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'Estuvieron muy cerca de matarnos': el relato de un desmovilizado de las disidencias de las Farc en el Catatumbo
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La vida les dio una segunda oportunidad a dos guerrilleros que lograron sobrevivir a la persecución de integrantes del ELN, quienes los buscaban para matarlos en medio de una confrontación que ya completa una semana en esta región de Norte de Santander.
Por: Javier Patiño C.

Durante los últimos días, los enfrentamientos entre el frente 33 de las disidencias de las FARC y el frente nororiental del ELN no han cesado, provocando el desplazamiento de más de 35.000 habitantes y la muerte de al menos 90 personas.
Desde la Brigada 30, en Cúcuta, la operación de rescate es constante. Helicópteros Black Hawk, Huey y Arpía realizan misiones estratégicas para evacuar a los desplazados. En una de estas operaciones, con el apoyo de un helicóptero MI de Ecopetrol, fueron rescatados dos integrantes de las disidencias que escapaban del ELN.
'Estuvieron muy cerca de matarnos'
Uno de ellos es Fabián, quien, tras varios días de huida, encontró a un grupo de soldados desplegados en la zona de El Tarra, Norte de Santander. Agotado, con hambre y sed, tomó la decisión de entregarse con su arma para salvar su vida.
Con los ojos enrojecidos por la falta de sueño, relató que estuvo a punto de morir en una emboscada de tres integrantes del ELN: "Ellos me vieron salir corriendo de una casa abandonada. Llevábamos dos días escondiéndonos. Estuvieron muy cerca de matarnos".
El joven, con varias heridas en su rostro, reveló que fue engañado para unirse a la estructura ilegal: "Al principio todo es fácil, pero después de tres meses ya no hay vuelta atrás. Debes obedecer a los comandantes".
Con apenas 19 años, Fabián aseguró que la disputa en el Catatumbo es por el control de cultivos de coca y una mina de carbón, principales fuentes de financiamiento del ELN. "Dinero y territorio son las razones de la guerra", sentenció.
Una lucha sin sentido
Durante su tiempo en la organización, fue testigo de la muerte de compañeros y de pobladores inocentes señalados de colaborar con las disidencias. "Lo que está pasando es grave. Muchos han muerto solo por ser considerados simpatizantes del frente 33", dice Fabián.
Otro testimonio es el de Ángela, quien también logró escapar. Con tristeza, recuerda que tuvo que abandonar su campamento y dejar atrás una olla con la que cocinaba: "La vida es solo una, y muchos no sabemos por qué estamos peleando".
Tras salir corriendo de su refugio, pasó una noche escondida en un matorral y fue testigo de la violencia: "Vi a un grupo del ELN pasar en motos como una caravana de la muerte. Entraban a las casas y ajusticiaban a quienes consideraban aliados de las disidencias. Incluso, mataron a personas solo por haberles dado un pedazo de yuca", cuenta Ángela.
'No somos ángeles'
La mujer reconoce que las disidencias también han sometido a la población civil. "Nosotros también hemos obligado a los campesinos a sembrar coca y a pagar impuestos a la organización", dice. Sin embargo, lamenta la situación actual. "Lo doloroso es que está muriendo mucha gente inocente", señala.
Con la posibilidad de empezar una nueva vida lejos del conflicto, Fabián y Ángela esperan que su historia sirva para evitar que otros jóvenes caigan en las redes de los grupos armados ilegales.
