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Radiación, asteroides y otros escenarios apocalípticos para la Tierra explicados por un experto
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CAMBIO conversó con Germán Puerta, divulgador científico, miembro de la Asociación de Astronomía de Colombia y exdirector del Planetario de Bogotá, quien explicó detalladamente los posibles escenarios apocalípticos que podrían causar la destrucción de la Tierra y sus probabilidades de ocurrir.
Por: Gabriela Casanova
Pese a que los científicos se han dedicado al estudio del universo, aún hay quienes temen los peligros del espacio exterior. Agujeros negros, asteroides, cometas, explosiones de estrellas y radiación son algunos de los factores que podrían afectar a la Tierra. Al respecto, astrónomos y otros expertos en este campo han formulado teorías y simulaciones sobre lo que podría sucederle a nuestro planeta, con el fin de anticipar lo que podría ocurrir en un futuro lejano.
Conversamos con Germán Puerta, divulgador científico, miembro de la Asociación de Astronomía de Colombia y exdirector del Planetario de Bogotá, quien explicó en detalle los diferentes escenarios apocalípticos que podrían causar la destrucción de la Tierra y qué tantas probabilidades tienen de suceder.
¿El Sol se tragará la Tierra?
“No hay duda de que al Sol le va a suceder lo que voy a describir y esto lo sabemos porque lo que vemos en el cielo, que es nuestro gran libro de información”, asegura Germán Puerta a CAMBIO.
Puerta explica que el Sol es una estrella muy estable, pues ha permitido un medio ambiente espacial a su alrededor muy favorable para el desarrollo de la vida en la Tierra. No obstante, señala que eso no durará por siempre.
El Sol expulsa millones de toneladas de materia en forma de energía por segundo gracias a la transformación de hidrógeno en helio mediante un proceso llamado fusión nuclear. Sin embargo, esa pelea la va a perder en algún momento, pues al tener una reserva de hidrógeno limitada, en algún momento se acabará y ahí es cuando comenzará el “apocalipsis cósmico”.
“No va a poder retener las capas exteriores de su atmósfera, entonces, va a empezar a crecer y a crecer y a crecer y se va a convertir en una estrella gigante roja, como Antares y Aldebarán. En ese proceso de crecimiento se va a tragar a Mercurio, Venus… y si no se va a tragar a la Tierra, pues esta quedaría como una roca de ceniza y eso va a suceder dentro de un estimado de 4.000 a 5.000 millones de años”, sostiene Puerta.
El experto agregó que no se tiene conocimiento aún del tamaño que va a alcanzar el Sol y si en realidad crecerá a tal punto de consumir la Tierra.
También, aclaró que mucho antes de este evento, la estrella aumentará su brillo y luminosidad, un evento que sucederá dentro de mil millones de años (aproximadamente) y al que no podríamos sobrevivir los seres humanos, plantas y animales, pero que la vida subterránea (incluidas las bacterias) sí, hasta que el Sol consuma la Tierra.
Agujeros negros: ¿seremos consumidos por uno?
Puerta señala que los agujeros negros se producen por el colapso de estrellas, en donde la atracción gravitacional se vuelve tan fuerte que ni la luz puede escapar. Los compara con un sifón del cual no se sabe muy bien su funcionamiento y hacia dónde lleva lo que absorbe.
Por fortuna, el autor de Historias y leyendas del cielo desmiente las afirmaciones de que seremos consumidos por un agujero negro en el futuro: “Eso no va a suceder. No hay agujeros negros cercanos. No hay agujeros negros que amenacen el sistema solar y no hay estrellas cercanas que colapsen y formen uno”.
Además, aclaró que el agujero negro supermasivo que está en el centro de nuestra galaxia está bastante lejos, a 256.000 años de distancia.
Explosión de rayos gamma: un final alternativo para la Tierra
Puerta trajo a colación la extinción del Ordovícico, ocurrida hace aproximadamente 450 millones de años, la cual pudo haber sido causada por un evento de radiación gamma. Según el escritor colombiano, este hecho podría repetirse en un futuro. “Realmente es un evento exótico, pero posible. No tiene probabilidad cero”, dijo.
