi todo su gobierno, pero no se ha hecho responsable de los tejidos armados dispersos en el territorio. Se dedicó a perseguir maximales y enfrentar las disidencias como bandas de delincuencia común.

CAMBIO. ¿El algoritmo permite conocer cómo funciona la delincuencia común, me refiero a los grupos que en su época trabajaron para Escobar, como ‘Los Priscos’?

A.M.C. No sirve porque en una organización jerarquizada hay cadena de mando y de información. Cuando son estructuras organizadas puedes modelarlas en un mapa de variables o una fórmula matemática, como es el caso del Clan del Golfo o las guerrillas. Con el cartel de Medellín las fronteras son más difusas, pues se asociaban con la delincuencia común (recuerdo los ‘pistolocos’ que crecieron con un revolver debajo del brazo) para hacer sus “mandados”. Esa zona gris, literalmente, se eliminó a punta de bala por parte de Los Pepes que, al mejor estilo de las tropas nazis, acabaron con todo aquel que tuvo alguna relación con Escobar.

CAMBIO. Nuestra inteligencia ha sido el exterminio…

A.M.C Ha sido una salida fácil. Y el primero en acudir a ella ha sido el propio Estado, sin miramientos. ¿Cuál es la razón de nuestro conflicto? La distribución de la pobreza no es la adecuada. Aparecen figuras como Guadalupe Salcedo que, con el nombramiento de Patricia Ariza en el Mincultura, nos habla en su obra de teatro (Guadalupe: Años sin cuenta) de una vieja tradición de traicionar los acuerdos de paz en el país.

CAMBIO. ¿Hay manera de establecer matemáticamente el control después de haberse firmado la paz?

A.M.C. La clave para mantener la paz son los puntos más lejanos de la red, la Colombia profunda, hasta allí debe llevarse el Estado. El Informe de la Comisión de La Verdad traza un diagnóstico de la afectación de los elementos incompatibles de la red mayor, la manera de comunicarse con estos a través de una política estatal seria, estable y digna.

CAMBIO. Se está tras la pista de un millonario robo a los recursos para la implementación de los Acuerdos de Paz, que se estiman en medio billón de pesos. ¿El presidente Duque como punto maximal del Estado colombiano, estuvo a la altura de la historia?

A.M.C. El presidente Duque apostó por desprestigiar el proceso de paz que firmó el gobierno Santos; le apostó a una contrapaz. El resultado: cientos de grupos minúsculos que van a la topa tolondra, líderes sociales (maximales artificiales) asesinados, disputa por territorios, en fin. El legado de Duque es el caldo de cultivo para la guerra.

CAMBIO. Félix de Bedout escribió en Twitter que el presidente Duque nunca se sintió tan cómodo durante su mandato como en el exterior. ¿Se convirtió en un punto aislado en la red de su propio partido y de su equipo de gobierno?

A.M.C. El algoritmo le dijo qué debía hacer para reorganizar el juego. Y no lo hizo. Quizás por su juventud, no quiso hacer las reformas necesarias. No tuvo la capacidad de resolver los problemas de las comunidades. Y eso le costó las elecciones a su partido.
 

Senadores del Centro Democrático
El ex presidente Álvaro Uribe y un grupos de senadores del Centro Democrático, que se han declarado en la oposición.

CAMBIO. ¿Y el expresidente Uribe?

A.M.C. Él mismo reconoció que el uribismo ya no era la primera sino la cuarta o quinta fuerza política del país. La derecha colombiana debería reunirse en un simposio y discutir con franqueza qué pasó, en qué momento se perdió el lazo con las comunidades, con las regiones, con la base. El algoritmo predice que el uribismo no regresará al poder durante un tiempo. Sin su maximal supremo se romperá en mil pedazos. ¿Más errores? No haber hecho una consulta interna, ni una lista de candidatos, con el expresidente alejado de la escena política. Lo que queda en su partido son desavenencias. Él cree que las matemáticas y la ciencia no sirve para hacer política.

CAMBIO.Y mire usted que la situación del Centro Democrático puede pasar por el algoritmo.

A.M.C. El CD está lleno de puntos incomparables (María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Oscar Iván Zuluaga, el propio Duque) dispersos como niños en un patio de recreo. Uribe era el punto en común, el que los coordinaba y los mandaba, la verdad. Sin él, el partido parece hundirse. Uribe es el único punto maximal del uribismo.

CAMBIO. Le cambio de tercio profesor Moreno, retomemos el tema del Medio Oriente y la amenaza latente yihadista. ¿ué opina del accionar del ISIS y el terrorismo islámico’

A.M.C. ISIS es un caso interesante, porque sus altos mandos comprendieron que la mejor estrategia era hacerse invisibles. “Si haces que los adversarios no sepan el lugar y la fecha de la batalla, siempre puedes vencer” dice Sun Tzu. Acudieron a los llamados “lobos solitarios”, que han azotado en especial las ciudades europeas. No hay una organización: hay fe, discurso, narraciones. Cuando se elimina a uno de estos “lobos”, la red permanece inmune, a salvo.
 

