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Cabecilla del Clan del Golfo que habría ordenado un atentado contra el presidente Gustavo Petro murió en operativo en el Valle del Cauca
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Alias Omar había llegado a esta zona por orden de alias Chiquito Malo, máximo cabecilla de la estructura ilegal. En audios interceptados por las autoridades, se le escucha hablando de un posible atentado contra el presidente.
Por: Javier Patiño C.

Santander Franco Jiménez era el nombre real de alias Omar, cabecilla de la subestructura Carlos Vásquez del Clan del Golfo, con influencia en el negocio del narcotráfico en el norte del Valle del Cauca.
Su trayectoria criminal comenzó hace más de 25 años, cuando ingresó al Bloque Bananeros de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia. Desmovilizados lo identifican como un hombre clave en la administración de frentes y subestructuras armadas, destacándose por ordenar actividades criminales en la frontera con Panamá, como la minería ilegal y el tráfico de migrantes, lo que generaba grandes ganancias para el Clan del Golfo.
Según informes de inteligencia, sus ingresos provenían de ocultar rentas ilícitas para sus superiores, canalizándolas a través de mujeres a quienes involucraba en sus transacciones ilegales. Estas incluían la compra de lujosas fincas, ganado y otros bienes que registraba a nombre de sus parejas o familiares, con el objetivo de dar apariencia de legalidad a su patrimonio. Su red de operaciones se extendía por Medellín, Urabá y varios municipios de Antioquia, así como otros de Córdoba, Chocó y Valle del Cauca. Actualmente, esta actividad es objeto de investigación por parte de las autoridades nacionales.
En 2003 se acogió al proceso de paz con el gobierno del presidente Álvaro Uribe, pero un año después traicionó el acuerdo y se unió al proyecto criminal de alias Otoniel en 2004, donde se destacó por su beligerancia dentro de la organización.
Desmovilizados lo describen como una persona implacable, sanguinaria y violenta, con una fuerte inclinación por actividades esotéricas y paranormales. Utilizaba amuletos y joyas como cadenas, anillos y pulseras de oro, que mandaba a bendecir creyendo que le proporcionaban protección contra operativos en su contra.
Expansión ilegal
De acuerdo con interceptaciones, alias Chiquito Malo, máximo cabecilla del Clan del Golfo, le ordenó a alias Omar expandir la estructura ilegal hasta el norte del Valle del Cauca y Chocó.
“Con esta consigna, y ante las operaciones de la Policía Nacional que lo tenían en la mira, alias Omar se desplazó a finales de 2024 desde el Urabá antioqueño, atravesando Chocó, hasta establecerse en febrero en un sector estratégico en los límites entre Chocó y Valle del Cauca, particularmente en el Cañón de las Garrapatas”, informó el general Carlos Triana, director de la Policía.
Las autoridades descubrieron que en esta zona se sentía seguro debido a las condiciones geográficas adversas y la presencia de comunidades indígenas, a quienes amenazaba para evitar la acción de la fuerza pública.
“El cañón le permitía moverse lentamente, pero con seguridad. Su plan era expandirse desde el Pacífico colombiano, a través de Buenaventura y Calima (Valle), conectando con Sipí y San José del Palmar (Chocó), donde había presencia del GAO, y extendiéndose hasta el norte del Valle y municipios del occidente de Risaralda, donde pretendía incursionar en territorios dejados por el desaparecido Cartel del Norte del Valle”, indicó un investigador de la Policía.
Operación final
Por varios meses, alias Omar creyó estar fuera del radar de las autoridades, pero seguía siendo un objetivo prioritario.
“Había ordenado realizar inteligencia criminal sobre comitivas del Gobierno nacional que en 2024 visitarían Chocó. Ante este escenario, se reforzaron las medidas de seguridad”, indicó un informe de inteligencia.
En un audio de julio de 2024, durante un despliegue presidencial en Domingodó (Chocó), se evidenció la planeación de un atentado:
“ …posiblemente para el sábado llega por ahí el presidente y el gobernador. Allá en Domingodó, pa’ que los señores tengan conocimiento… Pa’ ver si nos bajamos a ese hijuep***… Ese hijuep*** lo bajamos con un francotirador, eso le ponemos un dron con bandera y ese lo liquidamos… ”, se escucha en la interceptación.
Para evitar los controles de las autoridades, adoptó un nuevo alias, Villanueva, y comenzó a usar uniforme, algo poco frecuente en él. “Solía identificarse con una cultura narcotraficante, vistiendo ropa de marcas exclusivas como Monastery y Puma, además de joyas ostentosas”, reveló un investigador.
Su farsa fue descubierta el domingo 16 de marzo en la vereda Lituania, municipio de El Dovio (Valle del Cauca), donde fue abatido en un operativo de la fuerza pública.
