
Crédito: Comando General Fuerzas Militares
¿Llegó el fin de los comandos conjuntos de las Fuerzas Militares?
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Luego de 20 años de creados, los cinco comandos, que dieron golpes tan fuertes como la muerte del Mono Jojoy y de Alfonso Cano, podrían desaparecer. El Comando General de las Fuerzas Militares anunció una reestructuración tras un análisis de su operatividad. La idea es optimizar las capacidades del Ejército, Armada y la Fuerza Aérea Colombiana. La decisión divide opiniones.
Por: Javier Patiño C.

El miércoles 22 de septiembre de 2010, el cielo de la Sierra de La Macarena se llenó de aviones y helicópteros. Ese día, 38 aeronaves de la Fuerza Aérea, apoyadas por 34 más del Ejército, transportaron a cerca de 1000 hombres hacia un sector conocido como La Escalera. Mientras tanto, 20 lanchas piraña de la infantería de la armada cerraban el paso por el río Meta. Era el principio del fin de la Operación Sodoma, que había empezado seis meses antes, cuando inteligencia de la Policía identificó los movimientos del grupo guerrillero y la ubicación exacta de alias Mono Jojoy, cabecilla del Bloque Oriental.
Los aviones soltaron unas cincuenta bombas sobre el campamento de más 300 metros cuadrados, que escondía un búnker de concreto y varios túneles acondicionados por las Farc para resguardarse de las operaciones militares, en especial de los bombardeos. Fue inútil. Minutos después, al presidente Santos le informaron la noticia: el Mono Jojoy estaba muerto.
“Hemos dado uno de los golpes más fuertes en la historia de Colombia contra esta organización. (...) seguimos en la ofensiva, la consigna sigue siendo arreciar, arreciar y arreciar, y creo que es un día de gloria, de júbilo a los colombianos y damos Gracias a Dios porque nos ha bendecido con la victoria", dijo el entonces ministro Rodrigo Rivera en rueda de prensa el miércoles 22 de septiembre de 2010.
Hoy, 14 años después, Sodoma es reconocida como una de las operaciones mejor ejecutadas por la fuerza pública. Fue el resultado de la coordinación del Ejército, la Infantería de Marina, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, que coparon una extensa zona de la Sierra de La Macarena, en Meta.
Esta operación es una muestra del éxito de los comandos conjuntos, que dieron contundentes golpes a las Farc, como la muerte de Alfonso Cano, y también al ELN, con la muerte de alias Fabián, cabecilla del Frente Noroccidental, con injerencia en Chocó y Antioquia.
Para Andrés Saldarriaga, analista del conflicto, las anteriores operaciones son una muestra de que el trabajo de los comandos conjuntos, que operaron como un solo bloque en contra de los grupos ilegales, trajo buenos resultados.
La importancia de los comandos conjuntos
Una de las dificultades que tuvieron por varias décadas las autoridades para detener la expansión de los grupos ilegales, en especial de las Farc, fue trabajar juntas coordinadamente, debido a los engorrosos trámites entre los comandos, que tenían que pedir autorización a los comandantes. Así, la Policía, por ejemplo, se demoraba mucho en dar información a la Armada o al Ejército.
“El papeleo que debían solicitar para realizar operativos entre la Fuerza Aérea, la Armada y el Ejército, o cualquier apoyo que solicitaba un comandante en la zona, tenía que pasar por la autorización de la brigada, luego de la división y, por último, de los comandantes de cada fuerza. Esos trámites se eliminaron con los comandos conjuntos”, dice Saldarriaga.
"La idea es que operaran todos como un solo equipo, bajo el mando de un oficial de Ejército, Fuerza Aérea o Armada, para manejar las operaciones con el apoyo de helicópteros, embarcaciones y uniformados de brigadas y batallones", dice el experto en seguridad.
Saldarriaga afirma que este modelo, que funciona en varios países del mundo, fue copiado del Ejército de los Estados Unidos, que lo usó con éxito durante la Guerra del Golfo, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En Colombia, este modelo fue implantado en 2003, durante la presidencia de Álvaro Uribe. De inmediato, generó una transformación de la estrategia militar que dividió a los generales: unos la apoyaban y otros preferían la independencia de las tres fuerzas.
Al final, el Gobierno tomó la decisión de conformar tres comandos conjuntos. El primero fue el Caribe, con injerencia en los departamentos del norte del país, como Bolívar y Atlántico, así como en algunos municipios de Antioquia.
Los éxitos operacionales que alcanzó el primer comando propiciaron la conformación de dos más: uno en el suroccidente del país y otro más en el suroriente. Además se conformó el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES), una unidad especial en la Orinoquia y otra encargada de delitos cibernéticos. A parte de esto, se fortaleció la Fuerza de Tarea Omega, ubicada en La Macarena, Meta, y se conformó la Fuerza de Tarea Hércules en Tumaco, Nariño.
Durante el gobierno del presidente Gustavo Petro se creó el Comando Conjunto número cinco con injerencia en Chocó, Antioquia y algunos municipios del norte del país, con el objetivo de detener las acciones armadas de las disidencias de las Farc, ELN y Clan del Golfo.