Estructura de Al Quaeda en los ataques del 11 de septiembre.
Estructura y conexiones de los terroristas involucradas en los nataques del 11 debse

CAMBIO. Tengo entendido que fue un investigador de Yale quien descubrió cómo operaba la célula terrorista de Al Qaeda encargada de los Ataques del 9/11.

A.M.C. Se llama Valdis Krebs, él hizo una topología de dicha célula, la ubicación de cada uno de los 19 nodos (yihadistas), su vínculo comunicativo. La red que Krebs diseñó tiene forma de culebra. Él le ahorró mucho trabajo a la inteligencia de Estados Unidos. Logró establecer matemáticamente que los 19 terroristas no se conocían, nunca se habían visto las caras antes de abordar los cuatro aviones. Luego propuso algo sensato para enfrentar organizaciones terroristas: incomunicarlos, aislarlos y neutralizarlos.

CAMBIO. Profesor, usted viajó a Chengdu, China, para dictar una conferencia sobre virus y cómo combatirles apenas una semana antes de decretarse el aislamiento total en ese país. ¿El algoritmo también modela pandemias?

A.M.C. Por supuesto, y fue un viaje estimulante, pues una de las aplicaciones del virus es identificar, controlar y aislar focos de infección. Es una virología algebraica. ¿Qué nos decía la red sobre una posible pandemia? Que el virus viaja a sus anchas a través de los vectores, es decir, los asintomáticos. Por eso, serían ellos, no los casos confirmados que se atienden según protocolos de la OMS, el vehículo predilecto de un virus.

CAMBIO. No lo puedo dejar ir sin que me cuente un poco más de esas 64 virtudes que menciona Vatsiaina en el Kama Sutra, entre ellas, la criptografía.

A.M.C. (Risas) Vatsiaina consideraba que lo oculto, el secreto, pertenecía al universo femenino. Y por lo tanto, aprender este arte hacía parte de la formación de una mujer virtuosa.

CAMBIO. Creo que Gorgo, la esposa de Leonidas I (película 300) y reina de Esparta fue importante por descubrir un mensaje cifrado que anunciaba la invasión persa.

A.M.C. Un rey espartano en el exilio quiso advertir a los griegos de una invasión persa, envió un mensaje secreto a Esparta con la forma de una tabla de cera. Y fue Gorgo quien descubrió y descifró el mensaje oculto en aquella tabla. Sabía leer y escribir. Ella había recibido la formación de una mujer de alta alcurnia de entonces. La criptografía estimuló el deseo por lo oculto, una invitación con visos de tentación al que solamente algunas mujeres podían acceder.

CAMBIO. ¿Cómo le fue en el aquel primer seminario de criptografía? Nadie se atreve a tocar ese cartel de propaganda.

A.M.C. No creo que sea eso, esa vitrina de anuncios no se abre hace quince años porque se perdió el rastro de las llaves, nadie en la facultad sabe qué ha pasado. Viéndolo bien, es una adaptación de la teoría criptográfica: la llave como un secreto difícil de encontrar.

Cartel de criptografía

CAMBIO. Y el curso…

A.M.C. El avisó apareció en El Tiempo, y claro, la avalancha de interesados desbordó las expectativas. Fue una experiencia estimulante. Había estudiantes que venían del DAS, la Fiscalía, la Procuraduría, Medicina Legal y un conjunto amplio de universitarios. Lo que enseñé en ese curso tomaría cuerpo más tarde en el concepto de ciberseguridad que se maneja hoy en Colombia.

CAMBIO. ¿Cómo se ha hecho criptografía en nuestro país?

A.M.C. De una manera precaria e ineficiente. Los organismos de inteligencia seguían el paradigma de que la información no era compartimentada. O sea, los cifrados se reducían a un secreto profesional, pues había muchísima filtración hacia los carteles y grupos paraestatales. Estábamos dando los primeros pasos, intentando enfrentar un Hidra invisible pero incontenible.

CAMBIO. Eso tenía poco que ver con las virtudes que mencionaba Vatsiaina o los juegos de J. F. Nash.

A.M.C. La vida siempre está cuestionándote sobre lo que realmente somos y para quién lo hacemos. Yo habría querido ser un profesor de matemáticas más, vivir debajo de las piedras; sin embargo, la vida me empujó a llevar este mensaje a un tejido social más amplio. Ser un maximal de referencia, no digo que guía, sino que saca de su bolsillo una linterna para adentrarse en las zonas oscuras de nuestro país y mostrar lo que pasa allí.

Moreno Cañadas
El profesor Moreno Cañadas en el campus de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.

 

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