En palabras del astrónomo aficionado: “Una estrella masiva al final de su vida puede estallar y convertirse en una fuente emisora de radiaciones (rayos gamma) de altísima frecuencia que son arrojadas al espacio, que pueden viajar a grandes distancias con una potente y muy letal energía. Si sucede y la Tierra está justo en la dirección de esa radiación, causaría un serio daño a la atmósfera del planeta y a todo el ecosistema. Esa radiación podría destruir nuestra capa de ozono”.
Asteroides y cometas, los otros villanos que podrían provocar el fin de la Tierra
Germán Puerta recuerda algunos eventos catastróficos de meteoroides a lo largo del tiempo: hace 30.000 años, en Arizona, un meteorito de 30 metros chocó con la Tierra y creó un cráter de 180 metros de profundidad y de 1.200 metros de diámetro. Otra colisión fue el del 30 de junio de 1908 que se conoce como bólido de Tunguska; se cree que era un meteoro de unos 50 metros y estalló a 7 kilómetros de altura sobre el suelo. Eso no lo detuvo de arrasar por completo más de 2.000 kilómetros cuadrados de área forestal en Rusia. Un ejemplo más reciente es del 2013, cuando un meteoro de 20 metros de diámetro estalló sobre la ciudad rusa de Chelyabinsk.
Sin embargo, el ingreso de objetos del espacio a la Tierra es más común de lo que se cree. Puerta explica que, diariamente, entran a nuestro planeta 100 toneladas de materiales del espacio exterior.
“Son unos verdaderos villanos”, dijo Puerta refiriéndose a los cometas y asteroides que vagan por el espacio. El también autor de La Historia del Futuro piensa que un cometa o asteroide con kilómetros de diámetro podría provocar un desastre fenomenal, a tal punto de alterar la atmósfera de la Tierra con la expulsión de materiales. Esto se traduce a un bloqueo de la luz solar que conllevaría un invierno en todo el planeta. En este escenario, las plantas no podrían hacer fotosíntesis, en consecuencia, “toda la cadena alimenticia se va al diablo”.
Para este apasionado de la ciencia, un candidato que podría causar el fin de la Tierra es el cometa Swift Tuttle, de 26 kilómetros de diámetro, que según el científico Ethan Siegel describió en un artículo para la revista Forbes, pasará peligrosamente cerca de nuestro planeta en el año 4479. De acuerdo con Siegel, si recibe el impulso gravitacional de un objeto como Júpiter, podría chocar contra la Tierra.
Planetas errantes: ¿podríamos salirnos de nuestra órbita?
Según Puerta, no sabemos con plenitud lo que sucede en la evolución de los sistemas planetarios, pues ocurren varios eventos, pero se cree que en ese proceso hay planetas gigantes cuya atracción gravitacional puede expulsar a planetas pequeños del sistema, los cuales se vuelven planetas errantes.
“Por fortuna, el lugar donde está el sistema solar es en un brazo de la galaxia, bastante aislado. Estamos en un suburbio. Viajamos por una zona bastante desocupada de estrellas, el sistema estelar más cercano es Alfa Centauri y está a cuatro años luz de distancia, eso es bastante. Pero en millones de años no podríamos saber si aparece algún planeta errante”, dice Puerta, quien cree que este evento es poco probable, pero no llega a cero.
Teorías sobre el destino final del universo
De acuerdo con Puerta, no podemos todavía pronosticar cuál va a ser el destino del universo a gran escala, pero hay dos opciones teóricas propuestas por los científicos del fin:
“Una es que el universo se expanda continua y eternamente hasta disolverse en una sopa de partículas elementales, en la cual la distancia de una partícula a la otra es más grande que el tamaño actual del universo. Eso lo llaman el Big Rip, un final oscuro en el cual no quedará recuerdo absolutamente de nada”, dice Puerta.
A lo que agrega: “Por el contrario, si el universo tiene la suficiente materia como para detener la expansión podría darse un proceso de contracción en el que se reversa la película hasta llegar al punto inicial, una singularidad llamada Big Crunch, donde todo sería un colapso, y podría darse otro Bang. Entonces la historia del universo sería una de bangs y crunchs”.
¿Cómo afectaría estos dos eventos a la tierra?
Según explica Puerta, en caso de darse el Big Crunch o el Big Rip, la Tierra ya habrá sido perjudicada gravemente, pues cualesquiera de estos dos eventos podrían ocurrir dentro de 30.000 millones de años por poner una cifra, mientras que la Tierra ya habría sido tragada por el Sol (o también afectada por el crecimiento de esta estrella) dentro de 5.000 millones de años.