Transformación de los comandos
Luego de 20 años de la conformación de los comandos conjuntos, se tomó la decisión de modificar sus funciones. Así, las tres fuerzas volverán a trabajar de manera independiente.
“El comandante del Ejército Nacional será responsable del dominio terrestre, el comandante de la Armada Nacional del dominio marítimo y el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana del dominio aéreo y espacial”, afirma el Comando General de las Fuerzas Militares.
Según la institución, este análisis permitirá optimizar las capacidades operacionales del Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana. De esta forma, se busca “contribuir a contrarrestar de manera más efectiva las amenazas que afectan el bienestar y el desarrollo de todos los ciudadanos”.
Para el almirante Francisco Cubides, comandante general de las Fuerzas Militares, los comandos siguen siendo fundamentales en la estructura institucional y concentrarán sus esfuerzos en la defensa y seguridad del país, a través del "planeamiento y la evaluación del ambiente y contexto estratégico en cada una de sus áreas geográficas asignadas". Además, también que brindarán apoyo esencial en la coordinación y sincronización de las capacidades de las fuerzas.
“Aunque la responsabilidad operacional se asigna a los comandantes de cada fuerza según sus respectivos dominios, se continuarán realizando operaciones conjuntas, integrando las fortalezas y capacidades distintivas de cada una”, afirmó el almirante Cubides.
Un nuevo camino
Para el general retirado Guillermo León, presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore), esta decisión fue tomada por los altos mandos y no por el presidente ni el ministro de Defensa. “Surge -dice León- del mando institucional y de los análisis de esta nueva cúpula sobre los resultados operacionales, retos, desafíos y amenazas que se tienen dentro y fuera del país. De esas consideraciones, es normal que el mando tome algunas decisiones”.
Para un excomandante de las Fuerzas Militares que habló con CAMBIO, esta decisión se tomó por la falta de generales que hay en Colombia. En parte, porque el presidente Gustavo Petro, al comienzo de su mandato, llamó a calificar servicios a más de 70 altos oficiales.
“De alguna manera, la organización se debilitó por no contar con los perfiles, la preparación y la experiencia de los generales. Porque al salir de ellos, no quedaron comandantes con los niveles de entrenamiento, experiencia y conocimiento para mantener esa organización basada en comandos conjuntos”, dice el excomandante.
Otro excomandante del Ejército, que pidió reserva en su nombre, dijo que la decisión busca desaparecer algunos comandos que habían perdido relevancia, quitándoles mando y hombres de las divisiones y brigadas que solo operaban pendientes de las instrucciones de los comandos generales.
“No hay generales y hay pocos coroneles, lo cual ha impedido que cada fuerza tengo un alto mando con experiencia. Esto no permite tener personal de todas las fuerzas para el funcionamiento de los comandos conjuntos”, indicó el excomandante del Ejército.
En opinión del general León, estas unidades conjuntas no estaban atendiendo las necesidades que se requerían para el conflicto. “Se hizo un manejo híbrido para solucionar el tema, pero las fuerzas no podían entregar sus capacidades porque dejaban sin apoyo a otras unidades, por depender de las decisiones del comandante”.
Para el excomandante de las Fuerzas Militares, nunca se cumplió con la presencia de los hombres y equipos para la conformación de la unidad especial: “La Armada -afirma- en vez de decir le pongo tantos hombres, tantas unidades fluviales y tantas unidades de superficie a disposición del Comando Conjunto, le decían 'no, yo solamente le pongo dos personas para el Comando Conjunto y de resto lo apoyamos desde nuestras bases. Yo no tengo aviones, sino en mis bases, entonces solamente le pongo dos personas: un mayor y un coronel. El Ejército terminaba entregando el mayor número de integrantes al Comando Conjunto. Quedaba 98 por ciento del Ejército, 1 por ciento de la Armada y 1 por ciento de la Fuerza Aérea”.
Posibles fallas
El presidente de Acore indica que esta decisión tiene sus riesgos, como que se retroceda en las operaciones conjuntas y cada fuerza trabaje por su lado. Esto, dice, "sería una muy mala decisión, al perderse la dinámica que ha dado tan buenos resultados en contra de las estructuras ilegales”.
León recalca que, principalmente, se debe tener en cuenta el problema de la inteligencia, “pues se perdería una herramienta fundamental para los éxitos de la primera década de este siglo. Al perderse, volveríamos a vernos por los uniformes y no por las capacidades. Cada uno de manera independiente, sin coordinación, sin hablarse, sin integrar capacidades”.
Para el excomandante del Ejército, se puede pensar que, con la llegada del almirante Francisco Cubides como comandante general de las Fuerzas Militares, la idea de fortalecer los comandos conjuntos cambió.
“Es posible que el almirante se haya dado cuenta de que tenía más poder el comandante del comando conjunto que los mismos comandantes de las fuerzas, lo que lo llevó a hablar con los integrantes de la cúpula para modificar las funciones de las cinco unidades en el país”, concluye.
