
Las confrontaciones entre las disidencias de las Farc y el ELN han originado desplazamiento de población y la muerte de varios integrantes de ambas estructuras
Crédito: José Ricardo Báez-CAMBIO
¿Cómo está configurado el mapa criminal en el Catatumbo?
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El frente 33 de las disidencias de las Farc y el frente de guerra nororiental del ELN mantienen una fuerte confrontación por el control de zonas estratégicas en varios municipios de Norte de Santander.
Por: Javier Patiño C.

Desde mediados de enero de 2025, la región del Catatumbo ha sido escenario de enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc, los cuales han dejado más de 60.000 personas desplazadas y cerca de 100 muertos, en su mayoría firmantes del Acuerdo de Paz, según cifras del Puesto de Mando Unificado del Gobierno.
Los pobladores de Teorama, La Gabarra, San Calixto y, especialmente Tibú, han sido testigos de los combates, en los que se han utilizado drones para lanzar artefactos explosivos y se han instalado campos minados. Estas acciones no solo han afectado a los integrantes de los grupos armados ilegales, sino también a la población civil, que clama por la presencia de las autoridades para garantizar su seguridad.
Según información proporcionada por excombatientes, las disidencias hacen presencia en la región con seis columnas: Iván Ríos, Negro Leonaver, Jorge Briceño, Negro Eliécer, Dairo Catatumbo y Jacobo Arenas. Estas estructuras están lideradas por alias Andrey Avendaño, Richard, Mocho Olmedo, Jean Carlos, Piquiña y el Mocho.
Sin embargo, tras las confrontaciones recientes, solo cuatro de estas columnas permanecen activas, replegadas en zonas rurales de Tibú, bajo el mando de alias Jhon Mechas, quien busca evitar la entrada del ELN a sus territorios.
“La columna de Richard continuó en la zona; la de Mocho Olmedo fue casi totalmente aniquilada; la de Jean Carlos tuvo que huir tras una emboscada, dejando sus armas en un depósito que fue hallado por las autoridades”, relató un desmovilizado a este medio.
El más reciente conteo indica que en la zona hay alrededor de 414 integrantes armados, aunque esta cifra podría superar los 500 debido a la llegada de guerrilleros del Bloque Magdalena Medio desde Antioquia, así como combatientes provenientes del Caquetá, enviados para reforzar la estructura del Catatumbo.
“En los últimos tres meses han ingresado más de 60 combatientes, lo que indica que actualmente hay más de 500 hombres armados, apoyados por estructuras de otras regiones”, explicó el exguerrillero.

Nueva estrategia
De acuerdo con interceptaciones de comunicaciones y testimonios de la población, los integrantes del frente 33 se han reubicado en Tibú, Orú, Versalles y en las veredas Galán y Dos Amigos. Lo han hecho en grupos atomizados, con el objetivo de confrontar al ELN.
“Están dedicados a labores de inteligencia delictiva, control territorial mediante retenes, y la instalación de campamentos para mantener el dominio del territorio y evitar ser sorprendidos por el frente nororiental”, señaló un alto oficial de la Segunda División del Ejército.
Los organismos de inteligencia también han confirmado presencia de estas disidencias en San Calixto y Hacarí, donde intentan impedir el avance del ELN sobre sus antiguos campamentos.
“La intención es que en estas zonas el frente 33 se concentre para avanzar en negociaciones de paz y, sobre todo, cuente con la protección de la fuerza pública ante posibles ataques de sus enemigos”, afirmó el oficial.
Aunque las autoridades no tienen certeza sobre los lugares exactos donde se realizarían estas concentraciones, advierten que los desplazamientos hacia esos puntos podrían desencadenar nuevos ataques armados por parte del ELN.
“No hemos evidenciado constreñimiento a las comunidades ni actividades de proselitismo como en ocasiones anteriores. Actualmente, lo que hacen es ocupar puntos estratégicos para mantenerse en la zona, protegerse y controlar quién entra mediante retenes”, añadió el uniformado.
El ELN sigue en operaciones
El frente de guerra nororiental del ELN continúa realizando labores de exploración para ubicar los campamentos de las disidencias con el fin de capturar o ejecutar a sus miembros.
“Analizan el terreno en busca de huellas, presencia de personas ajenas a la zona, restringen el tránsito en determinados horarios y movilizan explosivos para instalar minas antipersona”, explicó un investigador del Ejército.
Según el mismo funcionario, las confrontaciones actuales han sido llevadas a cabo únicamente por combatientes del frente nororiental, sin apoyo de otras estructuras, como se había afirmado anteriormente.
“El ELN en esta zona está comandado por alias Alfred, con el acompañamiento de alias Daniel. Juntos han diseñado un plan especial contra los integrantes del frente 33, en zonas como Tibú, San Pablo y Filogringo”, agregó.
Frente a la posible concentración de las disidencias en zonas rurales, el investigador advirtió que el ELN podría considerar que las autoridades están protegiendo a las disidencias, a las que consideran grupos paramilitares, o en su defecto, abstenerse de atacarlos como un gesto de confianza hacia el proceso de paz total promovido por el Gobierno nacional.
