Menores explosivistas: la nueva estrategia de las disidencias de alias Iván Mordisco

La tarde del viernes 25 de abril, cuando caían los últimos rayos de sol, Fabián –menor de edad y un integrante del frente Jaime Martínez, conocido con el alias de Arias, iniciaron un recorrido desde una vereda rural de Jamundí hasta el municipio de Palmira, en el Valle del Cauca.

Ambos tenían la misión de trasladar una volqueta cargada con explosivos para ejecutar un atentado de gran magnitud contra la población civil y militar. Hacia las siete de la noche estacionaron el vehículo en una calle del barrio Fátima, aledaña al Batallón de Ingenieros N.º 3 Coronel Agustín Codazzi, perteneciente a la Tercera Brigada del Ejército Nacional.

Fabián inspeccionó por última vez la carga explosiva y sacó, por la parte trasera de la volqueta, la mecha lenta para activarla y detonar el sistema de rampas de lanzamiento.

“Ubicaron la volqueta a 70 metros del batallón. No solo pretendían afectar la unidad militar, sino también a la población civil. La forma en que fue estacionada habría destruido al menos tres viviendas y parte del batallón, ya que contenía siete cilindros, dos de ellos con múltiples ramilletes de explosivos”, explicó el general Juan Rendón, comandante de la Tercera Brigada.

Algunos vecinos notaron que el vehículo no era habitual en la zona, por lo que alertaron a las autoridades. Dos patrulleros de la Policía y un soldado del Ejército llegaron al lugar. Al notar su presencia, uno de los responsables huyó, dejando a Fabián, quien estaba a punto de encender la mecha lenta.

Técnicos antiexplosivos de la Policía y del Ejército acordonaron la zona y desactivaron el sistema de lanzamiento de artefactos explosivos improvisados, con el cual pretendían perpetrar el ataque. Se hallaron siete rampas y 280 kilogramos de explosivos. Inicialmente, Fabián negó su participación, pero posteriormente aceptó su responsabilidad ante las pruebas.

Menores coaccionados

Según el comandante de la Tercera División, Fabián integraba el frente Jaime Martínez, que opera en Timba, La Liberia y Villa Colombia (Valle del Cauca).

“Es un menor reclutado en la zona de La Liberia, donde vivía con su familia. Llegó a convertirse en el segundo al mando de las redes de apoyo en esa área”, afirmó el general Rendón.

Las autoridades han detectado que, desde hace al menos seis meses, las disidencias de las Farc –bajo el mando de alias Iván Mordisco– están reclutando menores en departamentos como Cauca, Nariño, Meta, Caquetá y Guaviare. Lo hacen mediante falsas ofertas laborales, amenazas contra las familias, y, sobre todo, a través de redes sociales.

“Es un llamado urgente a las familias para que vigilen los contenidos que sus hijos reciben en sus celulares”, advirtió el general.

Fabián relató que fue sacado de su casa a los 13 años junto a otros menores, con el fin de entrenarlos en diversas tareas dentro del grupo armado, con énfasis en la manipulación de explosivos.

“Los capacitan no solo para activar explosivos, sino también para fabricarlos, instalarlos y volar drones para actividades ilícitas en zonas urbanas. Además, los involucran en el microtráfico en Cali y municipios como Candelaria, Jamundí y Buga”, explicó el alto oficial.

Según el testimonio, los menores son reclutados en el Cauca pero trasladados a otros departamentos para impedir que sus familias los encuentren y para dificultar su deserción.

El analista Andrés Santamaría advierte que esta estrategia busca fortalecer a los grupos ilegales en actividades como narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro. “Como los menores no reciben penas severas, son enviados a centros de resocialización, de los cuales muchos escapan para reincidir en el delito”, señaló.

El reclutamiento forzado ocurre diariamente en regiones como Catatumbo, Chocó, Cauca, Nariño, Meta, Guaviare, Caquetá y el Pacífico nariñense. De acuerdo con cifras del Ejército, entre enero y abril de 2025, 140 menores fueron rescatados.

Un informe indica que las disidencias de las Farc reclutaron 80 menores en Arauca, Cauca y Nariño. Les siguen el Clan del Golfo (8), la delincuencia común (43) y el ELN (6), con presencia en Antioquia, Chocó, Guaviare y Caquetá.

Asesinatos y atentados

Los organismos de inteligencia han identificado que una de las “pruebas” impuestas a los menores para ascender en la organización es cometer asesinatos selectivos.

“Fabián fue quien le disparó al soldado profesional Julio César Vásquez, secuestrado el 7 de abril de 2025 y hallado muerto el 15 del mismo mes en Potrerito (Valle del Cauca). También instaló un campo minado alrededor del cuerpo para evitar que fuese recuperado”, denunció el general Rendón.

Según las autoridades, muchos de estos menores son obligados a cometer actos terroristas bajo amenaza de muerte, incluso cuando son familiares de los jefes de la organización.

"Mordisco es el cabecilla principal de las disidencias que está afectando a la población civil y a los menores de estas comunidades. Está haciendo lo que no tiene que hacer, jugar con el pueblo colombiano. Es una persona que no tiene escrúpulos para lanzar artefactos explosivos contra la población civil y la fuerza pública", expresa el comandante de la Tercera División.

Respuesta institucional

La Defensoría del Pueblo ha encendido las alarmas ante el creciente reclutamiento de niños, niñas y adolescentes en el Cauca. Solo en 2024 se reportaron 359 casos.

Las denuncias más recientes apuntan al uso de menores en El Plateado (Argelia), Santander de Quilichao (Cauca) y Jamundí (Valle del Cauca), por parte de las disidencias del Estado Mayor Central.

“Muchos de los niños reclutados en el norte del Cauca son indígenas nasa. Son trasladados a otros departamentos y se les asignan funciones de combate, inteligencia, cobro de extorsiones o reclutamiento de más menores”, indicó Iris Marín Ortiz, defensora del Pueblo.

La ONU ha iniciado diálogos con plataformas como Meta y TikTok para establecer controles urgentes que limiten el uso de redes sociales como canales de reclutamiento ilegal.

Desde 2016, tras la firma del Acuerdo de Paz, se ha identificado el reclutamiento de menores desde los 9 años. “Este crimen no solo vulnera los derechos de la infancia, sino que, cuando estos menores son asesinados y desaparecidos, configura desaparición forzada”, declaró la organización internacional.

El comandante de la Tercera División concluyó que su “estrategia es llegar a los corregimientos con un enfoque integral. El 30 por ciento es responsabilidad de la fuerza pública, pero el otro 70 por ciento implica inversión social: construir colegios, vías y proyectos para ofrecer oportunidades a los menores”.