Tras los pasos de alias Iván Mordisco

Las constantes lluvias que caracterizan la selva amazónica han sido uno de los principales obstáculos para los cerca de 1.000 uniformados desplegados, quienes buscan cualquier rastro que revele el paradero o el estado de salud del guerrillero, que al parecer fue herido tras un enfrentamiento sobre el río Caquetá en el que murieron seis de sus hombres de confianza.

En grupos de diez, los comandos rastrean la selva incluso por debajo de las hojas, en una operación sin descanso que incluye el uso de aeronaves no tripuladas, testimonios de pobladores e interceptaciones de comunicaciones, con el fin de ubicar el sitio exacto donde podría estar recuperándose el disidente y su círculo de seguridad.

La última pista fue hallada en un pequeño caserío, donde habitantes aseguraron haber visto movimientos de integrantes del Bloque Amazonas. Allí, identificaron al jefe guerrillero con un cabestrillo artesanal, intentando desplazarse hacia un punto cercano a la frontera, al parecer con la intención de salir del país y esquivar el cerco de las autoridades.

Los cambios de bando

Según información de inteligencia, Néstor Raúl Vera, alias Iván Mordisco, nació en Cundinamarca, pero fue reclutado siendo menor de edad en Carurú, Vaupés, a finales de los años noventa, cuando las Farc permanecían en la llamada zona de distensión durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana.

Su actividad criminal se ha desarrollado principalmente en los departamentos de Vichada, Vaupés y Putumayo, territorios que conoce a profundidad, sobre todo por su habilidad para moverse por los ríos Caquetá y Putumayo, cuyas redes fluviales ha utilizado para evadir operaciones militares.

Desde sus inicios permaneció en el frente primero y participó en acciones como la toma de Mitú y el ataque a la base de Las Delicias, en las que fueron secuestrados cientos de militares y policías.

Su imagen de guerrillero de base lo llevó a ascender en la organización, primero como comandante de escuadra, luego de comisión, hasta que fue nombrado por alias Mono Jojoy como máximo cabecilla del frente primero.

En un principio acató la orden de acercarse a los diálogos de paz con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Incluso viajó a La Habana, Cuba, donde se implantó un ojo de vidrio tras perder el suyo por manipulación de un artefacto explosivo.

A raíz de esto, recibió gafas con un aumento especial, necesarias para leer y realizar sus tareas cotidianas.

Tras recuperarse, regresó al país y retomó el mando del frente primero junto a alias Gentil Duarte, alejándose del acuerdo de paz y retomando las armas para continuar con el negocio del narcotráfico y la extorsión.

Círculo cercano

Las autoridades han identificado que la selva amazónica es donde mejor se mueve. Allí ha instalado más de 14 campamentos transitorios, en los que solo permanece por unas horas para evitar que los militares lo rastreen o que alguien lo delate.

Ese miedo lo ha llevado a conformar un anillo de seguridad compuesto en su mayoría por mujeres, muchas de ellas indígenas que él mismo ordenó reclutar. Se trata de un grupo de diez mujeres que lo acompañan en sus desplazamientos por la selva.

Según un documento de inteligencia, Iván Mordisco suele movilizarse en varias lanchas por los ríos, siempre acompañado por al menos dos mujeres de su círculo de seguridad, que lo protegen ante cualquier incursión armada.

Al parecer, una de ellas murió en una operación militar hace dos semanas en zona rural de Puerto Santander, Amazonas, al caer al río después de ayudar al cabecilla a escapar con otros 15 integrantes de su estructura ilegal, entre ellos Alonso 45, quien lo reemplazó en el mando del frente primero.

Además, su temor a ser capturado lo llevó a buscar la protección de una bruja, quien le entregó figuras de magia negra, como mantras, para protegerse de ataques. Una de estas figuras fue encontrada en un campamento, junto con sus gafas y su computador personal.

La operación en su contra continúa, ahora acompañada del lanzamiento de panfletos que ofrecen una recompensa de 4.450 millones de pesos. Esta estrategia busca aprovechar las divisiones internas de la organización, en especial del descontento de algunos cabecillas que estarían considerando apartarse del liderazgo de Iván Mordisco.