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La historia del EPL en el nororiente del país
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El Ejército de Liberación Popular (EPL) fue una de las guerrillas históricas de Norte de Santander. La mayoría de sus integrantes se desmovilizaron en la década de los noventa, aunque un número reducido continuó con la lucha armada bajo el nombre de Los Pelusos.
Por: Javier Patiño C.
Su nacimiento como grupo ilegal se remonta a febrero de 1967, cuando integrantes del Partido Comunista Colombiano Marxista-Leninista (PC-ML), entre los que se contaban Libardo Mora Toro, Esteban Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda, Francisco Caraballo, Bernardo Ferreira Grandet, Jesús María Álzate, Diego Ruiz, Julio Guerra, Luis Manco David y Carlos Aníbal Cácua, decidieron tomar las armas en defensa de los habitantes del norte del país.
Sus primeros acercamientos para dejar las armas se dieron con el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, a través de la parlamentaria liberal María Elena de Crovo, quien organizó varias reuniones, pero sin lograr acuerdos con el grupo ilegal. Esto resultó en una fuerte ofensiva militar contra sus cabecillas.
Según Insight Crime, el EPL estuvo a punto de ser eliminado por ofensivas del gobierno colombiano entre 1967 y 1969. Sin embargo, el grupo sobrevivió a las operaciones en su contra y, en los años setenta, se expandió hacia el departamento de Antioquia, especialmente hacia la región de Urabá, que sería clave para su consolidación. Su expansión continuó en los años ochenta, cuando el grupo se asentó en Norte de Santander, Cesar y Córdoba.
A comienzos de 1984, durante el gobierno de Belisario Betancur, ocurrió un nuevo intento por dejar las armas. Estos diálogos solo duraron un año tras la captura del comandante Bernardo Franco y el dirigente sindical Argemiro Giraldo. Ambos fueron encontrados muertos después de una supuesta huida en San Pedro de Urabá, Antioquia, tras una celebración del Partido Comunista.
Al verse traicionados, decidieron unirse a la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB), conformada por las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el M-19, el Comando Ricardo Franco Frente Sur, el Movimiento Armado Quintín Lame y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Sus primeros pasos hacia la desmovilización se dieron durante la administración de César Gaviria Trujillo, luego de varios golpes por parte de la Policía y del Ejército, y la presencia de grupos paramilitares, en los cuales murieron simpatizantes y principales comandantes. Esto llevó en 1991 a la firma de un acuerdo de paz que dio origen al movimiento Esperanza, Paz y Libertad.
Entre 1991 y 1995, la guerrilla de las Farc comenzó una persecución contra los desmovilizados del EPL, lo que llevó a la muerte de 200 exguerrilleros. La masacre más conocida ocurrió en el barrio La Chinita, en Apartadó, Antioquia, donde murieron 35 personas.
Disidencias
Como ocurre con toda negociación, algunos integrantes no aceptaron lo acordado, especialmente el comandante Francisco Caraballo, quien, luego de enfrentamientos con las Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue capturado por el Ejército a finales de 1994.
Según Insight Crime, el único frente que permaneció en armas fue el Frente Libardo Mora en la región del Catatumbo, principalmente en los municipios de Teorama, Hacarí, Convención, San Calixto y Ocaña, bajo el mando de Víctor Navarro Serrano, alias Megateo.
Los organismos de inteligencia de Colombia y Estados Unidos lo catalogaron como narcotraficante, mas no como guerrillero, ya que controlaba grandes extensiones de cultivos en la región del Catatumbo, al mando de un pequeño grupo armado que mantenía alianzas con las Farc. Las autoridades ofrecieron una recompensa de 5 millones de dólares por su captura o muerte.
En agosto de 2015, se creyó que había muerto durante combates con tropas de la Segunda División del Ejército, en una zona rural de La Gabarra, Norte de Santander. Tras varios días de búsqueda, su cuerpo no apareció. Semanas después, el presidente Juan Manuel Santos, el embajador de Colombia en Washington, Juan Carlos Pinzón, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, confirmaron que parte de su cuerpo fue encontrado después de haber sido dejado por sus hombres de seguridad.
Desde ese momento, se iniciaron fuertes confrontaciones entre el ELN y el EPL por el control de las zonas estratégicas, lo que llevó a la fragmentación de la organización ilegal. Una parte se estableció en la frontera con Venezuela y otra se replegó en los municipios de Ábrego y Ocaña. Esta división condujo a varias operaciones militares que resultaron en la captura y muerte de varios de sus cabecillas, como alias Pácora, Grillo y Cóndor, lo que ha llevado a la desaparición de la organización ilegal.