
Autoridades identificaron que en las confrontaciones en el Catatumbo los grupos ilegales están utilizando drones, francotiradores y campos minados.
Crédito: Ejército Nacional
La guerra de drones y explosivos entre las disidencias de las Farc y el ELN en la región del Catatumbo
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En las últimas semanas, las confrontaciones entre el ELN y las disidencias han aumentado en su lucha por el control de la zona rural de Tibú, en Norte de Santander. Así se ha transformado este conflicto.
Por: Javier Patiño C.

Los enfrentamientos entre integrantes del Frente 33 de las disidencias de las Farc y el ELN por el dominio de un enclave cocalero estratégico en la zona rural de Tibú, han llevado a la implementación de nuevos métodos de combate entre estas estructuras ilegales.
Desde el inicio de los enfrentamientos, tropas de la Segunda División del Ejército Nacional han sido desplegadas con el objetivo de restablecer el orden público y proteger a la población civil residente en la región.
Uno de estos incidentes ocurrió en la tarde del domingo 9 de marzo, cuando se detectó el movimiento de un grupo de hombres vestidos con uniformes camuflados que realizaban maniobras para ejecutar un ataque. "Inicialmente pensamos que se trataba de la fuerza pública, por lo que alertamos a la tropa que opera en esa área con la intención de prevenir un ataque contra nuestros uniformados", explicó un alto oficial de la Segunda División.
La información resultó ser verídica, pues minutos después se escuchó el sonido de drones lanzando varias granadas. Sin embargo, las cargas explosivas cayeron lejos de los uniformados, quienes previamente habían realizado una maniobra para evitar ser afectados.
Los constantes enfrentamientos en sectores como Tres Curvas, Filo Gringo y la vereda Versalles, en el municipio de Tibú, han sido rechazados por los pobladores de la región, quienes han expresado su preocupación a través de redes sociales
Operación especial
Desde el inicio de los combates, más de cinco mil uniformados de la Fuerza de Tarea Vulcano han sido desplegados con la misión de frenar los enfrentamientos entre los dos grupos ilegales. Se han posicionado pelotones en la vereda Versalles para bloquear los ataques.
El despliegue especial logró obtener sus primeros resultados contra el ELN luego de seis horas de combate. Durante el enfrentamiento, los uniformados tuvieron que sortear ataques con francotiradores, drones y campos minados.
En la zona quedaron dos guerrilleros heridos, quienes fueron atendidos por enfermeros de combate, y otro fue capturado tras no lograr huir.
La inteligencia militar ha identificado que la disputa entre estas organizaciones armadas se centra en el control de una vía terciaria que conecta los municipios de El Tarra y Tibú.
"Actualmente, tanto el ELN como el Frente 33 emplean francotiradores y artefactos explosivos con rampas. Sin embargo, hemos identificado que las disidencias cuentan con una mayor capacidad de munición, lo cual se ha evidenciado en los combates, donde los integrantes del ELN se han visto obligados a replegarse", afirmó el oficial.
Casas como escudos
Las autoridades han detectado que ambas organizaciones utilizan viviendas e infraestructuras techadas como refugio, aunque solo pernoctan en ellas durante la noche y se movilizan en la madrugada. "No son campamentos permanentes como en la época de las Farc", explicó un uniformado.
Según la inteligencia militar, los guerrilleros se desplazan en motocicletas y camionetas a través de trochas sin concentrarse en sitios fijos. "Se observan máximo grupos de 30 o 40 hombres, a diferencia de los campamentos de hasta 150 integrantes que solían establecerse antes. Es una guerra totalmente distinta", indicó el experto en inteligencia.
Muchas de las viviendas utilizadas pertenecen a desplazados forzados por el conflicto y, en algunos casos, los combatientes piden a los propietarios que aún permanecen en la zona que les permitan pasar la noche en sus fincas, a lo que estos acceden por temor a represalias.
