La guerra de drones entre el ELN y las disidencias en el Catatumbo

La región del Catatumbo vive una guerra de drones entre el ELN y las disidencias de las Farc que han dejado varios civiles muertos.

Crédito: Colprensa

24 Mayo 2025 07:05 am

La guerra de drones entre el ELN y las disidencias en el Catatumbo

Los dos bandos se enfrentan en una lucha sin tregua por el control de 424 kilómetros de frontera, en la que los drones se han convertido en efectivas herramientas. En el último mes, han muerto ocho civiles en la región, víctimas de esta estrategia de guerra.

Por: Javier Patiño C.

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El sonido de los drones despertó a Luis Antonio Aragón Vaca, de 12 años, quien dormía junto a su madre, Marli Floredis Aragón Vaca, en una humilde vivienda de la vereda 20 de Julio, en el municipio de Tibú, Norte de Santander.

Ese jueves 16 de mayo en la noche, durante varios minutos, ambos escucharon el zumbido persistente de las aeronaves no tripuladas que sobrevolaban la zona en busca de integrantes del frente 33 de las disidencias de las FARC, escondidos para evitar un ataque.

En medio de la oscuridad, los drones se acercaron y, de inmediato, empezaron a lanzar cargas explosivas. Obligados a buscar refugio, Luis y su madre se escondieron debajo de una cama que no resistió el impacto de una granada lanzada por un dron del Frente Nororiental del ELN. Luis murió por las esquirlas del explosivo; Marli resultó gravemente herida y hoy lucha por su vida.

Para el analista Daniel Lizarralde, el principal motivo de las disputas es el narcotráfico. "Este negocio ha llevado a las estructuras ilegales a formar alianzas con carteles mexicanos como Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, así como con el Cartel de los Soles, con influencia en Venezuela", explica.

Según Lizarralde, esta alianza ha incrementado la presión por controlar la producción de clorhidrato de cocaína: "La competencia por quedarse solos con el negocio y eliminar al adversario ha sido uno de los factores clave en el inicio del conflicto, que ya completa cuatro meses".

Un alto oficial del Ejército coincide: la iniciativa del frente 33 por controlar el negocio provocó la reacción del ELN, que buscaba mantener el respaldo de las comunidades locales. “A partir de ahí comenzaron los asesinatos selectivos, desplazamientos forzados y enfrentamientos armados”, asegura el militar.

Inicialmente, los choques se concentraron en municipios fronterizos donde ambas estructuras peleaban por las rutas de salida de droga hacia Venezuela. Esto motivó una operación especial de la Segunda División del Ejército, que logró destruir varios laboratorios de procesamiento de cocaína.

Sin embargo, los enfrentamientos se desplazaron hacia los límites entre Tibú y El Tarra, especialmente en la zona de Versalles, actual epicentro del conflicto.

“En Versalles está uno de los principales enclaves cocaleros de la región. Aquí los combates comenzaron con armas de fuego, tatucos y campos minados. Ahora, se ha sumado el uso sistemático de drones”, asegura el oficial.

dron

Guerra de drones

Desde principios de mayo, ambas estructuras comenzaron a emplear drones como estrategia de ataque, con el objetivo de causar daño sin exponerse demasiado.

“Es una táctica peligrosa, sobre todo porque los errores de cálculo han causado daños a la población civil”, señala el oficial entrevistado por CAMBIO.

Según inteligencia militar, en un principio esta modalidad fue implementada por las disidencias de las Farc en el Cauca, donde ha tenido un impacto considerable en las fuerzas de seguridad. Solo en 2025 se han reportado más de 200 ataques con drones.

“En el Catatumbo, fue el frente 33 quien la adoptó primero, y luego el ELN la incorporó conforme a lo establecido en su quinta conferencia”, afirma un investigador militar.

Lizarralde destaca que una de las ventajas de los grupos ilegales es la facilidad para adquirir drones en el mercado comercial, los cuales modifican para portar explosivos. “Actualmente, tanto el ELN como las disidencias tienen capacidad de hacer inteligencia y lanzar ataques con drones. Es una nueva forma de guerra que está sembrando el terror en el Catatumbo”.

Capacidad de control

La inteligencia militar también ha identificado que ambas estructuras criminales han adquirido pistolas antidrones, compradas en Venezuela con la permisividad de las autoridades de ese país.

“El gran reto es controlar los más de 424 kilómetros de frontera, donde existen al menos 55 pasos no formales que permiten el ingreso de este tipo de armas”, advierte el general Giovanni Rodríguez, comandante de la Segunda División del Ejército.

Además, han adquirido drones de última generación que pueden evadir las armas antidrones del Ejército, ya que operan en frecuencias altas que las defensas actuales no logran neutralizar. “Cuando los detectamos y les apuntamos, ya es demasiado tarde para impedir el ataque”, explica el general Rodríguez.

Estas capacidades ha sido fortalecidas por expertos del Medio Oriente, quienes han capacitado a los grupos ilegales en la instalación de explosivos y en el manejo táctico de drones.

combate

Cruda realidad

La crisis humanitaria en la región persiste. En un informe, la Defensoría del Pueblo denunció el uso de métodos de guerra no convencionales, confinamientos, desplazamientos masivos y restricciones a la movilidad.

“El conflicto en el Catatumbo se ha intensificado. A pesar del despliegue militar bajo el estado de conmoción interior, la capacidad de contención efectiva sigue siendo limitada”, señala el informe.

La Defensoría también advierte sobre la escalada del conflicto armado entre el ELN y el frente 33 de las disidencias de las Farc, e insta al Gobierno nacional a proteger a las víctimas y fortalecer la acción de la fuerza pública, siempre con respeto por el derecho internacional humanitario y los derechos humanos.

“Es fundamental garantizar el acceso a la educación para la infancia y la juventud, especialmente en comunidades indígenas; activar rutas de protección para firmantes de paz, líderes sociales, defensores de derechos humanos y víctimas de trata; adoptar el Pacto Catatumbo en articulación con el Plan Nacional de Desarrollo y el estado de conmoción; y apoyar a la Fiscalía General en la judicialización de los responsables”, concluye el informe.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí