
Más de 3.500 personas han sido desplazadas por las confrontaciones entre el Clan del Golfo y el ELN.
Crédito: Colprensa
Las confrontaciones entre el ELN y el Clan del Golfo por el control del Medio San Juan, en Chocó
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Los combates entre las estructuras ilegales se iniciaron hace una semana y han causado el desplazamiento de más de 3.500 personas.
Por: Javier Patiño C.

Los enfrentamientos entre integrantes del ELN y el Clan del Golfo por el control del río San Juan y la minería ilegal han generado una crisis humanitaria en la región del Medio San Juan, Chocó. Desde hace una semana, los combates han provocado el desplazamiento de aproximadamente 3.500 personas y han afectado a más de 12.000 habitantes de la zona. De estos, 9.000 permanecen confinados por el temor a quedar atrapados en medio del fuego cruzado.
Para restablecer el control de la región, el Ejército Nacional y la Fuerza Naval del Sur han desplegado operativos en el municipio de Río Iró, Chocó. Un grupo especializado de desminadores ha sido enviado a la zona para desactivar los artefactos explosivos dejados por los grupos ilegales.
En las últimas horas, 340 uniformados han ingresado al área con la misión de neutralizar las estructuras criminales y brindar seguridad a las comunidades locales. "El objetivo es garantizar la tranquilidad y permitir que la población pueda movilizarse con seguridad en sus veredas y retornar a sus hogares", afirmó el general William Fernando Caicedo, comandante de la Brigada 15 del Ejército.
Las operaciones se centran en cuatro puntos clave: los corregimientos de Dipurdú, San Miguel, Noanama y Negría. Además, la presencia de cinco lanchas patrulleras y un buque de la Armada Nacional refuerza la vigilancia sobre el río San Juan. "El objetivo es garantizar movilidad y actuar rápidamente para recuperar el control de la zona", explicó el general Caicedo.
Las autoridades priorizan la toma de control de Bocas de Sipí, un punto estratégico donde confluyen los ríos Cajón, Sipí y San Juan. Esta zona ha sido utilizada por el ELN para decretar paros armados y coordinar la salida de cargamentos de droga.

Presencia del ELN en la región
El Frente Ernesto Che Guevara, del ELN, liderado por alias Jerson, mantiene un fuerte dominio sobre la región del Medio y Bajo Baudó, en Chocó. Este cabecilla, experto en explosivos, controla los ríos y las rutas de acceso al océano Pacífico, utilizadas para el tráfico de drogas.
Alias Jerson se encarga de coordinar la venta de droga para el grupo armado, cobrando entre uno y dos millones de pesos por kilo de cocaína vendido a los carteles mexicanos. Ha entrenado a sus combatientes en el uso de explosivos para atacar las lanchas de la Armada Nacional que patrullan la zona.
Según inteligencia militar, Jerson asumió el control en Chocó tras la muerte de los cabecillas alias Uriel y alias Fabián. También fue designado como vocero del ELN ante los medios de comunicación y para la emisión de documentos oficiales del grupo armado.
De acuerdo con testimonios de desmovilizados, Jerson mantiene el control del río San Juan desde Palestina, por el río Calima, hasta los ríos Cajón, Taparal y Sipí Surama. Además, ejerce influencia en sectores como Copoma, Cucurrupí, Fugiado, Noanama y Cocové, lo que ha provocado el confinamiento y desplazamiento de comunidades afro e indígenas en San Miguel, Charco Largo, Charco Hondo, Taparal, Torra y Juntas de Tamana.
El ELN tiene aproximadamente 120 combatientes en la región y mantiene presencia en Istmina, Sipí, Nóvita y Bajo Baudó, donde lleva a cabo reclutamientos forzados y amenazas contra líderes indígenas.

Expansión del Clan del Golfo en la zona
El Clan del Golfo, a través de la subestructura San Juan, busca expulsar al ELN de la región. Esta facción está liderada por Pablo Antonio Borja Ortiz, alias Piernas Limpias, un hombre de 38 años con una década dentro de la organización criminal. Desde finales de 2024, alias Piernas Limpias ha encabezado las operaciones en el Medio San Juan por orden de alias Gonzalito, segundo al mando del Clan del Golfo.
El grupo ha realizado incursiones en enero con el objetivo de instalar campos minados, controlar rutas del narcotráfico y consolidar su influencia en las comunidades locales. Se estima que cuenta con cerca de 122 combatientes especializados en explosivos y francotiradores, cuyo principal objetivo es asegurar el control del río San Juan y las minas de oro de la región.
