
Crédito: Ejército Nacional
Las trampas mortales de los integrantes de la Segunda Marquetalia
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En el centro de Nariño, las disidencias de la Segunda Marquetalia instalan cilindros bomba cerca de escuelas y viviendas contra las unidades militares. La población es la más damnificada.
Por: Redacción Cambio

Todos los días los pobladores de Barbacoas, Tumaco, Roberto Payán y Magüí Payán, en Nariño, viven con el miedo que suponen las cargas explosivas de los cilindros bombas instalados por integrantes de la Segunda Marquetalia contra la Fuerza de Tarea Hércules de las Fuerzas Militares.
Las cargas son puestas por integrantes del frente Oliver Sinisterra de la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, de las disidencias de las Farc. Como las ubican cerca de escuelas, viviendas y caminos rurales, la población prefiere confinarse en sus casas por el temor de ser víctima de alguno de los explosivos.
Unos de estos peligrosos elementos fue instalado en la vereda El Playón, zona rural de Tumaco, a pocos metros de viviendas de campesinos y de un resguardo indígena, cuya principal actividad económica es la pesca y el cultivo de cacao. La rápida reacción de las Fuerzas Militares permitió destruir cuatro rampas de lanzamiento.
“Esta temeraria maniobra terrorista es una clara violación flagrante al Derecho Internacional Humanitario, donde se pone en riesgo la vida y la tranquilidad de los pobladores de la costa Pacífica”, afirmó el general Carlos Alberto Padilla, comandante de la Fuerza de Tarea Hércules.
Los expertos en antiexplosivos permanecieron por varias horas desactivando las cargas, las cuales tenían un sistema de conexión que permitía disparar los explosivos de forma sincronizada.
